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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Capítulo 40




La luna del coche empezó a cubrirse de pequeñas gotitas que cada vez eran más recurrentes. Dentro del vehículo, la temperatura era más agradable que fuera, dónde el viento azotaba sin piedad las ramas de los árboles. La tormenta comenzaba a azotar Nueva York y en los barrios residenciales no se veía un alma dispuesta a quedarse a la intemperie.

Mathilde estaba sentada en el asiento del conductor, leyendo con atención un informe del Hospital ante la atenta e impaciente mirada de Elliot.


                -¿Y bien?-Preguntó él.

Ella ni siquiera levantó la vista del papel.

                -Un momento… ¿El tumor…? ¿No hay tumor?-Se extrañó Mathilde.

Elliot contuvo la sonrisa y sacó dos escáneres. Estaba tan inquieto que sus manos temblaban sujetando las pruebas.

                -Este es el de hace cuatro meses, este el de ahora. Compáralos… Es increíble.

                -Pero ¿Y las alucinaciones?

                -Julieta tiene alucinaciones porque hay un tumor aquí. Uno nuevo-Señaló otra parte del escáner-Es parecido al primero, aunque más grande. No veo problema alguno para operarlo. El tamaño y la situación…

                -Elliot… No creo que estés observando esto con perspectiva… Este es muy parecido al de la paciente…

                -Sé que es parecido, pero no es el mismo caso.

                -Está en coma. No sabemos si Julieta... ¿Y el resto de los escáneres?-Dijo, intentando desviar el tema.

                -Sólo me han dado este-Repuso Elliot. Mathilde suspiró y ladeó la cabeza.

                -Han hecho bien en no dártelas. Estás demasiado afectado y puede que fuese mejor que siguiera sola el caso de Julieta.

Al escuchar esas palabras, él frunció el ceño y siguió rebuscando en otros informes de su carpeta.

                -Voy a hacer como si no hubiera escuchado nada de eso. Acepté ayudar en tu ensayo por ella.

                -Pero porque me prometiste ser frio. No lo estás siendo-Replicó Mathilde, algo exaltada.

Cansadamente, Elliot resopló y desvió los ojos de ella. Observó que ahora, llovía con mucha más fuerza y que los cristales se habían empañado.

                -Vamos dentro. Es casi hora de cenar y a mi madre no le gusta que la comida se enfríe-Dijo él.

                -No, yo me voy a casa a seguir trabajando- Le dio unas palmaditas en la espalda a Elliot antes de volver a hablar-Y tú, deberías dormir… Distraerte. Salir a cenar con tu belle femme.

                -Tu francés se está oxidando-Bromeó y abrió la puerta del coche. El viento era muy frio y el agua no tardaba en empapar por completo la ropa-¡Te llamaré mañana!



El salón estaba muy concurrido aquella noche. Desde la entrada ya se escuchaba el abundante y continúo murmullo proveniente de dentro. Alice, Charlie y Henry también estaban en el salón, sentados en el sofá de piel. Alice besaba cariñosamente a Charlie en la mejilla, mientras el pequeño de los Evans se dedicaba a chocar su mano con ímpetu.

Elliot buscó a Julieta con la mirada desde el marco de la puerta, pero no estaba en la habitación. Eso le hizo pensar que quizá se sentía mal para bajar a cenar. Notó como la angustia le dejaba una sensación de malestar, de vacío.

En ese momento, Helen apareció por el pasillo, detrás de él, con un biberón en la mano.

                -¡Elliot! ¡Estás empapado!- Exclamó alarmada- Sube y cámbiate, vamos a cenar, cariño.

                -¿Dónde está Jul?-Preguntó él.

                -Aún no ha vuelto. Llamó hace un rato para avisar de que tardaría un poco más-Respondió Helen.

                -¿Y Isaac? ¿Ha pasado un buen día?

A su madre se le iluminó la mirada y sonrió de oreja a oreja.

                -¡Por supuesto! Es un bebé buenísimo… No ha llorado casi nada. Recuerdo que tú eras igual de calladito-Le acarició la mejilla y frunció el ceño-¿Desde cuándo no te cortas esa barba?

                -No he tenido tiempo, mamá ¿No me queda bien?-Contestó divertido.

Helen puso los ojos en blanco y negó para sí.

                -Voy a darle de comer a Isaac, le toca la otra…

                -Tranquila, le doy yo-Le cortó Elliot.

                -Bien… Te esperamos abajo.


