En la habitación se respiraba un ambiente tenso y agobiante,
sobre todo para Julieta. Elliot estaba desaparecido… Y ya llevaba así doce horas. Alice
estaba como loca, entrando y saliendo continuamente, vigilándola a ella y a
Henry, que estaba con sus abuelos y Charlie en la sala de espera. Su compañía empezaba a resultar molesta.
El dolor era soportable… Pero la preocupación, agónica.
Julieta veía pasar los minutos en el reloj con un único pensamiento;
Estaba a punto de tener a un bebé inmaduro y no iba a
hacerlo sin él.
Se retorció en las sábanas y produjo un gruñido de insatisfacción
al ver al doctor Lewis.
-¿Cuánto
va a durar esto? –Preguntó- Me duele y necesito… empujar.
-Tranquila…
No podemos retrasarlo más, ya viene. Tendremos a un equipo preparado para la
asistencia médica del bebé. Aunque gracias a dios es mucho más maduro de lo que
pensábamos y eso es fundamental, Julieta-Respondió con amabilidad.
Ella suspiró y le sonrió a Alice. <<Fundamental>>
la palabra que alivió un poco los nervios que oprimían sus entrañas. Aunque apenas duró unos segundos,
cuando volvió la pregunta desesperada que llevaba horas resonando en su cabeza.
¿Dónde estás?
Entraron dos médicos más y un par de enfermeras. Todos
le parecieron intranquilos y eso no era bueno, pero intentó pensar que quizá, solo estuvieran
centrados en su trabajo.
O en ellos.
O en ellos.
-Alice,
necesito que salgas. Estoy demasiado nerviosa.
-No
quiero dejarte sola-Replicó ella.
-Por
favor… Tengo que esperarle-Suplicó entrecortadamente.
-Está
bien-Aceptó con desgana y le beso la mejilla antes de salir.
Una vez relativamente “sola”, cogió su teléfono y se
entristeció al ver que no había ninguna llamada… Ni mensajes, ni noticia de él.
Tenía que volver a llamarlo. Era su última esperanza antes de tener al bebé,
pero antes de que lo hiciera, el iPhone sonó. En la pantalla había un nombre y
una foto que le hizo pegar un salto.
Elliot Evans.
Comenzó a jadear y a sudar más de lo que lo había hecho
hasta entonces y cogió la llamada.
-¡Elliot!-Gritó
con los ojos anegados en lágrimas.
-¡Jul!
Lo siento, nena, lo siento muchísimo. Ha pasado algo… Voy para casa del hospital y te lo
cuento ¿Estás bien? Siento haberte asustado, lo siento mucho… No he podido
avisarte antes.
-Elliot…
Por favor… Ven al hospital. Voy a tener al bebé ahora y no puedo hacerlo si no
estás-Sollozó desesperada, soltando la información como una bomba.
Hubo un silencio al otro lado de la línea.
-Dios mio…
Voy… ¡Voy ahora mismo! ¿Estás…? ¿Estás
bien?-Balbuceó Elliot.
-Aterrada…
No puedo, Elliot. Nada de esto está bien… Es muy pronto-Murmuró y ahogó un
grito al notar la contracción.
-Julieta…
Tiene que ser ahora ¡Vamos! ¡Hay que empujar!-Ordenó el doctor Lewis.
Era el momento... No podía retrasarlo más. Así que lo hizo, dolorosamente, aún con el teléfono pegado a la
oreja.
-Nena…
Lo estás haciendo… Ya casi estoy llegando. Tranquila, estarás bien.
-¡Es
muy pronto!- Gritó Julieta, ahogada en las lágrimas y la situación.
-Respira,
cariño. Estoy aquí contigo…
-Mi
bebé… ¿Y sí le pasa algo? ¿Y sí no sale adelante?
-¿Recuerdas
aquella noche después de la última quimio? ¿Recuerdas aquel programa de televisión
sobre genios de la historia?
-¿Qué…?
