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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

jueves, 30 de mayo de 2013

Capítulo 25






Julieta le observaba desde el sofá con detenimiento, sin poder creerse lo que sus ojos le mostraban enfrente de ella. En su corazón, los sentimientos se debatían en una lucha desenfrenada entre el amor y el rencor. Era él, y estaba allí, a apenas unos metros, a punto de darle las explicaciones pertinentes. Pero ella no dejaba de darle vueltas a una única cosa: ¿Había algo que pudiera hacerle olvidar su ausencia durante tres meses?
Para ella, ese tiempo había sido el peor de su existencia y era demasiado difícil dar un paso hacia delante.

Por suerte, su batalla interna estaba siendo eclipsada por la conmoción y la preocupación. Al fijarse en Elliot con calma, descubrió a una persona trastornada… Quizás enferma, desesperada y rota por dentro. Era como si se hubiera apagado de repente. Miraba al suelo cabizbajo y tenía un tic nervioso en la pierna, que no hacía más que confirmar los temores de Julieta.

No sabía cómo actuar mientras esperaba que abrieses la boca para decir algo, así que se limitó a removerse en su asiento y a aclarase la garganta. Elliot la miró sobresaltado, saliendo de una nube que revoloteaba sobre su cabeza.

Sus ojos envueltos en dolor eran demasiado para Julieta, que hizo un esfuerzo descomunal por mantener su gesto de odio.

                -¿Estás bien?-Le preguntó Elliot con voz ronca y tragó saliva. Julieta se encogió de hombros y sostuvo su mirada un segundo, antes de dirigirla a un punto en la ventana..

                -Supongo-Contestó ella y se tapó un poco más con la manta de franela que le había regalado Teresa.

En ese momento, entró Alice a la habitación con un vaso de agua que le tendió a Julieta.

                -Aquí tienes-Dijo y examinó la situación, lanzándole a su hermano una mirada  reprobatoria-Tengo que ir a por Henry. Me han llamado del colegio… Por lo visto está enfermo, tiene fiebre… Y no puedo…

                -Ve. Y tranquila… Yo estoy bien-Le respondió Julieta e imitó una sonrisa falsa para que no se preocupara.

                -Bien.

Se puso la chaqueta y cogió las llaves del coche mientras Julieta y Elliot permanecían en absoluto silencio. Él evitaba el contacto con el rostro asesino de su hermana, mientras recorría con los dedos la costura de la tapicería del sillón.

                -Llámame si necesitas algo-Añadió Alice, abrió la puerta del apartamento, pero se giró un segundo para mirar a Elliot.-Y tú, ándate con cuidado.

Tras pronunciar esa frase despiadada y con una clara intención de amenaza, cerró de un portazo.

                -Me lo merecía-Susurró Elliot para sí mismo.

                -Solo está dolida… Ya se le pasará-Repuso Julieta, para su sorpresa.

                -Julieta… -Empezó a decir, pero las palabras se quedaron a mitad de camino en su garganta. Cerró los ojos y se frotó el entrecejo con los dedos, al tiempo que cogía una bocanada de aire.

Julieta lo miró preocupada. Definitivamente, era una persona completamente diferente al Elliot que vio por última vez en el Hospital. Se destapó y levantó con dificultad para llegar hasta él y ofrecerle el vaso de agua.

                -Bebe un poco, no tienes buena cara-Le dijo con calma y se sentó a su lado. Elliot la miró con desconcierto y cogió el vaso con manos temblorosas, bebiendo todo el contenido del mismo.

                -Gracias. Es que… Anoche no dormí muy bien…-Admitió y dejó descansar su espalda en el respaldo del sillón.

                -Ni los días anteriores, supongo, viendo tus ojeras. Algunos lo llaman culpabilidad… Y creo…

                -Que me lo merezco-Completó Elliot, con tristeza.

Era como emerger de un lago de agua helada… El aire llena tus pulmones un momento en el que te sientes libre, pero después todo se vuelve demasiado frío y tu cuerpo es incapaz de soportar el cambio.

                -En realidad, iba a decir que deberías olvidarlo, porque estoy bien-Corrijo Julieta con calma.

                -¿Bien? Dime la verdad. Prométeme que estás bien-Susurró él, mirándola como si aquél gesto fuera doloroso.

Julieta sintió en ese momento que su compostura iba a acabar con esa frase. Intentó controlar las ganas de llorar que se agolpaban con angustia en su garganta y le nublaban la visión.

Lo miró también y abrió la boca desafiante, para decir toda la verdad.

