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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Capítulo 3





Hace unos días que Elliot sueña con ella… La chica misteriosa que se ha instalado en sus pensamientos, incapaz de salir de ellos. Es como si sus ojos verdes, su piel, su pelo… Fuera imborrable. Se dice así mismo que no es algo sano, que es una extraña obcecación por la situación de aquella noche. Siente algo dentro, algo extraño que le impide leer por completo las páginas de su historial, cuando lo tiene delante, que le hace preguntarse como estará. Su instinto coincide, teniendo la necesidad de protegerla, de saber más de ella.

Es Martes y eso significa volver a verla.




-Doctor Evans, éstas son sus citas de hoy. Sí necesita cualquier cosa… -La sonriente Lucy habla arrastrando las palabras, sensualmente.

-Número treinta y tres- Acaba Elliot- Hasta luego- Le dedica una sonrisa forzada a Lucy, que muerde el bolígrafo insinuantemente con los dientes. Le da la espalda, alejándose despacio.

-¡Perdone!- Exclama ella, obligándose dar la vuelta- La señorita Pope ha cancelado su cita- Él corazón de Elliot sube de repente hasta su garganta. Mira a Lucy fijamente, con los ojos muy abiertos, como si estuviera loco.

Sin saber el porqué, comienza a imaginar miles de cosas terribles que podían haberle pasado para cancelarla.

-¿Se encuentra bien?-Pregunta Lucy, pasados unos segundos. Elliot sale del aturdimiento, parpadeando varias veces.

-Sí,… Eh ¿Ha dicho por qué la ha cancelado?-Balbucea.

-No. Llamó su empleada… Teresa.

<< ¿Por qué no ha llamado ella?>>

-Bien, gracias-Se mete deprisa en el despacho. En ese momento, suena el timbre de su teléfono. Saca la BlackBerry de su bolsillo y pulsa el botón verde.

“Alice”

-Hola Alice- Contesta, intentando aparentar un tono de normalidad.

-Elliot, tienes que hacerme un favor ¿Puedes recoger a Henry? Iré esta tarde a por él a la clínica. Por favor- Le pide su hermana muy deprisa.

-Claro, tranquila- Sí hay algo que pueda hacer que se olvide de Julieta, ese es Henry.

-Gracias, gracias, gracias. Llego tarde… Te quiero. A las dos en el colegio, no lo olvides.- La llamada se corta antes de que Elliot pueda responder.



La mañana pasa como una terrible y agónica clase de tortura. Nunca antes le había afectado de tal manera hablar de su trabajo, pensando sin parar las razones por las que ella no está aquí.

A las una de la tarde, sale el último paciente. Elliot abre uno de los cajones de su escritorio y busca entre los historiales. Llega hasta la pestaña con la letra "J" y mira los nombres hasta que se encuentra con el de Julieta.

Paciente: Julieta Eve Pope. Número: 000731

Teléfono personal: 9832218813

Teléfono de emergencia: 3426741113



Elliot marca en el teléfono de su consulta el segundo número y vacila un momento en si hacerlo o no. Finalmente, llama y espera, moviendo con nerviosismo su pierna derecha . Al tercer tono, se oye un ruido.

-¿Sí?- Es la voz de Teresa, que él reconoce al segundo.

-¿Teresa? Soy… Elliot Evans ¿Se encuentra bien Julieta?-Explica y pregunta con varias pausas entre frase y frase.

-Oh, señor Evans… Un placer hablar con usted- Lo saluda alegremente- Julieta está en los Hamptons. Se fue allí hace dos días.

<< ¿También tiene una casa allí?>>

-Pero… ¿Está bien?-Pregunta, no queriendo parecer desesperado.

-Claro ¿Por qué no iba a estarlo?-Se extraña Teresa.

Elliot empieza a caer en la cuenta de que Teresa no debe saber lo del cáncer, ni siquiera parece saber que él es médico. Todo se vuelve más y más extraño en torno a ella.

-Por nada… Gracias Teresa. Eso era todo-Concluye con un hilo de voz.

-¿Le digo que ha llamado?