¡¿Qué estás diciendo?! ¿Por qué me dices esto ahora?-Cuestionó furiosa. No entendía a que venía eso.
-Newton,
nena… Newton fue prematuro. Nuestro bebé será un genio también, y crecerá
fuerte junto a su madre.
Permaneció callada, asimilando esas palabras que extrañamente
la reconfortaban.
-Otra
vez, Julieta-Ordenó el doctor Lewis-Ya está asomando.
Se irguió y volvió a hacerlo… Con más fuerza que la vez anterior,
agotando cada uno de sus sentidos en un mismo objetivo. Temía perder el
conocimiento, pero solo estaba cansada... sus ojos lo veían todo con claridad.
-Siempre…
me ha gustado el nombre de Isaac… En ingles-Admitió con una sonrisa,
descansando su cuerpo en las almohadas.
-¿Suena
a algo así como Aisac, no?-Preguntó Elliot, que parecía impaciente.
-Exactamente…
Es… Así…-Jadeó y volvió a seguir las instrucciones de Lewis, concentrada
y rogando para que terminara-Isaac.
-Cariño…
Vas genial...
De pronto, Julieta dejó de escuchar el sonido de su voz
pegado a ella.
-¿Elliot?
¡Elliot!
Pero la línea estaba vacía.
-De
nuevo, Julieta… Lo está haciendo muy bien-Murmuró una enfermera a su lado.
-No puedo…
Tiene que estar aquí, conmigo…
La puerta se abrió entonces, y entró él... Pálido y
sonriente. Se acercó a la cama con rapidez y la besó, rodeándole la cara con
sus manos y apartando los mechones que tenía pegados a la cara.
-Estoy
aquí.
Verle ahí fue como recuperar fuerzas... Como el oxígeno que le faltaba.
Verle ahí fue como recuperar fuerzas... Como el oxígeno que le faltaba.
-Es la
última vez que tienes que empujar… Coge aire y pon todo tu empeño en esto.
Pero estaba al límite del agotamiento… Y temía lo que fuera
a venir después.
-No
puedo más.
-¡Vamos,
Jul!-La animó Elliot y cogió su mano-Ya está hecho.
Llenó sus pulmones de oxígeno y gritó al volver a concentrar
una fuerza sobrehumana que incluso ella desconocía de su existencia. Dolía y la
nariz comenzó a sangrarle…
Hasta que terminó, tan efímeramente como empezó.
Todos le dieron la espalda, incluso Elliot,
rodeando al bebé que ni siquiera le había dado tiempo a ver. La angustia duró
apenas unos segundos… Cuando se escuchó un llanto fuerte y toda esa gente con
uniformes de color verde sonrieron.
-Enhorabuena
mamá-La felicitó la enfermera.
-Está
bien, cariño... Está muy bien-Le dijo Elliot.
Al cabo de unos minutos, Elliot lo cogió en brazos. Un bulto
diminuto envuelto en una manta que se perdía en su pecho. Él se veía radiante de felicidad, mirándole embobado. Lo puso en el regazo de Julieta mientras ella contenía en aliento, temerosa… Lo rodeó torpemente con sus brazos y observó pasmada a esa pequeña criatura que acababa de salir
de ella. Un bebé pequeño y precioso, de pelo rubio, ojos grandes, nariz
diminuta y labios rosados y carnosos. El bebé más perfecto que había visto
nunca.
Reconoció en ella un sentimiento nuevo y desgarrador… Como
una emoción inmensa y extraña, desbordante de amor.
-Isaac…
Bienvenido, cariño... Dios mio, que... que pequeño eres-Susurró y le acarició la mano. Él bebé apretó el puño en torno a su
dedo, aunque tenía los ojos cerrados y parecía dormido. Julieta abrió la boca formando una "o" cuando notó esa fuerza en torno a su meñique.
-Es
precioso, nena-Dijo Elliot emocionado y besó la frente de Julieta-Lo has hecho muy bien.