                -No lo estoy. Cada día es agónico aquí. Tengo que esconderme para que nadie me vea llorar… Porque si… Si me ven-Su voz se quebraba, impidiendo que pudiera seguir. Miró hacia otro lado y respiró hondo-Si me ven me abrazan y me dicen cosas que odio oír, como “todo saldrá bien”, o “estaréis bien”…, “duerme un poco, Julieta” “¿Necesitas algo?" ¡Es asfixiante! ¡Me ahogo en este sitio!-Se dio cuenta de que Elliot la miraba con el rostro serio y que se había tapado la boca con la mano. También se percató del tono alterado de su voz y de los latidos feroces que resonaban dentro de su pecho, lo que la obligó a intentar calmarse- Mira, sé que lo hacen porque me quieren, sobre todo Alice, y que sólo quieren ayudarme… Pero no puedo. Y saber que tú me has abandonado… No…

Inclinó la cabeza hacia abajo y dejó que las lágrimas se derramaran con lentitud.

                -Perdóname-Silbo Elliot y le cogió la mano.

Ella negó con la cabeza y lloró con más fuerza, sin tapujos.

                -No puedo, Elliot.

Pronunciarlo en voz alta con él delante, era mucho más terrible que las incontables veces que lo había repetido en su mente. En ese instante sintió que algo se le rompía por dentro, una especie de daño invisible que se concentraba alrededor de su pecho, un dolor que era muy diferente al físico.

Observó que él también tenía los ojos vidriosos y la miraba con resignación.

                -Explícame por qué lo hiciste-Preguntó ella, arrastrando las palabras. Él se encogió de hombros, lo que enfado a Julieta, que apartó su mano de la suya e hizo el amago de levantarse, pero Elliot la frenó poniendo una mano sobre su hombro- Por favor… Dímelo.

                -No lo pensé. Fue demasiado para mí, así que fui un cobarde y me largué. No entendía como podías anteponer un bebé a nosotros, a tu salud. Imaginarme que era la causa de que te... fueras, me resultaba demasiado duro… Decidí apartarme de aquello, antes de que murieras en mis brazos-Tragó saliva, recordando ese momento terrible y cambió de postura con nerviosismo-Estuve encerrado en casa una semana, ignorando todo contacto del exterior. Sé que os preocupé y sé que no eres la única… Mis padres están muy enfadados. Pero estaba en shock y era incapaz de reaccionar. Cuando lo hice me resultó imposible volver contigo, sabía que decisión habías tomado… Y no estaba en el paquete.

                -¡¿Por qué creías eso?!-Lo interrumpió Julieta, como una exhalación.

                -¡Por qué me dijiste que ibas a tener el bebé!-Contestó desesperado.

                -No entraba dentro de nuestros planes… Lo sé… Pero…-Añadió ella compungida, y se llevó las manos al abdomen.

                -No hay peros. ¿Creíste que yo iba a cambiarte por ese niño? Ese niño que lo estropeó todo ¡Un futuro juntos que había acabado cuando te oí decirlo!-Le incriminó Elliot con furia, que llevaba demasiado contenida.

                -No… Pensé que podría hacer que no te quedarás solo si yo…-Se quedó sin aliento, confesando su verdadero plan, el mismo que llevaba rondando sus pensamientos desde aquél día en el hospital en que todo cambió- Si mi vida terminaba. Aún lo pienso-Terminó y echo un vistazo a Elliot, que ahora estaba blanco y tenía la mirada perdida en el suelo.

                -¿Eso piensas?-Formuló él con una voz vacía.

                -Sí-Respondió Julieta y se limpió sus húmedas mejillas con la sudadera.

                -¿Después del daño que te he hecho?-Volvió a cuestionar, esta vez con los ojos fijos en los suyos.

                -Me lo has hecho a mí, no a él… No sé qué va a pasarme, pero necesito saber que te tendrá a ti. Este yo o no.

Se sentía más frágil que nunca, aunque con él a su lado, volvía a tener una mínima esperanza.

                -No me pidas eso… -Murmuró Elliot y se puso de pie.

                -No me hace falta, sé que vas hacerlo-Admitió y le sonrío levemente.

                -¿Yo?-Elliot se acercó a ella y se arrodilló junto al sofá de piel-Tú vas a cuidarle porque te voy a sacar de aquí. No me he rendido, aunque mis actos no hayan sido honorables, que digamos. Quieres mucho a ese... bebé. Yo no sé lo que quiero ahora mismo.

                -Porque estás confundido…-Le aclaró Julieta, volviendo a notar la angustia que le hacía muy difícil continuar.

                -Estuve en Europa, Julieta-Soltó Elliot, de repente.

Ella se quedó con la boca entreabierta, fulminada por esa información. En todo ese tiempo, había dado por hecho que estaba en cualquier lugar de la ciudad, y no a miles de kilómetros.

                -¿Cómo que…? ¿En Europa? ¿Qué hacías en…?-Balbuceó confundida, negando con energía.