<< No, no, no, no>>

-Tranquila, no es necesario- Responde Elliot sin darle importancia- Gracias, otra vez, y buenas tardes.

- No hay de qué. Buenas tardes, señor Evans- Contesta Teresa alegremente. Después se escucha el sonido de la linea telefónica.

<< Dos días. Los Hamptons. >>

Sale de la consulta, con la conmoción de su última llamada. Lo único en lo que puede pensar, es en que puede que ella esté allí y que no esté bien.

Baja hasta el Parking subterráneo del edificio. Se monta en el Mercedes y su BlackBerry vuelve a sonar. Está vez, el número no le es familiar. Frunce el ceño y pulsa el botón.

-Elliot Evans.

-Doctor Evans. Soy Julieta Pope- Elliot permanece en silencio, debido al Shock- ¿Doctor Evans?

-Hola Julieta- Saluda relajado aunque en realidad está tenso y da pequeños golpecitos en el volante con sus dedos nerviosos.

-¿Está libre esta noche?- Pregunta sin titubear Julieta. La boca de Elliot forma una mueca de felicidad al oírla.

-¿Esta noche?-Su corazón late furioso dentro de su pecho.

-Sí… Para cenar- Dice Julieta con tranquilidad.

-Claro, sí. Bien-Acepta con demasiado entusiasmo- ¿Paso a recogerte?

-Sí. A las nueve-Contesta y sonríe en silencio.

-Eh… Nos vemos a esa hora.

-Perfecto… Hasta luego Elliot… Y por cierto, me encuentro bien- La llamada se corta. Elliot se queda unos segundos manteniendo el teléfono sobre su oreja, mientras escucha el pitido de la linea. Suspira y se lleva las manos a la cabeza. Ahora, una mezcla de miedo y deseo recorre cada centímetro de su cerebro.

<< Se ha enterado de que he llamado a Teresa. Sabe que he preguntado eso >> Su miedo, gana el pulso a la euforia que sentía hace solo un minuto.

<< ¿Y si no va a ser una cena agradable?>>

Arranca el coche y va al colegio de Henry. Se apoya en la puerta, pensativo, hasta que suena el timbre. Una avalancha de niños invaden las escaleras. Mira hacia todas direcciones, empezando a sentirse nervioso, sin ver a Henry. De pronto, alguien tira de su pantalón. Su sobrino tiene el pelo rubio enmarañado, lleno de plastilina verde y la cara llena de tiznajos negros.

-¿Vienes de la guerra?-Le pregunta y lo coge en brazos. Él niño lo abraza con fuerza por el cuello y Elliot le da un beso en la mejilla.

-¿Y mamá?-Cuestiona al mirar en todas direcciones y no ver a su madre.

-Trabajando ¿No te gusta que venga yo a recogerte?-Monta a Henry en la parte de atrás del coche y lo abrocha en la silleta.

-Sí me gusta, pero mamá es más guapa, tito Elliot- Explica el niño seriamente. Elliot se ríe a carcajadas mientras se monta delante y arranca el coche.



Van hasta un McDonals cercano a comer (Con la condición de que sea un secreto) y vuelven a la consulta, dónde Henry se queda con Lucy hasta que Alice, viene a por él.



-¿Se ha portado bien?-Pregunta Alice al llegar, cogiéndolo en brazos.

-Sí, genial- Él le guiña un ojo al su sobrino, que intenta devolverle el gesto y guiña los dos.

-¿Y a ti que te pasa? Estás muy inquieto-Le pregunta mientras que le pone la bufanda a Henry.

-¿A mí? Nada…-Responde, quitándole importancia al tema.

-Venga… Suéltalo ya-Replica su hermana, que lo conoce demasiado bien como para tragárselo.

-Alice…-Dice cansadamente, pero sonríe al sostener la mirada a su hermana.

-No puedes engañarme-Susurra Alice y levanta las cejas.

-He quedado para cenar esta noche-Su hermana abre mucho los ojos y sus labios forman una o.

-Con… con… ¿Julieta?-Elliot asiente con una pizca de entusiasmo. Ella parece más feliz aún que él.- Jo-der.

