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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

viernes, 28 de junio de 2013

Capítulo 29


La visita al Hospital de Julieta había conseguido un acercamiento entre ambos después de demasiado tiempo y eso era suficiente para otorgarles un grado de esperanza para los dos.

No era algo que pudieran controlar, se limitaban a ser prudentes, después de tanto tiempo. La pregunta era sí lo conseguirían o el dolor que se habían hecho mutuamente, junto con la situación actual, los dejaría… Ese era el miedo que les controlaba a llevar a cabo sus acciones.

Julieta le echaba de menos, tanto que la última semana teniéndolo a su lado de esa forma tan ausente le resultaba mucho peor que los últimos tres meses. Estaba decidida a acabar con eso, pero algo no le dejaba…

Rencor, sin más. El recuerdo de tantas noches en vela, de tantas lágrimas de rabia e impotencia, imaginando que ella fuera la única culpable de su dolor, de su desaparición, creyendo que el destino de Elliot se convertiría en algo fatídico y que ella no podría seguir viva después de eso, esperando un bebé que no tendría a nadie.

Ahora que lo tenía junto a ella, que sabía que estaba bien, a salvo, y con muy buenas razones del porqué de su desaparición… No llegaba a comprender que le hubiera hecho pasar por esas semanas agónicas en las que esperaba en la cama una llamada de algún hospital, o de la policía… De un depósito de cadáveres. No entendía que ni siquiera dejase una nota y eso la estaba cegando.

Cada sentimiento que la acercaba a él, era un recuerdo de que podría volver a pasar.

Lo que la sacaba de aquel estado de confusión, era su madre. Oportuna y acertada al enviarle la carta, estaba consiguiendo lo que nadie había hecho… Que se centrare en algo apartado su confusa y perturbadora realidad.



Elliot mientras tanto, salía del agujero de la culpa lentamente… Estaba oscuro y era cegador ver la luz de nuevo, pero la visión, aunque dolorosa, le resultaba preciosa.

Cambiaba a cada segundo que pasaba con ella. Comenzaba a descansar, a quitarse toda esa presión. Estaba haciendo todo lo que estaba en su mano para ella, por ella, por los dos.

Dentro de él crecía una nueva ilusión… De que todo acabara, de que pudiera sacarles a los dos de ese cúmulo de situaciones adversas.

Porque con el sonido veloz de un corazón en un monitor, se había vuelto más fuerte.



Al llegar a casa después de la ecografía, Elliot preparó la comida para los dos. Ese gesto extrañó a Julieta, pero él le contó que había aprendido algo durante el tiempo que había pasado en Europa. Así que, contrariando la convicción de Julieta de que era imposible, cocinó ternera con menestra de verduras.

No habían hablado mucho de camino a casa, solo unas cuantas frases cortas que apostaban a crear una conversación, pero que lo único que hicieron fue interrumpir el silencio durante unos instantes.

Julieta se metió un trozo de ternera en la boca con precaución, temiendo que se desatara un horror gustativo en su lengua, pero su expresión cambió al saborear ese delicioso estofado.

Elliot la observaba expectante, así que su sonrisa le alivió y sonrió de oreja a oreja.

           -Nunca pensé que diría esto, pero está… Delicioso-Admitió Julieta y se metió otro trozo en la boca.


          -El mérito es de la abuela de Mathilde-Explicó él, mientras se servía una copa de vino-Es una persona asombrosa, seguro que te encantaría conocerla… Me gustaría que fueras a Francia conmigo este verano, su pueblo es…

Se paró en seco, al ver el rostro apagado de Julieta, y bajó la mirada a su plato.

Odiaba que Elliot hiciera planes como si nada, que su memoria fallara por arte de magia en la conversación, imaginando un futuro próximo.

Le miró a los ojos y suspiró, haciéndole entender con ese simple gesto, que parara.

     -Ayer mismo llamé a mi madre…-Dijo Julieta, cambiando radicalmente de tema-Por eso tenía que enseñarte la carta esta mañana-Río con nerviosismo y bajó la mirada a su plato-Estoy atacada… No sé. Bueno, quizás no salga bien… ¿Quién sabe?

     -Pero puede que si salga bien.

Sus miradas se cruzaron y se mantuvieron firmes durante unos segundos fugaces.
     -Cuando estábamos en el hospital, le envié un correo a Charlie… Explicándole todo esto. Su contestación fue que estaría aquí a las cinco, solo eso. Creo que lo que me da más miedo, es su reacción.

