Julieta caminó
por las lindes del parqué saboreando los rayos del sol que adornaban la tarde
de aquél día de abril. Casi no hacía frio y la ciudad derrochaba vida en cada
esquina por la nueva estación. La gente salía a pasear sin tantas capas de
abrigo y se sentaban en los bancos a leer el periódico, disfrutando de la suave
tempera.
Sólo habían
pasado dos días desde que había cenado con Emma y ahora se dirigía al centro de
belleza dónde su madre y ella quedaron para darse un respiro. Así que, después
de la pelea con Elliot para que dejara que se fuera sola, asegurándole por
activa y por pasiva que no iba a pasar nada malo… Y a pesar de que la última
frase de su novio fue <<Haz lo que quieras. >> No con muy buen
humor, Julieta lo dejó en el apartamento, despotricando por lo bajo.
Suspiró al
recordar el cabreo monumental de Elliot mientras esperaban en el recibidor para
que le cobraran la sesión. Emma le dio unas palmaditas en la mano. Estaba
sentada justo a su lado y sabía perfectamente por lo que venía la
preocupación de su hija.
-Vamos, Julieta… Seguro que
cuando llegues y te vea así de preciosa se le pasa-Intentó convencerla.
-No estoy tan segura… Según él
soy una especie de homicida-Dijo y bufó con cansancio- En realidad, lo
entiendo. A ver… Soy una bomba andante. Y sí estoy con Elliot y algo va mal…
Digamos que él puede ¿Desactivarme?
Julieta frunció
el ceño y se encogió de hombros. Miró a Emma y ambas se echaron a reír.
-Es un buen chico…
-Es… es… mi esencia. Puede que
hayamos tenido muchos problemas, que todo haya sido muy precipitado en nuestra
historia, pero… No sé, son cosas insignificantes cuando me doy cuenta de su
fuerza. Elliot es testarudo, sobreprotector y la mayoría de las veces sé que
somos tan diferentes que es una locura. Una enorme locura. Es decir, tengo
veinticinco años… Bueno, la semana que viene tendré veintiséis y hace solo unos
meses que era una inconsciente que a lo que único que aspiraba era a ganar unos
cuantos juicios y a disfrutar el tiempo que me quedaba. Pero mírame, es extraño
como he cambiado… A veces me despierto y pienso que lo tengo todo, Emma… Y
siento vértigo al poder perderlo en cualquier momento.
-Pero cariño… Eso es normal. Yo
lo tengo a todas horas. Creo que es algo que va ligado a la maternidad o al
amor. Yo lo primero que hago al levantarme cada mañana es ir a ver a mis hijas.
Sé que están ahí, pero tengo la necesidad rutinaria de cerciorarme. Tú estás
bien y Elliot también. Habéis superado una dura separación, la enfermedad y
ahora os queda mucho por avanzar. Hazme caso, aprenderás a controlar el
vértigo.
Notó como los
ojos le escocían y bajó la mirada a la vez que sonreía, derramando un par de
lágrimas que interceptó con las yemas de los dedos.
-No llores ¡Acaban de pintarte y
cortarte el pelo!-Bromeó Emma -Entonces… ¿Te ves con fuerzas para ir de compras
para el bebé?-Preguntó.
-Sí ¡Por supuesto!-Sonrió para
sí y acarició su vientre-El pobre no tiene nada que ponerse… Soy un desastre de
madre y aún no ha nacido.
Lo que quedaba de
tarde pasó entre pequeña ropa de colores pastel, elegantes boutiques para bebés
y pre-mamás… Al anochecer, el maletero del coche de Emma estaba hasta arriba de
decenas de bolsas.
*
-Nos vemos mañana, entonces-Se
despidió Emma al dejar a Julieta en casa- Las niñas estarán tan emocionadas por
conocerte.
-¡Claro! Nos vemos mañana… Ya
estoy nerviosa.
Jerry la ayudó a
subir todas las cosas arriba. Al llegar, el ático estaba en absoluto silencio.
-Gracias Jerry.
-De nada, señorita Pope. Buenas
noches.
Fue al despacho,
pero Elliot no estaba. Le pareció extraño que no estuviera en casa, ya que
trabajaba hasta las ocho y eran ya las diez.
-¿Hola? ¿Mathilde? ¿Estás…?