-Es asombroso
que pese 1800 gramos-Admitió fascinado, Lewis-Y está muy bien… Pero debemos
llevarlo a la incubadora durante unos días, Julieta. Aún tiene que madurar un poco.
Sobre todo sus pulmones.
Ni siquiera eso podía entristecerla en aquel momento. Era
amargo tener que separarse de él y más con la angustiosa sensación de pensar
que no podía tenerlo mucho tiempo si el cáncer ganaba.
Lo observó desaparecer en esa pequeña cuna y no pudo evitar
llorar de nuevo. Elliot la abrazo y se tumbó a su lado en la cama cuando la enfermera acabó de atenderla a ella.
-Duerme
un poco…-Le dijo-Después podrás verle.
-Es
imposible que duerma ahora. No puedo creer lo que acaba de pasar-Murmuró con
voz muy débil-He pasado tanto miedo esta noche… ¿Dónde estabas?
A Elliot le cambió el gesto. Su mirada se ensombreció y
suspiró.
-Luego…
Ahora estás agotada-La convenció.
Ella asintió y lo dejó estar… Fuera lo que fuera, sabía que
no quería enturbiar ese instante.
-Elliot…
Somos padres…-Le miró a los ojos y supo que era la persona más importante en su vida. O bueno... La segunda.
Él la beso. Un beso lento y cargado de amor, de pinceladas
de esperanza.
-Lo
somos-Aseguró Elliot sonriente.
-Bueno,
la verdad es que… nunca pensé que sería madre… Suena extraño “Madre”. Y además,
con un médico tan guapo… Me he buscado un buen partido-Bromeó y se acomodó en
su pecho. Su camisa olía tan bien como él y estaba tan cómoda, que los ojos empezaron a cerrársele poco
a poco.
-Cállate
y duerme… Sueña con todos los días que nos quedan. Sueña con Isaac.
-Quiero
que estés cuando despierte… No me vuelvas a dar esos sustos-Murmuró en el filo
de la conciencia- No vuelvas a irte...
Que bonito! Me ha encantado! Julieta ha podido tener al bebé y están los dos bien, pero Elliot... quiero saber que ha estado haciendo, estoy muy intrigada.
ResponderEliminarUn beso
espero que eliot tenga una buena explicacion..... por otro lado me gusto mucho el capi y escribes genial, gracias <3
ResponderEliminarBienvenido al mundo Isaac!!!! ^^ Estoy super feliiiiz, estoy super feliiiiz :D Me alegro un montón de que todo haya salido bien :) He podido sentir perfectamente el miedo de Julieta :S pero también que la esperanza está ahí y que hay que saborearla mientras se pueda ;)
ResponderEliminarSin embargo, me intriga dónde se había metido Elliot todo ese tiempo. No tiene pinta de ser buenas noticias :(
Estoy deseando leer el siguiente ^^
Besos
Qué emoción!!!! ya nació Isaac :-) me alegro que todo haya salido bien en el parto, pero aún la gran interrogante es donde estaba Elliot????
ResponderEliminarme ha gustado mucho el capítulo y esperando el próximo por que todos queremos saber donde se encontraba Elliot Evans!!!
Precioso blog tienes, he pasado por casualidad y me he quedado fascinada... quizás necesite un poco de tiempo reengancharme a la historia pero lo haré.
ResponderEliminarPor lo pronto te sigo, espero que saber algo de ti pronto :)
http://montoutdanscemonde.blogspot.com.es/
Ohhhh ya tuvo al bebé, no me esperaba que se fuera a poner de parto tan pronto la verdad así que fue toda una sorpresa.
ResponderEliminarMenos mal que al final apareció Elliot lo que no se es que hizo toda la noche de paseo... pero bueno al final llego justo a tiempo.
Ya son padres, ahora esperemos que no les pase nada que tienen que cuidar de Isaac ^^
Un capítulo muy completo con el miedo de Julieta pero sobretodo muy tierno, me encanta jaja
Besos ;)