                -Le perdí la pista a una neurocirujana que publicó sus investigaciones sobre tumores cerebrales… Jess me ayudó a buscarla. Estaba en Europa-Explicó con miedo, haciendo una pausa para pronunciar ese nombre.

Julieta sintió que su mundo se derrumbaba. Se llevó la mano hasta el pecho y apartó su mirada de él. Se levantó decidida y avanzó por la habitación, dándole la espalda a esa conversación.

                -Jess-Susurró ella y se apoyó en la mesa. Elliot fue también hasta dónde estaba y la agarró del brazo, temiendo que perdiera el equilibrio por ese descubrimiento-No me toques, por favor.

                -Me ayudó. Sólo eso, Jul…-Le susurró, muy pegado a ella, pero no obtuvo respuesta alguna, lo que le hizo tener más miedo a hacerle daño- ¿Me crees?

Pero lo escuchaba como algo lejano y no podía responder. Estaba sumergida en la rabia que le impedía articular otra palabra. Parada entre un instinto asesino y otro aprensivo, que le haría comprender como Elliot podía haberle pedido ayuda a esa mujer. La respuesta que encontró fue desesperación, algo que debía de haberle invadido a él para hacer aquello.

Respiró con furia y notó como le agarraba con sus manos por la cintura.

                -¿Duermes en mi antigua habitación, no?-Le preguntó Elliot con prudencia. Ella asintió y ambos fueron hasta el dormitorio.

Entraron. Julieta se quedó quieta al lado del escritorio, con os brazos cruzados. Elliot miraba nervioso, buscando algo en la habitación,

-Puede que necesites echarte un rato… La semana pasada ya tuviste un susto…

Eso hizo que Julieta saliera de ese estado y lo mirará muy confundida. Lo que acababa de decir no tenía ningún sentido. Ella sabía que nadie hablaba con Elliot sin que se lo comunicaran ¿O no era así?

                -¿Cómo sabes eso?-Dijo, al tiempo que se apartó de él y retrocedió unos pasos.

                -Jul…

                -¿Quién…? ¿Tienes un topo o algo parecido?-Gritó y se acercó para propinarla un empujón-¿Con quién has hablado?

                -Jul no es…

                -¡DIMELO!-Chilló Julieta de nuevo.

                -Tranquilízate, Julieta-Murmuró Elliot con los brazos en alto.

                -Quiero que dejes de decir mi nombre y que me digas quien-Le empujó de nuevo y esperó, mientras su mente se aclaraba-¿Ha sido Charlie, verdad?

Él permaneció en silencio, ya que no quería violar la confianza de la persona que lo había ayudado desde dentro.

                -¡ELLIOT EVANS, DIMELO!-Bramó, roja de furia. Sus ojos se nublaron y en una milésima de segundo, el rostro de Elliot desapareció. Inmediatamente, se sentó sobre la cama e intentó ocultarlo, pero había olvidado con quien estaba.

Elliot ya estaba a su lado, sujetando su muñeca para medirle el pulso.

                -Intenta respirar con tranquilidad ¿Vale?-Le indicó Elliot, con el ceño fruncido y los labios tensos-Tienes el pulso muy alto.

                -En… En la mesita hay un frasco de pastillas… Son para eso-Añadió ella con voz débil y ahogada.

Elliot le tendió una en la mano y fue a por un vaso de agua.

                -Tómatela-Le ordenó con firmeza y ella obedeció sin rechistar-Lo siento. Tenemos que tener esta conversación en otro momento… Ahora no debes.

Y ella asintió, sabiendo perfectamente que tenía razón.

                -Me iré cuando venga Alice. No te preocupes-Aseguró con tristeza y suspiró.

De repente, una idea recorrió los pensamientos de Julieta. Era clara y absurda, cuanto menos.

                -No… Eso no va a pasar. Ahora vas a hacer algo por mí. Me lo debes-Murmuró Julieta con firmeza y le miró a los ojos, llenos de súplica-Voy a irme a tu apartamento, o vendrás a mi casa. Lo haremos antes de que venga Alice. No puedo seguir aquí.

Elliot abrió mucho los ojos y pestañeó varias veces, examinándola como si estuviera loca. Se le escapó una risa nerviosa y nego con la cabeza.

                -Pero no…-Replicó él, que no daba crédito a lo que estaba oyendo.

                -No, Elliot. No he podido irme antes porque necesito supervisión médica y tu hermana ha estado pendiente de mí… Pero me ahogo.

Elliot recapacitó los pros y los contras de lo que le pedía con tal desesperación. Lo único que le importó, lo que le hizo tomar una decisión fue que iba a tenerla cerca… Y que quizá podía intentar acercarse poco a poco.

                -Está bien… Pero ¿Qué le dirás? ¿Sabes que Alice va a odiarme?-Aceptó Elliot con confusión, agarrándose a esa posibilidad. Aferrándose a ella.