Después de cambiarse de ropa, fue hasta la habitación contigua a la suya, dónde Helen había dispuesto algunas cosas para el bebé; como una cuna, un cambiador y un armario lleno de ropa en colores suaves.

La cuna era muy pequeña, de madera blanca. En su interior, había un pequeño bultito revuelto en una sábana que se movía de vez en cuando.

Isaac estaba despierto y no dejaba de mover los puños y de abrir la boca, como si el hambre fuera tan voraz que estuviese dispuesto a buscar alimento dónde fuera. Elliot sonrió al verle y lo cogió en brazos.

                -Veo que tienes hambre ¿eh, amigo? La abuela te ha preparado un biberón. No es la leche de mamá, pero está bien.

El bebé comenzó a chupar con energía la tetina, ante la atenta mirada de su padre. Al cabo de unos minutos, llamaron a la puerta. Julieta apareció en el umbral, sonriente, admirando la escena. Elliot reparó en que parecía muy cansada y que sus ojos estaban un poco apagados.

                -¿El doctor Evans se nos está ablandando? O quizá me estás quitando el puesto- Comentó Julieta y se acercó a ellos.

                -Creía que era un trabajo en pareja. Y no, por supuesto que no. Lo primero es científicamente imposible.

Ella soltó una risita, se inclinó y beso con lentitud la frente de su hijo, cerrando los ojos con fuerza mientras lo hacía. Después subió un poco y beso los labios de Elliot, pero esta vez, lo hizo con más furia que cariño. Se sentó enfrente de ellos, en el suelo y suspiró.

                -¿Estás cansada? No tienes buen aspecto.

                -Llevo horas paseando, de una tienda a otra… Sin parar.

                -¿Qué has comprado?

Julieta se quedó pensativa un momento y se encogió de hombros.

                -Seguro que no te interesa lo más mínimo mi discurso sobre ropa-Esquivó ella con rapidez-Y créeme, un día da para un discurso bastante prolongado ¿Qué has hecho tú? Charlie me dijo que tenías un problema con una paciente.

                -No, no era nada… Un error. Después he pasado consulta y he visto a Mathilde.

                -¿Por qué no ha venido?-Preguntó algo disgustada.

                -Trabajo-Elliot le dio la mano y comprobó que las tenía heladas-¿Tienes frio?

                -Ya no-Contestó contenta y volvió a besarle.

El niño comenzó a incomodarse y Julieta lo calmó acariciando su cabecita mientras tarareaba una canción.

                -¿Coldplay?-Cuestionó Elliot.

                -No, es Muse.

                -Vaya, algo que no sabía de la señorita Pope ¡Le gusta Muse! ¿Hay más cosas que deba saber?

Ella suspiró y agachó la mirada. Comenzó a frotarse las manos con nerviosismo y miró varias veces hacia la puerta. Elliot dejó a Isaac en la cuna y se sentó a su lado, en el suelo.

                -Eh, nena ¿Algo va mal? ¿Te encuentras bien?

                -Tengo que decirte algo…-Lo miró con los ojos vidriosos y Elliot le acarició los hombros.

                -Dime lo que quieras, nena.

                -No puedo estar sin ti-Murmuró Julieta, con voz ahogada.

                -Yo no voy a irme… ¿Qué pasa?

                -Elliot Evans, mi médico favorito...-Dijo, riendo y se mordió el labio.

                -Julieta, me estás asustando. Dilo de una vez.

Cogió aire y se armó de valor para soltar ese puñado de palabras. Aunque en el fondo no tuviera sentido. 

                -¿Quieres casarte conmigo?-Preguntó con rapidez, dejando escapar el oxígeno que guardaba inquieto en sus pulmones- Y por favor, contesta rápido porque creo… que voy a marearme.

Elliot la miraba fijamente, con la boca entreabierta. Ciertamente, no le sorprendía demasiado la propuesta, viniendo de ella. Entonces, empujó a Julieta a sus brazos y la beso en los labios. Cuando se separaron, le sonrió. Julieta tenía la mirada pérdida entre las facciones de su rostro… Y poco a poco, sus ojos se cerraban.

                -¿Nena?

                -Dilo. Dilo antes de que me duerma.

                -Claro que quiero-Contestó finalmente Elliot, cuyos sentimientos se barajaban entre la felicidad y el temor. La zarandeó un poco, mientras el nudo de su garganta ascendía. Algo no iba bien.

                -Bien…Genial... genial-Susurró ella-Voy… voy a dormir un rato.

