Datos personales

Mi foto
"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

sábado, 25 de mayo de 2013

Capítulo 24




Marzo.

Elliot aparcó el discreto wolsvagen passat negro delante de la escalinata que ascendía al edificio dónde vivía Alice y Henry, ahora también el hogar de Julieta. 

Examinó las ventanas del primer piso, que estaban cubiertas por los visillos blancos que no dejaban ver el interior.

Se quedó allí, al menos una hora, esperando señal de vida alguna: Una sombra, alguien familiar saliendo de la casa… Pero no había nada esa mañana.

Decepcionado, miró su reloj. Marcaba las nueve y siete minutos, lo que significaba que llegaba tarde al Hospital.

De repente, alguien lo sobresaltó dando unos golpes en la ventanilla del copiloto. Mathilde Amette apareció sonriente apoyada en el coche, exhibiendo su sonrisa alegre y resplandeciente.

Una mujer de veinte ochos años, de destacable belleza. Su pelo era negro y lo llevaba muy corto, dejando al descubierto su cuello, sus frágiles e impresionantes facciones y sus ojos grisáceos.

Él le lanzó una mirada asesina, pero ella permaneció con ese gesto alegre a su lado. Entro en el coche con un movimiento ágil y suspiró.

                -¿Con que esto es lo que haces cuando llegas tarde?-Le dijo Mathilde y le dio unas palmaditas en el hombro.

                -No deberías de haber venido aquí-Respondió Elliot con frialdad mirando a su espejo retrovisor-No deberías seguirme.

                -Me dijiste que por fin te habías decidido a entrar en la casa… Pero sabía que no era así-Murmuró y le cogió del hombro. Elliot se obligó a dirigir sus ojos a ella-Elliot...

                -Lo sé. Sé que te lo dije.

                -Pues entra… Vamos-Lo animó cansadamente, esperando que está vez surtiera efecto.

                -No puedo-Admitió Elliot y volvió a mirar hacia el edificio.

                -¿Por qué?-Formuló Mathilde poniendo los ojos en blanco.

Elliot recordó aquel momento de hace tres meses en que lo dejó todo sin decir Adiós.

                -Porque me fui como un cobarde… Y la dejé-Explicó con ojos tristes.

La muchacha dejó escapar un suspiro y miró también hacia el edifico.

                -Así que… Este es el castillo dónde la custodia… ¿No la has visto aun? ¿En estás tres semanas?-Preguntó ella con timidez.

                -No debe salir mucho… Estará débil. Solo he visto a mi hermana y a Teresa, (era su niñera) ellas salen de vez en cuando.

                -Pero tú hermana… Tienes que contárselo todo, Elliot.

                -Mi hermana me odia desde que hice lo que hice. Ella tuvo que pasar por algo parecido y no me lo perdonará.

Elliot no intentaba justificarse. Había pasado por un infierno durante tres meses y era palpable al ver su desmejorado aspecto físico. Estaba más delgado, pero era su rostro dónde mejor se apreciaba su cambio. 
Sus ojos azules ahora eran más tristes y apagados, enrojecidos por la falta de sueño.

                -¡Creen que te fuiste por cobarde! Yo sé que no- Dijo Mathilde con una mueca de insatisfacción.

                -Necesito verla ahora. Sé que está bien, pero… Le he hecho demasiado daño-Murmuró con voz rota, incapaz de que las palabras sonaran más fuerte en sus oídos.

Mathilde agarró su mandíbula con fuerza y tiró de ella hacía sí.

                -Pues hazlo. No te compadezcas. Arréglalo, quizá no haya más oportunidades-Añadió y le soltó- Tenemos que empezar con esto cuanto antes.

Elliot bajó la mirada, reflexionando esas palabras. Respiró hondo y apretó las manos que agarraban el volante.

Hasta que el miedo desapareció y pudo aprovechar ese momento.

                -Quédate en el coche-Le dijo a Mathilde y salió.

Avanzó vacilante hasta el edificio y subió la escalinata. La puerta de abajo estaba abierta, por suerte. No estaba seguro de que le hubieran abierto si al sonar el interfono, fuera su voz la que respondiera. Caminó por el pasillo lentamente, notando que su corazón estaba a punto de salirse del pecho, hasta la puerta con la letra B.

Se aclaró la garganta y se lo pensó antes de llamar, manteniendo el puño en alto.

<<Hazlo>>

Dio dos golpes en la puerta y esperó con agonía el sonido procedente de dentro.

A los segundos, se oyó unos pasos que se acercaban con rapidez hacia la puerta. Al abrirla, se encontró de frente con Alice, que palideció y dio un paso atrás.

                -E… Elliot ¿Qué haces aquí?-Preguntó conmocionada en voz baja y empujó a su hermano hacia el pasillo, entornando la puerta tras ella.

                -Necesito verla-Logró decir en un susurro.

Alice sonrió y negó con la cabeza.

                -¿Te crees con derecho de hacer eso?-Escupió con odio-¿Sabes lo que nos ha costado que volviera a comer, o a sonreír? Ha pasado por un infierno. Por ti.

Elliot escuchaba esas palabras con horror. Haberle hecho eso era como sufrir un dolor intenso agonizante… Incluso peor.

                -Lo siento, Alice-Se disculpó y miró al suelo.

                -¿Qué lo sientes? ¿Dónde has estado estos tres meses? Sólo sabíamos que no estabas muerto por las llamadas a mamá….

Hablaban en voz muy baja, pero Alice parecía a punto de estallar y gritarle a pleno pulmón.

                -En estado en… varios sitios-Dijo misterioso, sin poder explicarle nada más.