Llamó a la puerta
de su habitación pero no hubo respuesta. Debía haber habido una emergencia en
el hospital y por eso ninguno se encontraba allí, aunque le pareció extraño que
no la hubieran avisado. Cogió su iPhone y llamó a Elliot. Saltó el buzón de
voz.
-Elliot, soy yo. Acabo de llegar
a casa. Tranquilo, estoy bien, pero no sé dónde estás… Eh… Llámame si escuchas
esto. Te quiero.
Cogió las bolsas
y subió al dormitorio. Estaba emocionada por ver todos esos trajecitos
diminutos colgados en su armario, como si le pareciese más real aún después de
aquél día. Se puso cómoda, hizo palomitas y se tumbó en el sofá para buscar en
internet muebles para el dormitorio del bebé. Aún no había hablado nada de eso
con Elliot, pero estaba segura de que le iba a encantar la idea de comenzar
cuanto antes.
A las once y
media, se oyó la puerta. Era Mathilde, y parecía cansada.
-¡Hola!-Exclamó Julieta al
verla, un poco desanimada.
-Hola, Juliet-La saludó y se sentó
a su lado suspirando-Estoy agotada… Mmmm Palomitas.
Cogió un puñado y
se las metió en la boca.
-¿Y Elliot? ¿Sigue aún en el
hospital?
Mathilde se
irguió en su asiento y negó sorprendida.
-¿No ha llegado? Pero si se fue
a las siete…-Dijo.
-Es… Es raro-Reconoció Julieta.
Le preocupó
demasiado esa afirmación y volvió a llamarlo. De nuevo, saltó el buzón.
-Cariño… ¿Dónde estás? Por
favor, llámame. Estoy empezando a preocuparme, es tarde.
Sus palabras le
estremecieron, ya que se parecían mucho a la noche en el hospital en que Elliot
se fugó y no apareció hasta tres meses más tarde.
Eran idénticas.
Se levantó y
caminó nerviosa por la habitación.
-Cálmate, seguro que ha ido a
hacer algo importante y se ha quedado sin batería… Ya sabes que Elliot es muy
despistado para su teléfono-Intentó calmarla.
-Ya… Sí, seguro que es eso
¿Quieres cenar?-Le preguntó a Mathilde-Puedo hacer... ¿Huevos? Tengo un
queso parmesano que le da un toque delicioso.
Ambas sabían que
era una treta para mantenerse ocupada y no pensar negativamente sobre el
paradero de Elliot, así que Mathilde aceptó de buen grado el ofrecimiento.
Apenas consiguieron cenar, mirando el reloj en el que los minutos no dejaban de
pasar, agónicos… Hasta la media noche. Julieta lo llamó más veces, sin éxito.
Empezaba a
desesperarse.
-¿Crees que le ha pasado
algo?-Le preguntó a Mathilde, observando expectante la pantalla de su móvil.
-Lo que creo, es que no nos beneficia
pensar que sí. No vale de nada-Murmuró y le acarició el hombro, dedicándole una
sonrisa-¿Quieres un poco de helado con nueces?
-Sí… Si algo puede
tranquilizarme es el helado con nueces.
Después de una
tarrina entera de helado con nueces, las dos se quedaron dormidas en el sofá.
Su relación hasta la fecha se había convertido en una amistad que beneficiaba a
ambas. Como en ese instante de incertidumbre en el que pudieron dejar la
tensión de lado, al menos durante algunos minutos. Mathilde era tan alegre y
entusiasta, que era imposible estar mucho tiempo con mala cara si ella estaba
al lado.
*
Julieta se
despertó de un sobresalto. Eran las dos de la mañana.
Elliot no había
vuelto.
Despertó a
Mathilde. Para nada era normal que Elliot no diera señales de vida a esas
horas. Comenzó a perder los pocos nervios que le quedaban, imaginándose lo
peor.
-¡Son las dos de la mañana! ¡Por
dios, Mathilde! ¿Dónde está? Es un idiota… Es un puto idiota…-Despotricó dando
vueltas por el hall.
-Vale… Voy a buscarle al hospital.
Quizá volviera… y no tenía batería. Te llamaré en cuanto sepa algo. Pero por
favor… Quédate en casa-Dijo ella.
Asintió y se
sentó de nuevo, frotándose las sienes.