                -Eso no importa. Tenemos que darnos prisa-Añadió y se levantó de la cama para recoger sus cosas.

Nada más hacerlo, se dio cuenta de que era demasiado. Que todo le sobrepasaba y que no estaba preparada.

                -Tú quédate en la cama. Te meteré algo de ropa en una bolsa en cinco minutos y nos iremos, pero por favor… Descansa mientras tanto-Le dijo con dulzura.

Y Julieta sintió un frenesí que le recorrió todo el cuerpo. Ya no iba a estar deprimida entre esas cuatro paredes y eso era un descanso.

Sonrió y miró a Elliot, sin tener claro lo que sentía hacia él.


                -Gracias-Susurró ella. Manteniendo esa mueca de felicidad sobre los labios, confundida por ese instante que llevaba tres meses sin sentir.

7 comentarios:

  1. Uff qué situación más extraña... Se odian, se siguen queriendo... es muuuuy raro. Pero has sabido reflejarlo muy bien Jane ;) Así que estuvo en Europa eh? Sería perfecto si no tuviera que estar por medio Jess jaja No me quiero imaginar cómo se va a poner Alice cuando vean que se han ido jajajaja Va a flipar con los colores del arco iris :O
    Ya estoy esperando el siguiente :D Es lo que tiene estar enganchada a una historia ;)
    Besos

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  2. Me encanta el capitulo!
    Casi me haces llorar cuando Julieta explica a Elliot todo lo que siente y le dice lo del bebé, ha sido demasiado a la vez. Julieta no creo que pueda seguir odiandole, aunque este muy enfadada sigue enamorada, lo que la pone en una situción extraña de amor/odio.
    Creo tener una ligera idea de quien es la neurocirujana europea.
    Un beso enorme

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  3. estoy llorando dios *-* simplemente perfecto ,miraba como tres veces al dia el blo g para ver si habias subido capitulo y puuf ,espero el siguiente pronto o morire xD Un besele

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  4. Espero que esa visita a europa traiga buenas noticias en lo que respecta a la salud de julieta ojalá se arreglen las cosas entre Julieta y Elliot y yo tampoco me quiero imaginar la reacción de alice al saber que julieta ya no está bajo su cuidado.... Y como siempre esperando el próximo capítulo saludos

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  5. ¿Qué tenemos aquí...? Ah sí, OTRO CAPÍTULO PERFECTO DE LA HISTORIA LLAMADA QUÉDATE UNA NOCHE MÁS.
    Qué te puedo decir que no sepas sobre cómo me gustan todos tus capítulos... Son increíble, y no sabes el shock que tengo desde que leí el 24. Es... no puedo definirlo con palabras. Son capítulos increíbles, y adoro tu forma de expresar las cosas. Y ya sabes lo que pienso sobre la reacción de Julieta con Elliot... Yo habría sido increíblemente rencorosa, me habría puesto... en fin, me ha parecido que ha sido super dulce a pesar de todo lo que le ha pasado a ella... Y me encanta :') Ojalá se arreglen del todo las cosas, y digas pronto qué pasa con ese viaje a Europa...
    Buf, ¿qué más? Creo que no se me olvida nada, salvo decirte que... espero que el 26 no tarde mucho, porque entonces me va a dar un paro cardíaco. Así, finamente.

    Un besazo, Jane, y ah...

    FDTYEFYDG4UXFGT34YFVERTUCFGERXYFTX3KU2FXGV4JTG43BGJT INCREÍBLE.

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  6. Bueno bueno bueno... yo aquí veo la ligera sombra de la reconciliación entre Julieta y Elliot, si van a vivir juntos otra vez algo pasará ahí...
    Pero claro me vuelves a meter a Jess y ya me pongo de mal humor ¿Que motivos tiene esa para querer ayudar? Ahhh seguro que se lió con Elliot (yo sacando conclusiones)
    Lo que sigo sin saber es quien es la tal Mathilde, yo creo que va a ser la neurocirujana famosa.
    Y como ya te dije miles de veces el capítulo me encanta, todos lo hacen auqnue tu me lo preguntes cada vez que publicas y a mi me de la risa, si hace falta te lo repito todos los días (eso si, si matas a Julieta tendremos unas palabras¬¬)
    Pues eso que quiero ya el 26 que este se me hizo corto^^
    Besos ;)

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  7. Pues pobrescillo, ambos.
    ¿VEEES? Mis sospechas de que seguía buscando como salvarla son REALES ;)
    En fin, encantador. Metes tanto diálogo que haces que sea más ameno y se agradece mucho la verdad. Sigue escribiendo y como siempre te digo, mucha mucha mucha suerte con este blog.
    ¿Jess? En fin... no comento nada sobre ella jajaja
    P.D: es que cada vez que entro me enamoro más del diseño, es como que me anima a leer.

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