     -Él se lo tomará bien, aunque puede que esté sorprendido. Yo también lo estoy-Admitió Elliot y le dedico una sonrisa de complicidad- Deberías dormir hasta que llegue, Julieta-Dijo, temiendo que su recomendación le resultara insultante-Ha sido una mañana muy larga y estás cansada.

Ella permaneció callada. Era consciente de que estaba cansada, y aunque se preguntaba como Elliot la conocía tan bien, no podía evitar sentir rabia porque se lo recordara a cada momento.
     -Sí. Iré a dormir-Contestó con sequedad y se dio prisa para acabarse el plato.

     -¿Has pensado algún nombre?-Preguntó de repente Elliot, dejándola atónita. A Julieta se le encendieron las mejillas y negó con la cabeza.

No daba crédito a que le estuviera hablando del bebé, la razón por la que Elliot la abandonó…
     -¿Tú sí?-Reformuló ella, con una pizca de picardía.

     -Desde hace dos horas no puedo dejar de pensar en nombres… Es… Es extraño-Elliot tenía los ojos brillantes y ansiosos. Ella se encogió de hombro y se levantó de la mesa.

Comenzó a recoger los platos de ambos y apilarlos uno sobre otro, pero Elliot la frenó.

     -Lo haré yo, Jul-Murmuró con un hilo de voz, quitándole los platos de las manos.

     -Puedo yo…

     -Jul…

Escuchar su nombre de aquella manera le provocó una pizca de dolor y contuvo el aliento, resoplando con cansancio y rindiéndose ante su fuerza.

    -No me llames así-Añadió con seriedad y subió deprisa las escaleras, dándole la espalda a su gesto crudo.

Se sentó sobre la cama y se arrepintió de haberle dicho eso. Estaba siendo cruel, pero una parte de ella quería serlo. Una parte importante le decía que se lo merecía.

Fue hasta el baño y llenó la bañera con agua muy caliente. Necesitaba darse un baño después de la lluvia, que la había dejado destemplada, aunque no tenía claro que fuera solo eso.

Una vez dentro, repasó mentalmente lo que había pasado en el hospital. Sonrió tímidamente al recordar el gesto de Elliot al ver al bebé, y se preguntó si un día en que ella no estuviera él se las apañaría bien con una persona tan pequeña.

Deslizó las manos por su vientre con delicadeza, acariciando la marcada curva que se formaba en ella.

     -Por lo menos ya no es un zombi… Tú papá está reaccionando… Algo es algo- Susurró Julieta.

De pronto, se escucharon dos golpes en la puerta del baño de su habitación. En un acto reflejo, Julieta cogió la toalla y se tapó lo que pudo.

     -¿Qué…? ¿Qué pasa?-Preguntó ella con urgencia.

     -¿Estás en la bañera? -Cuestionó la voz de Elliot.

     -Sí. Desnuda en la bañera… ¿Qué te pasa?

     -Quería decírtelo en la cena… Pero has huido de mí ¿Puedo pasar?-El sonido de sus palabras era ansioso… Como si no pudiese esperar.

     -¡Elliot, que estoy desnuda!-Bramó con las mejillas muy sonrosadas, aunque la situación le parecía, cuanto menos, cómica.

     -Soy médico… Es algo natural… Y te he visto muchas veces-Dicho esto a modo de justificación, abrió la puerta. Julieta se llevó las manos a la cara y suspiró.

     -Lo siento-Se disculpó él, intentando desviar la mirada de Julieta.

A pesar de lo que le había dicho, le resultaba perturbador verla así después de tanto tiempo… Y embarazada.

     -Bah… Da igual. Habla-Dijo cansadamente, Julieta.

     -Mira, después de tanto tiempo, lo hemos estudiado tan bien, que tiene muchísimas posibilidades de que surta efecto-Comenzó a explicarle con entusiasmo, dando vueltas por la reducida habitación.

     -¿De qué…?

     -Puedes pensar que asusta que haya una mujer en coma por someterse a ello, pero sinceramente, no creo que a ti te vaya a pasar lo mismo. Tú cuerpo está resistiendo mejor, eres más fuerte… Así que, ¿Por qué no arriesgarnos a hacerlo lo más pronto posible?

Julieta no había imaginado que la solución estuviera tan próxima. No podía sentirse como Elliot, sino que empezaba a notar como el miedo subía por su garganta.

     -Pero el bebé…

     -No le va a pasar nada. Esperaremos un mes para la operación, hasta que tenga opciones de sobrevivir…

     -Elliot…

     -¡Julieta, el embarazo incrementa la producción de células cancerígenas y no me puedo arriesgar a que te mate!-Exclamó, con los ojos fijos en ella.

