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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo 37






Elliot salió de la habitación cuando se cercioró de que estaba dormida. Estaba agotado y aún no había sido capaz de apartar la terrible escena que había presenciado esa noche… Ni siquiera después de que hubiera nacido Isaac, ni siquiera después de ver a su hijo.

Recorrió el pasillo hasta llegar a la sala se espera, dónde todos esperaban impacientes la llegada de noticias. A penas habían pasado unos minutos desde que había cruzado el mismo sitio corriendo como una bala, sin ver nada ni nadie. Pero ahora, sus padres, Alice y Charlie, e incluso Henry… Le miraban temerosos desde los lúgubres asientos, sin atreverse a dirigirle una palabra.

                -Están bien-Dijo sin más.


Hubo un suspiro generalizado y a continuación, Alice, se levantó y corrió a abrazarlo… Como llevaba meses sin hacer.

                -¿El bebé está…?-Preguntó su madre.

                -En la incubadora… Milagrosamente pesa 1800 gramos y sólo necesitará unos días para que sus pulmones maduren-Le sonrío a su madre y prosiguió-Se llama Isaac.

                -Gracias a Dios-Murmuró Helen.

Ella y su padre también fueron a abrazar a su hijo… Charlie se levantó con gesto preocupado y permaneció de pie, observando la escena con nostalgia.

                -¿Y Julieta? ¿Puedo entrar?

                -Julieta…-Repitió Elliot y aspiro una bocanada de oxígeno.

De repente, la estancia se movió delante de él. Sus ojos se nublaron y se agarró al brazo de Charlie para llegar hasta el asiento.

                -¡Eh, Elliot!- Bramó Charlie y lo sacudió.

Estaba seguro de que llevar un día entero sin comer y sometido a tanta presión le iba a pasar factura.

                -Es solo cansancio-Les convenció.

                -¿Qué te pasa? ¿Qué ha pasado…? ¿Dónde estabas?-Cuestionó Helen, cuya paciencia había rebosado esperando noticias de su hijo durante horas.

                -Jess ha intentado acabar con su vida-Explicó. Alice se tapó la boca con la mano y Helen ahogó un grito- Se tomó un frasco de pastillas y se hizo unos cortes en la muñeca. Me llamó después de hacerlo… Se arrepintió. Pude llegar a tiempo. Está ingresada, pero estable. He dejado a Mathilde con ella.

                -Dios mío…-Murmuró Alice- Esa chica acabará mal.

                -¡No digas eso!-La regañó su padre.

                -Papá, tiene razón… Está mal-Terció Elliot.

Charlie tenía los brazos cruzados y el gesto muy perturbado. Alice lo abrazó por la cintura y se puso de puntillas para besarle en la mejilla.

                -¿Se lo has contado?-Preguntó Charlie, fulminando a Elliot.

                -Acaba de tener un bebé… No creo que sea el momento.

                -No has llamado en toda la noche… Podías haberte molestado un segundo para…

                -Charlie, dejé el teléfono en mi taquilla y después tuve que salvarle la vida a Jess. Me quedé sin batería-Explicó él con calma.

Charlie bufó al cabo de un rato.

                -Perdona, ha sido una noche muy larga-Se disculpó-Voy a llamar a mi… A Emma.

Alice le sonrió y cogió su mano para acompañarle. Henry vio desaparecer a su madre y se sentó al lado de Elliot.

                -Hola, tito Elliot-Lo saludó el niño, después de darle un beso-¿Julieta está malita?

Elliot negó y lo cogió para ponerlo en su regazo.

                -No, pero ha traído un regalo para nosotros. Para ti también. Le ha costado un poco de trabajo y hay que cuidarla.

                -¿Isaac?-Preguntó en voz baja-Es mi primito.

                -Claro, eso es-Confirmó Elliot y le revolvió los rizos que adornaban su cabello.

                -¿Puedo verle?

Helen se acercó a ellos y le tendió la mano a Henry.

                -Vamos, los abuelos también van a ir a verlo -Se ofreció la madre de Elliot. Lo cogió en brazos y el niño la abrazó con fuerza por el cuello. Helen examinó a su hijo antes de darse la vuelta-Come algo, anda… y enhorabuena cariño.