Alice lo miró y cogió una bocanada de aire.

                -¿Eres consciente de todas las veces que te llamó? ¿Todas las veces que tuve que consolarla mientras lloraba? –Le preguntó, sabiendo perfectamente el daño que le harían esas palabras a su hermano.

Elliot abrió la boca para hablar, pero era como si no hubiera más explicaciones posibles para lo que había hecho.
                -¿Cómo está?-Fue lo único que acertó a decir.

El gesto de su Alice se ablandó durante unos segundos, casi parecía apiadarse de él.

                -Bien. La quimio le fue bien… Aunque todo esto le ha pasado factura-Respondió con gesto no muy amigable-El bebé…

                -Alice ¿Con quién…?-Sonó la voz de Julieta desde el interior del apartamento. Alice se dio la vuelta con rapidez para entrar…  pero no a tiempo.

Elliot contuvo el aliento mientras la puerta se abría como a cámara lenta.

Ella apareció delante de él, parecía como si hubiera visto un fantasma o algo peor.. Empezó a respirar entrecortadamente, haciéndose a la idea de su visión. 

Elliot le echó un vistazo rápido. Estaba muy delgada… Pero mucho más guapa de lo que recordaba. Sus ojos verdes estaban fijos en los suyos, esperando una respuesta, llenos de dolor y... tranquilidad. Llevaba su camiseta de Yale, que conseguía disimular su prominente embarazo. Su pelo estaba más corto, a la altura de los hombros, y lo tenía muy despeinado. Se puso colorada de repente, y ensanchó la camiseta con ayuda de sus manos.

Su mirada se dirigió entonces a su mano, en la que aún estaba el anillo que le regaló en Piana.

                -Julieta…-Susurró Elliot con voz ahogada.  

                -Idiota-Habló Julieta en un tono apagado y comenzó a hiperventilar. Elliot levantó las manos y retrocedió, pero Julieta avanzó hasta él y le propinó una bofetada-Idiota…

Comenzó a empujarle en el pecho, mientras lloraba y lo miraba con odio, balbuceando palabras malsonantes. Elliot sólo pudo aguantar hasta que pasase, en absoluto silencio, siendo devorado por la culpa.

Alice intentó pararla, pero ella la apartó de un empujón,golpeándola con la pared con violencia.

                -No me toques, Alice… -Dijo y se apartó de Elliot con prudencia-¿Dónde has estado?

Él la miraba con una mezcla de lástima y dolor, sin saber qué hacer ahora, ni que decir... El oxígeno no parecía llenar los pulmones de Julieta, que respiraba cada vez con más intensidad, consiguiendo crispar su preocupación.

                -Tranquilízate… Puedo explicártelo, pero tienes que sentarte-Habló Elliot, pausadamente y le agarró el brazo.

Entonces pasó algo que Elliot no hubiera pensado nunca que ocurriese esa mañana, en ese pasillo:

Julieta se abalanzó sobre él y le abrazó con fuerza.

                -Pensé que te había pasado algo… Pensé que no te volvería a ver-Susurró ella en un sollozo que duró unos segundos.

                -Estoy aquí-Contestó él junto a su oído, oliendo el aroma que desprendía su pelo. 

Se separó de Elliot y se limpió las lágrimas. Volviendo a recuperar la compostura, esquivó ese momento de debilidad y le lanzó un gesto de odio, apoyándose en Alice, que la agarró por la cintura.

                -Puedes entrar y darme las explicaciones que quieras-Le dijo a Elliot con seriedad-Espero que haya algo que justifique porqué has roto tu promesa.

7 comentarios:

  1. ¿Y EL BEBE????? A ver, no nos dejes de esa manera, Elliot ha vuelto y la escena me parece muy corta, necesito saber que más pasa!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Yo también espero esas explicaciones, Elliot... ¬¬ Por cierto Jane, me ha sorprendido mucho el salto de 3 meses pero también me ha parecido del todo acertado ;) Ahora solo faltan dos cosas: qué va a pasar con Julieta y Elliot, y segunda, ¿quién es Mathilde? :S Ay... espero que puedas tener el 25 pronto :) Hay que ver lo que nos gusta pedir a los lectores jaja Somos insaciables XD
    Besos

    ResponderEliminar
  3. espero que esa explicación traiga buenas noticias y explique el porque del "abandono" hacia Julieta jajajaja
    esperando el próximo capítulo y muchos saludos

    ResponderEliminar
  4. Diooos Jane!
    Como no cuelgues el capitulo de las explicaciones pronto me va a dar algo!
    Me ha encantado y quiero saber mas sobre Mathilde
    Un beso enorme

    ResponderEliminar
  5. Eso, eso explicaciones pero ya... Como te gusta liar las cosas y dejarnos con más intriga al final de capítulo de la que teníamos cuando lo empezamos ehhh ¬¬
    Lo de la aparición de la tal Mathilde si que me dejó un poco en sock ¿Quien es? ¿No será la novia de Elliot? ¿Y el bebé? ¿Que le pasa? Ahora empezaré a hacer conjeturas jajaja
    Después de este estupendo e intrigante capítulo necesito el 25 ya.
    Besos ;)

    ResponderEliminar
  6. me estoy leyendo tu historia del otro blog el de Como el atardecer en primavera, es impresionante, me está gustando mucho, en cuanto acabe me leeré esta.
    No dejes de escribir porque lo haces genial, un besito

    ResponderEliminar
  7. ¿Como que 'y el bebe'?
    Buah, increíble, sin palabras :)
    Las explicaciones ya me las imagino, pero lo leeré igualmente:)

    ResponderEliminar

.

.