     -Pero… No… El tratamiento…-Los ojos empezaban a escocerle e hizo un esfuerzo por parpadear y aguantar las ganas de derramar unas lágrimas.

     -¡Puede no ser efectivo! No tienes por qué tener miedo, seguro que sale bien…

     -¡No es por mí!-Grito con furia y salió de la bañera-Yo me doy igual… Mi prioridad…

     -Es él-Completó Elliot con tristeza- Pues hazlo por eso.

     -No sé por qué mierda me cuentas esto ahora ¿No me habías dicho que descansara?-Le incriminó con cara de muy pocos amigos, intentando que la conversación se desviara.

Hacía calor dentro. El vapor del agua caliente había empañado los cristales y la temperatura aumentaba con cada frase ahogada.

Se puso en albornoz y salió de ese espació asfixiante con premura. Deseaba que alguien los interrumpiera, que la conversación acabara en ese preciso momento… No quería hablar de eso, pero Elliot estaba en el lado opuesto.

     -Julieta… Por favor. Habla esta noche con Mathilde. Ella está de acuerdo… Puede que confíes más en ella.

     -Confío en ti. Como médico… Pero no voy a operarme hasta que el bebé nazca. Y no, no voy a tener un parto prematuro y controlado donde todo pueda salir mal. Lo siento. Es mi última palabra. Seguiré con la quimio. Tú puedes rezar, como hago yo.

Elliot se sentó sobre el colchón de la cama y suspiró.

     -No me lo hagas tan difícil-Murmuró, sin mirar en su dirección.

     -Elliot… Voy a dormir un rato, estoy cansada. No quiero hablar más de esto-Suplicó cansadamente-¿Por qué has tenido que hablar de esto? ¿A caso no me merecía seguir disfrutando de unas horas sin hablar de mi estresante y difícil situación?

Él siguió callado, con la mirada cabizbaja.

     -Necesito estar bien… Distraerme ¡Voy a ver a mi madre! ¡Por dios, es algo que no esperaba! Una sola vez quiero pedirte que te olvides de todo y seas un padre que habla de nombres y que… No sé ¿Compra sillitas para el coche? O lo que sea que haga un padre normal… Estoy cansada. Mucho.

      -Lo siento-Se disculpó con voz ronca y salió de la habitación de Julieta.

Ella se quitó el albornoz, se colocó una camiseta y unas braguitas y se metió en la cama, tapándose hasta la cabeza con la ropa de cama, y preguntándose si alguna vez iba a dejar de sufrir.

Comenzó a llorar, echándole la culpa a las hormonas por esa sensibilidad tonta que tenía, hasta que se desahogó por completo.


Y pudo dormir.

4 comentarios:

  1. Me encanta Jane!
    Tu manera de escribir y la gran historia hace que me encante todo de tu blog. Espero poder seguir leyendo pronto.
    Un beso enorme

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  2. No sé cómo lo consigues Jane pero cada vez escribes mejor ^^
    Me encanta la mezcla de sentimientos que describes porque hace que la historia sea mucho más real. Si algo de lo que tengo ganas es de conocer a la abuela, aunque solo sea para revelar el misterio jaja
    Muchos besos y hasta la próxima

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  3. Teniendo en cuenta que llevo sin comentar no se cuanto tiempo y leyendo los capítulos en el móvil porque eso si que lo seguía haciendo, este me dejó todavía más impactada de lo habitual, pero bueno como ves ya estoy otra vez por aquí con mis comentarios.
    Lo de la madre no se es como que me da mala espina a ver si va a ser una loca que se escapó de algún sitio o algo *yo sacando conclusiones raras*
    Eso si, sigue sin gustarme que Julieta y Elliot se peleen tanto...
    Ahora es cuando le pasa algo a Julieta así de imprevisto y la tienen que operar de urgencia y terminan sacando al bebé *nota mental:debo de dejar de ver tanto capítulos de anatomía de grey seguidos* jajaja
    El capítulo está perfecto, la verdad es que no se como lo haces pero siempre consigues que me encanten^^
    Besos ;)

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  4. ¡¡¡¡MARÍA!!!! (Dime que te llamas así y no estoy metiendo la gamba del siglo, por favor... jajaja)
    Me encantaaa tu historia, Julieta y Elliot son preciosos, a ver qué ocurre con su particular... familia.
    Te he dejado un premio en mi blog, muchos besos.
    http://sonsofwaterandfire.blogspot.com.es/2013/07/noticias-frescas-aunque-haga-mas-calor.html

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