Oír esas palabras en boca de su madre le hizo ser más consciente de la realidad. Julieta acababa de dar a luz a un bebé. Ese bebé era suyo y estaba bien. Era padre… Aún no conseguía mantenerse centrado en esos hechos, en algo totalmente nuevo que iba a cambiar el curso de su vida.

Cuando volvió a la habitación, Julieta aún dormía como un tronco. Se tumbó en el sofá y permitió que sus ojos se cerraran unos minutos. Unos minutos que duraron horas, hasta que las voces lo despertaron.


***


                -Dime lo que pasa, Mathilde, por favor-Rogó Julieta- Estáis todos muy raros… Elliot desaparece y ahora está como agotado y tú… ¿Dónde estabas?

                -Siéntate-Dijo Mathilde.

                -No… No quiero sentarme. Habla.

                -No puedo. Es mejor que sea Elliot quien te lo cuente.

                -¡¿Contarme qué?!

Elliot, que llevaba un rato escuchando, abrió los ojos y se incorporó.

                -Hola nena, ¿Estás bien?-Preguntó, echándole un vistazo.

En realidad, estaba bastante bien para las circunstancias. Se había arreglado un poco, llevaba el pelo recogido en un moño despeinado y también se había puesto algo de maquillaje, colorete y máscara en las pestañas. Estaba levantada y sonriente.

                -Sí, muy bien ¿Y tú? Tienes mala cara-Comentó Julieta y se sentó a su lado-Llevas horas durmiendo…

                -No te preocupes-Dijo y se dirigió a Mathilde-¿Puedes dejarnos solos?

Ella asintió y ambos esperaron hasta que la puerta se hubo cerrado.

                -¿Qué pasa?-Cuestionó ella.

Le contó lo sucedido sin omitir un solo detalle. Julieta lo escuchó atenta, mirando un punto en el suelo. Su gesto era impasible y eso escamaba a Elliot.

                -Eso es todo-Acabó finalmente.

                -Vaya… Jess… Lo siento por ella ¿Está bien?-Dijo al fin.

                -¿No vas a decir nada más?-Preguntó extrañado.

Negó y él frunció el ceño. Sabía que Julieta la odiaba y temía que al contarle que ella había sido el motivo de su desaparición, entraría en cólera y más siendo consecuentes con las circunstancias de aquella noche.

                -¿Qué quieres que diga?

                -Es Jess, Jul… -Le recordó Elliot. Julieta se encogió de hombros y se levantó despacio.

                -Quiero ir a ver a Isaac. Antes debería mandarle unas flores… Espera-Cogió el iPhone, marcó un número y esperó mirando por la ventana, hasta que volvió a hablar-Buenos días, soy Julieta Pope, me gustaría que mandaran un ramo de peonías al hospital Monte Sinaí. Habitación…-Se dio la vuelta para ver a Elliot, que aún estaba pasmado.

                -536-Dijo él.

                -536-Repitió Julieta- Sí. Peonías rosas… Acompañado de una dedicatoria “Mis mejores deseos para una pronta recuperación. Con cariño, J.P” Claro, muchas gracias.

Dicho eso, colgó el teléfono y se colocó una rebeca de lana de color beige.

                -¿Estás bien para andar?

                -Un poco incómoda, pero cogeré la silla… Así el esfuerzo lo haces tú esta vez-Bromeó con una sonrisa de oreja a oreja y le besó. Elliot hizo lo mismo, sorprendido, sin dar crédito a su reacción.

La unidad de neonatos del hospital era un sitio dónde se respiraban diferentes emociones; Esperanza, alegría… O tristeza. Un sitio muy diferente al resto del hospital. Algunos bebés estaban monitorizados o dentro de las incubadoras. Algunos tenían tantos cables y tubos que apenas se veían los pequeños cuerpecitos, que luchaban frenéticos para seguir viviendo… Los que tenían más suerte, sólo esperaban con algunos cuidados específicos a madurar un poco más.