Estaba decidida a
matar a Elliot cuando lo viera, si lo veía… Porque lo cierto era, que los
últimos acontecimientos no hacían nada más que arraigar la idea de que se había
cansado definitivamente de ella.
Se quedó sola y
encendió la televisión. Puso las noticias por si descubría algo por ahí, aunque
si lo hacía… Seguro que era terrible. Pero tampoco hubo una respuesta, mientras pensaba en el cuerpo de Elliot tirado en la cuneta de una carretera o irreconocible por
haberle atropellado un camión. Cogió el iPhone y volvió a llamar.
-Elliot… Por favor… Dime que
estás bien… Son las dos de la mañana. Lo siento, lo siento mucho… Vuelve, por
favor. No quería ponerme así de borde, perdóname… Eh…-Tragó saliva y se limpió
las lágrimas-Te… espero en casa. Te quiero.
Pulsó el botón
rojo y se echó a llorar… Devorada por el miedo de ignorar que pasaba, incapaz
de plantearse que todo fuera un malentendido.
De pronto, notó
una presión en su abdomen.
Seguido de una
extraña sensación y algo húmedo que bajaba por sus piernas.
Ahogó un grito y
comenzó a jadear, pero no por el dolor… Si no por la confusión. Su corazón
bombeaba la sangre con rapidez, recorriendo cada centímetro de su cerebro con
una frase:
<< Voy a tener un bebé- pensó>>
-Joder... Joder…
Suspiró y se acomodó
en el sofá con lentitud. Con dedos temblorosos marcó el número de Mathilde, que
contestó al cabo de unos angustiosos segundos.
-¿Ha llegado?-Contestó,
nerviosa. Su voz se escuchaba lejana. Debía tener el manos libres puesto e iba
conduciendo.
-Mathilde… He… He roto aguas…
Ahora mismo.
-¿Qué…?
¿Estás…?
-Segura
¿Qué hago?-Sollozó nerviosa. Estaba aterrada por que no fuera bien- Es pronto...
-Julieta...
Cielo, escúchame. Metete en la bañera y relájate. Todo va a ir bien. No tardaré
en llegar a casa. Ya estoy en el hospital ¿Quieres que eche un vistazo?
-Vale…
Por favor, Mathilde, encuéntrale.
-Pero
tú… -Comenzó a decir.
-Llamaré
a Alice. No… No te preocupes. Me llevará al hospital.
-Está
bien… Te veo en un rato.
-A…
Adiós.
Nada más colgar, marcó el número de Alice, que le aseguró
estar allí en pocos minutos. Después se metio een la bañera, minutos sola, que la
estaban volviendo loca. Respiró hondo y consiguió relajarse entre dolor y dolor…
Aunque en su cabeza no había otra cosa que desesperación.
-Sé que
no te he preparado la habitación aún y que tampoco te he puesto nombre… Pero por
favor, no, esta noche no-Habló con su vientre, después de una fuerte
contracción-Tu padre es un gilipollas y no sé dónde se ha metido… Es absurdo.
Completamente ridículo.
-¡Julieta!
¡Julieta! ¿Dónde estás?- La voz de Alice irrumpió en el apartamento.
Escuchar ese sonido le hizo suspirar de alivio. Ya no estaba
sola.
-En el
baño, Alice.
Alice apareció en la escena con ojos húmedos. Llevaba un
estetoscopio rodeando su cuello.
-Cariño
¿Cómo te encuentras?-Preguntó y le besó en la frente-Charlie está fuera, para
irnos
-Estoy…
asustada. Tengo contracciones cada cinco minutos.
Alice auscultó su vientre y después de confirmar que el
latido del bebé era regular, ayudó a Julieta a salir y vestirse. Charlie las
esperaba en el salón, nervioso. Se puso colorado al ver a Julieta y se levantó
deprisa.
-¿No
puedes esperar a mañana?-Bromeó y la abrazó- En serio, tengo mucho sueño.
-Idiota.
Eso fue mejor que cualquier baño relajante.
*
Tras más de cuatro horas ingresada, medicada para que
los pulmones del bebé maduraran a contracorriente y sin noticias de Elliot… Lo
inevitable, no podía retrasarse más.
-Julieta.
Creemos que tú cuerpo está preparado para tener el bebé. Es pronto, pero el bebé tiene bastante peso y saldrá adelante sin problemas. Esperaremos el
tiempo que dilates, mientras, estará monitorizado y le suministraremos las
hormonas para que madure… Sí el cuerpo te pide empujar, espera. Aguanta lo que puedas-Le dijo el doctor Lewis.