-No sé si está bien, Alice… Pero es que ella… No sé qué me pasa- Se sincera Elliot mirando a Henry que busca en la estantería algo con lo que jugar. Alice se acerca y le frota los hombros.

-A ver, tú tranquilo.

-Es mi paciente... Esto no está bien-Comienza a decir, llevándose las manos a la cabeza y temiendo que todo esto sea un terrible error.

-Es tu paciente pero no pasa nada... Además, se te ve encantado-Tercia Alice y se acerca a él para abrazarlo.

-Julieta no está bien. Es como si no quisiera vivir, o le diera igual. No tiene familia. Y creo que nadie sabe que tiene una enfermedad grave-Explica Elliot a Alice que escucha atentamente desde su hombro.

-¿Crees que nadie lo sabe? ¿Sólo nosotros?-Se separa de él y lo mira seria. Elliot asiente despacio y ambos se quedan en silencio-Sé que no es mucho… Pero parece que te gusta. Ayúdala… Acércate a ella ¿Quién sabe? Quizá te haga caso.

-De momento voy a cenar con ella. Intentaré saber algo más…

-Tienes que contármelo todo.

-Sí, te contaré las novedades.

-Yo voy a irme... Henry tiene que cenar. Mucha suerte- Se acerca a él y le da un beso en la mejilla, acompañado de una sonrisa que le reconforta.



Cuando llega a casa, se mete deprisa dentro de la ducha, temiendo llegar tarde.

Se afeita y usa el after shave. Coge una camisa blanca, una chaqueta gris, pantalones negros y se viste de prisa. Se decide a ponerse una corbata negra, después de meditarlo durante unos minutos enfrente de su armario. La anuda alrededor de su cuello con torpeza, debido a que tiene las manos envueltas en un sudor frío.

<< ¿Debería decidir un sitio dónde cenar?-Piensa antes de salir de casa- Es ridículo, y seguro que ella ya sabe el sitio exacto. Julieta…Claro  que ella sabe dónde vamos a cenar ¿Una mujer me lleva a cenar? >>



Atraviesa la mitad de Nueva York hasta el edificio de Julieta. Le tiende las llaves al aparcacoches que parece encantado de conducir otra vez el Mercedes.

El portero del edificio lo reconoce y lo saluda educadamente. Lo acompaña al ascensor y se mete con él, introduciendo la clave del ático. Al llegar arriba, la puerta se abre y Elliot se encuentra ante la entrada de ese maravilloso lugar. El portero se despide y las puertas se cierran tras él.

Carraspea la garganta, al ver que no sale nadie. Se asoma hacia el interior del hall, buscándola a ella, pero está completamente vacío  Se oyen unos pasos que bajan por la escalera, un sonido de tacones que hacen que Elliot se ajuste la corbata y los puños de la camisa, al mismo tiempo que tose nervioso.

Julieta Pope aparece en la entrada, le sonríe y él hace lo mismo mientras admira su figura y su espectacular aspecto. Lleva un vestido en color nude, con mangas semitransparentes y pedrería en el cuello… Su pelo está recogido en una coleta alta. Elliot traga saliva mientras repasa su figura hasta llegar a sus ojos ahumados en negro, como la noche en que la conoció.

-Hola Elliot, pasa-Saluda ella con una enorme sonrisa y le hace un gesto con la mano.

-Julieta, estás… Ese vestido… Te favorece- Responde atropelladamente, abochornado. Ella se sonroja y le da la espalda, entrando en el hall, Elliot la sigue.

Julieta comienza a dar vueltas alrededor de los sillones rojos, levantando los cojines y resoplando.

- Creo que he perdido mi bolso… ¿Dónde lo he dejado? Mierda. A ver, arriba no está…-Se queda parada en medio de la habitación, repasando sus movimientos- He bajado con él… He ido a la cocina-Dice mientras Elliot sigue plantado, mirándola embobado. Julieta desaparece un minuto en la cocina y reaparece sin el bolso. Él busca para ayudarla, revisando los muebles sin moverse del sitio.Ve algo sobre una de las estanterías llenas de libros. Un bolso negro, con pequeñas piedras plateadas. Se acerca con calma y lo coge.