                -Eh, ¿Qué pasa? ¿Qué te pasa?

                -Nada, Elliot... Estoy muy…-Susurró con lentitud, pero no llegó a acabar la frase.

                -Jul...¡Jul! Cariño, me estás asutando. Despierta-Intentó llamarla, aumentando la intensidad de los zarandeos, pero no hubo respuesta-¡Julieta! ¡Vamos, nena! ¡Despierta!-Dejó de moverla y se fijo en su cuerpo inmóvil, sin movimiento alguno. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando se dio cuenta de que el oxígeno ya no entraba y salía de sus pulmones, que no movía su pecho... Estaba muerta en sus brazos-No... ¡JULIETA, POR FAVOR! Vamos, respira… No, por favor… ¡NENA! ¡NO ME DEJES!-Bramó, desquiciado, abrazándola cada vez más fuerte, temiendo que pudiera escapar.


Pero ella estaba lejos, demasiado para escucharle.

                -¡Elliot! ¿Qué…?-Dijo Helen, abriendo la puerta-Elliot…

Se quedó paralizada, observando la escena, hasta que su marido la empujó para que se apartara, entrando con rapidez en la habitación.

Elliot estaba fuera de sí, abrazando el cuerpo inerte de Julieta, mientras negaba repetidamente. 

                -¡Suéltala, Elliot! Ya estoy con ella-Dijo Samuel.

                -No… ¡Papá, ella no! Ella no…

                -¡Suéltala! ¡Vamos, hijo!

Samuel consiguió que lo hiciera, hasta que finalmente, el cuerpo de Julieta descansó en el suelo. Sam comenzó a auscultarla, pero negó varias veces muy nervioso. 

                -¡Venga, muchacha!- Murmuró y comenzó a reanimarla, masajeando su pecho, con un movimiento constante de su anatomía-Vamos…

Elliot observaba como su padre intentaba que su corazón latiera de nuevo, pero en realidad, estaba planeando inconscientemente un mundo vacío de significado, un mundo sin ella… Rezando para que quizá, tuviera la suerte de poder morir de tristeza. Buscando a alguien celastial, a un Dios que pudiera parar aquello. 

Samuel seguía con las compresiones en su afán por traerla de vuelta. Y Elliot seguía mirándola, torturándose con cada segundo más lejos de ella.



7 comentarios:

  1. Bien... me parece que se te olvidó publicar la mitad del capítulo ¿verdad?
    Claro, te parecerá bonito dejarnos con la intriga de si Julieta muere o no y por tu bien espero que la respuesta sea no.
    Pero tengo el dilema de siempre porque me quiero enfadar contigo por dejarlo así pero no puedo porque me encanta la historia.
    Eso si como muera me enfadaré de verdad y escribir bien no será escusa contra mi furia.(Bueno que empiezo a desvariar) Ya sabes que me encantan tus capítulos, cada uno es distinto a los demás y son perfectos.
    Muchos besos ;)

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  2. Es muy bonito cuando le pide matrimonio pero luego llega ESA parte. ¿Porque le has tenido que hacer eso a Julieta? Es injusto :'(
    Espero que tengas muy pronto el siguiente capitulo.
    Un besazo

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  3. Ay Dios!!!! como es posible que nos hagas esto, yo que estaba tan contenta con el capitulo, que por cierto está genial, vas y nos dices que es posible que Julieta muera, agrgrgrgrg no puede ser
    Espero con impaciencia el resto de este capi
    Besos

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  4. Lo siento!!!!!!! No me he podido pasar. Estoy en último curso de la ESO y no nos dejan respirar! Respecto a los capis que me he perdido (que ya los he leído, ayer) LA verdad es que me han encantado, el ritmo que llevan y... ¿PORQUE JULIETA PUEDE QUE MUERA? No nos hagas esto! Es un tema delicado! Espero el próximo antes de ya! Un beso cielo! Pásate!

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  5. el capítulo excelente como siempre todo iba genial hasta el momento que Julieta se desmaya no puedes hacernos esto, no ahora; espero el siguiente capítulo con demasiadas ANSIAS ojala Samuel reanime a Julieta si no me va a dar no se que ....

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  6. Hola Chicas: hace poco me enganche con la historia. Quería saber cada cuanto publican los capítulos .... gracias

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  7. Hola Romina, bienvenida al blog. Normalmente subo cada semana, pero ultimamente tengo más tiempo y publico a menudo. Gracias por pasarte :)

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