Alice le estrechó con fuerza la mano a Julieta, que estaba
muerta de miedo.
-Gracias
doctor Lewis…-Murmuró y suspiró, echándose en la almohadas. Cuando ya se hubo
ido, volvió a revisar su móvil. Nada de Elliot.
Mathilde entró en la habitación con cara de pocos amigos.
Sin él.
-Se
quedó aquí hasta tarde, pero desde las once, nadie lo ha visto-Les informó-Su
coche está en el parking.
-¡Qué
extraño!-Exclamó Alice, que parecía muy enfadada- Se lo ha tragado la tierra.
-Espero
que no…-Añadió Julieta.
Aunque en realidad (y no sabía si se debía a las hormonas)
empezaba a pensar que Elliot estaba haciendo algo prohibido y de cuestionable
objetivo. Pero solo era eso, una suposición de tantas, que no se fundamentaba
si se ponía a pensar en su novio perfecto que no sería capaz de volver a
hacerle daño.
Debido al cansancio, a la tensión acumulada
y a las benditas drogas… Se quedó dormida al cabo de unos minutos.
A las diez y media de la mañana, se despertó con el frenesí
de empujar, movida por un instinto salvaje que no había conocido hasta la
fecha.
Un instinto arrollador e imparable.
Perdonar la tardanza. Pasaos por el nuevo blog, please :)
ResponderEliminarhttp://mividadespuesdelacantilado.blogspot.com.es/
Un besito.
Jane.
La mujer de parto, Elliot no está, me quieres matar??? De verdad, tengo que esperar al siguiente, no lo tienes ya escrito y lo puedes publicar??? Pásate cielo!
ResponderEliminarEsperar... Pero solo un poquito :)
EliminarMe paso!! Un besito :)
:O .......... ¡¡¡¡Dios mío!!!! T_T Qué tensión, por favor :S No me esperaba que se pusiera de parto tan pronto... Espero que el bebé esté bien :) Y Elliot también :( Cuando más se le necesita y desaparece ¬¬
ResponderEliminarEn fin, seguro que todo esto tiene una explicación, pero quiero saberla ya :P
Besos
PD:Me voy a pasar ahora por tu nuevo blog, Jane ;)
MUCHA TENSIÓN :) JIJIJI
EliminarPronto os daré la explicación.
Un besito :))
¿Pero donde esta Elliot? Espero que no le haya pasado nada. Julieta se ha puesto de parto aun sin que le tocara, lo bueno es que el bebé esta bien y podrá salir adelante. Uff me muero de ganas de leer el siguiente capitulo.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por comentar, Beid :)
EliminarNo tengo ni idea de dónde está jejeje.
Un besito.
Madre mía!! Ö de parto tan pronto y sin Elliot para que esté apoyándola :'( tu nos quieres matar!!. Ay espero que esté bien y no le haya pasado nada malo, así conocerá a su hijo...
ResponderEliminarÓjala apareciera antes de que Julieta de a luz :S
PD: Eres una escritora fantástica, escribes genial y el nuevo blog asdfg sin palabras :)
MUCHAS GRACIAS :))
EliminarUn besito y encantada de tenerte por aquí.
Hola :)
ResponderEliminaruna pregunta...¿Cómo puedo leer "Como el atardecer en primavera"? Me encantó esa historia, y quisiera releerla un montón de veces.
Besos, escribes genial :D
Pues aquí tienes el enlace :) http://comoelatardecerenprimavera.blogspot.com.es/
EliminarEs que lo eliminé sin querer, pero ahí lo tienes :)
Muchas gracias. Un besito.
Tan rápido va a nacer y donde esta Elliot se va a perder el nacimiento de su hijo, ojalá todo salga bien y aparezca pronto con una buena explicación.
ResponderEliminaresperando el próximo capítulo
muchos saludos desde México
dios.... me encanta por que eliot no apareceeeeee!!!!! me estoy preocupando y creo que tiene que ver con el mensaje amenasante del cel de julieta :-C , espero escribas pronto
ResponderEliminarNecesito leer el libro entero!!!! Me lei los 37 capítulos en 2 días y he vuelto a releerlos porque me encanta la historia. Por favor, apiádate de las lectoras como yo.
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