Isaac estaba en una incubadora situada en una esquina de la sala. Su pecho subía y bajaba con energía, con cada aliento, junto a su veloz corazón, monitorizado en todo momento. Llevaba un pañal minúsculo y una especie de gafas de sol que protegían sus ojos.

Julieta acarició el cristal y no pudo evitar llorar al verle. Notó una punzada de dolor cuando vio el tubo que salía de su nariz. Elliot la abrazó por los hombros.

                -No te preocupes, por ahí le meten los fármacos para los pulmones. Está dormido y no le duele-Explicó dulcemente.

                -¿Estará bien?-Sollozó Julieta.

                -Claro que sí-Dijo él y besó la mejilla de Julieta-Sólo será una semana, quizá un par…

Después la enfermera se acercó a ellos y dejó que Julieta pudiera tocarle a través de las protecciones de la urna.

                -Me siento bien-Murmuró Julieta.

Ambos estaban sentados al lado del aparato, observando al pequeño ser que dormía dentro. Elliot sonrió y le dio unas palmaditas en la pierna.

                -¿Ah sí?-Preguntó él.

                -Sí… Es una sensación agradable… Que nada puede ir mal ahora.

                -Claro que nada irá mal, Jul.

                -Sé que no. No voy a permitirlo-Dijo ella, tenía los ojos ensombrecidos.

                -¿Por qué dices eso?

                -Por nada… Por nada…

Suspiró y le besó… Quería callarle, apartar la duda de Elliot para que no sospechara lo que en realidad, estaba dispuesta a hacer si alguien quería perturbar su felicidad.
               






5 comentarios:

  1. Uuuuuuu a saber lo que está pasando por la mente de Julieta :S Ahora es madre y nadie debería subestimar lo que una madre está dispuesta a hacer por la felicidad de los suyos...
    En cuanto a Jess... akjdluiewnqackjnweja ¡¡¡¿Por qué siempre es la culpable de todo lo malo?!!! Bueno... ¬¬ a lo mejor de todo no... pero es especialista en arruinar las cosas. Aunque me alegro de que Elliot la ayudara :( No quiero que muera nadie, ni siquiera la diablesa obsesa de Jess.
    Bueno pues eso era todo jaja Estoy deseando leer el siguiente para seguir conociendo al pequeño Isaac *.*
    Besos

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  2. Me ha encantado el capitulos, sobre todo cuando han ido a ver a Isaac, me ha parecido super tierno. No me esperaba lo de Jess, para nada. Me muero de ganas de leer el siguiente.
    Un beso

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  3. Sería raro faltaba la Jess esta de las narices... la tengo cruzada desde hace muucho tiempo pero de todo lo que se me paso por la cabeza que podía haber estado haciendo Elliot eso no se me ocurrió, vale, pensaba que estaba muerto o que lo habían intentado matar pero bueno dejaré mis elucubraciones a parte.
    Me alegro de que Isaac esté bien, espero que tu mente perversa no le haga nada que nos conocemos...
    Claro, estos capítulos son como felices con todo lo del bebé y cuando lo van a ver y todo me encanta ^^
    Besos ;)

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  4. AWWWWW Me alegro de que Elliot haya vuelto, aunque no tanto el motivo... (bueno, entiéndeme, ha sido una buena acción porque ha ayudado a alguien, pero es que Jess no me cae nada bien...) AERSRTDFTFYGJ En serio, ¿por qué no está listo el capítulo 38? ¿Es que quieres matarme de ansiedad? El final de este capítulo me ha dejado... ¿TIENE ALGO PLANEADO JULIETA? NECESITO SABER QUÉ OCURRE Y QUÉ VA A OCURRIR.
    Y buf, te diría todos los adjetivos que podrían describir esta historia y tu forma de escribir, pero creo que ya los conoces, ¿no? ;) El caso es que se puede resumir en: PERFECTO.
    Así que no me enrollo más, y te dejo ESCRIBIR EL SIGUIENTE CAPÍTULO tranquila *guiño, guiño*

    Un besazo cielo! <3

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  5. me gusta mucho tus capítulos ojala sigas así. por fi si os interesa pasaros por mi blog : www.loverlystoryoflove.blogspot.com

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