-¿Es este?-Pregunta, manteniéndolo en alto. Julieta se da la vuelta y clava la vista en el accesorio. Durante unos segundos, sus ojos parecen tristes, finalmente suspira, pone los ojos en blanco y sonríe.

-Claro. Lo dejé ahí… Gracias-Habla con fingido entusiasmo. Elliot nota perfectamente su incipiente nerviosismo.


Elliot le tiende el bolso y ella se acerca muy despacio hasta él. Lo coge y se queda un momento quieta examinando el accesorio de piel. Levanta la mirada y sus ojos se encuentran con los de Elliot.

-¿Puedo preguntarte algo?- Suelta ella.

-Claro...-Le responde y ella se acerca un poco más a Elliot.

-¿Aceptas habitualmente cenar con tus pacientes?-Susurra a apenas unos centímetros de Elliot. Él sonríe y empieza a notar un profundo calor recorriendo todo el cuerpo.

-No.

-¿Y te interesas tanto por ellas?-Elliot niega con la cabeza- Cenaremos pues.- Julieta se separa de él, girándose hacia la entrada. Elliot contiene la respiración, agarra su brazo y la atrae contra su pecho, en un impulso desesperado de probar sus labios. La respiración de ella se vuelve entrecortada, debido al sobresalto.

-¿Necesitas algo?-Pregunta jadeante Julieta, mirando sus labios, incapaz de alzar su mirada unos centímetros más.

-No... Quizá, quiera hacer algo... Es extraño, pero tengo la necesidad de hacerlo-Susurra. Elliot aparta el pelo que descansa sobre sus hombros, provocando un escalofrío en ella , activando todas sus terminaciones nerviosas.

-Hazlo.

Se miran... Segundos, hasta que sus labios se unen con fiereza en un beso furioso y cargado de tensión.

Julieta se separa de él, poniendo la mano sobre su pecho. Baja la mirada, sus mejillas arden debido al calor que inunda la habitación. Suspira y vuelve a mirar a Elliot, que parece librar una batalla interna.

-Lo siento- Susurra finalmente él, incapaz de mirarla.

-No… No...-Balbucea Julieta, incapaz de expresar todo lo que está pasando por su cabeza-...No lo sientas…Es...

-¡Julieta!- La voz de Teresa bajando por la escalera, los interrumpe. Los dos se separan al menos un metro. La señora regordeta los mira un instante con el ceño fruncido, examinando la situación. Lleva una bolsa y un abrigo sobre el brazo- Señor Evans, encantada de volver a verle-Sonríe.

-Igualmente, llámeme Elliot- Le dice Elliot que se aclara la garganta.

-¿Salen a cenar?

-Sí. ¿Te vas ya a casa?- Le pregunta Julieta, que se lleva la mano a su mejilla. Teresa asiente y le sonríe-Bueno, bajemos… Nosotros… también nos íbamos ya.

Los tres entran en el ascensor y permanecen en una incómoda situación, interrumpida por los comentarios de Teresa sobre el tiempo, la nieve y la imposibilidad del tráfico. Elliot mira fijamente a Julieta, que le dirige miradas intermitentes, cargadas de algo llamado atracción.

5 comentarios:

  1. Me encantaaaaa! Ha merecido la pena esperar.
    El sobrino de Elliot es tan gracioso y el beso entre Elliot y Julieta ¿Que decir del beso? Es simplemente maravilloso!
    Un besazo y felices fiestas
    Tu fan number one

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  2. Me ha encantado el momento incómodo del ascensor XD Y ha habido beso y todo!!! Me tienes encantada María :D Sigue así
    Feliz Navidad ;)
    Muuuchos besos

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  3. DIOS MIO ME encanta es sinceramente genial!! Espero el siguiente pronto cielo!!!

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  4. Puff me ha encantado,no me esperaba el beso tan pronto pero vamos que genial ,más sorprendente!
    Felices fiestas!

    PD:Me encanta que pongas una canción con cada capítulo.

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  5. Que situación tan incomoda la del ascensor JAJAJAJAJA

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