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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 45




Colgó el teléfono y miró por la ventana. Se fijó en la gente que paseaba por la calle, tranquila, en sus vidas corrientes, en un día corriente en la gran ciudad. Así parecía que su problema era insignificante, que nada tenía sentido entre tantas otras vidas cargadas de amor, de drama, de muerte o de resignación. Pero después se dio la vuelta, la sensación desapareció y la realidad le pegó un derechazo en el pecho. Fue decidida a encontrar algo de ropa que ponerse, lo más rápido que podía hacerlo, antes de que Elliot entrara por la puerta y derribara toda esa valentía, de que fuera incapaz de escapar sin contárselo todo. Eso era algo que no podía permitirse. Se puso una camiseta blanca, un pantalón de chándal que apenas se ceñía a la cintura y sus converse rojas. Entonces, reparó en el carrito… En que había olvidado que no estaba sola. Se acercó lentamente y se inclinó para besar la mejilla de Isaac.


                -Mi bebé… Hola, cariño…-Su voz se quebró y las lágrimas comenzaron a derramarse ansiosas por sus mejillas. Se tapó la boca e intentó calmarse, pero en la habitación no parecía haber demasiado oxígeno para sus pulmones-Lo siento… Tengo que irme, cariño. Papá vendrá enseguida… Lo siento.

Volvió a erguirse y su parte lúcida empezó a rebuscar algo que pudiera usar como arma. No era sensato hacerlo sin algo con lo que poder defenderse. Abrió los cajones de la mesita y rebuscó en el armario, pero lo mejor que encontró fue una aguja afilada. Se puso la sudadera que llevaba Elliot, la roja de la cremallera y metió la aguja en el bolsillo interior.

<< ¿Qué vas a hacer con una simple aguja, Julieta? ¿Qué vas a hacer? Idiota>>

 Al sacar la mano observó su alianza y la dejó en la mesita. No quería perderla, aunque sabía que nada de eso importaba cuando se acercaba un fatídico desenlace.

Y esperaba que no fuera así, que estuviera equivocada, que todo fuera una alucinación.  

Finalmente, salió y recorrió el pasillo hasta llegar al ascensor. A cada paso, estaba más mareada y todo a su alrededor daba vueltas. Se dejó caer en el espejo, mientras en sus ojos aparecían pequeñas lucecitas que nublaban su propio reflejo. Se puso la capucha y esperó a que se le pasara mientras descendía.

                -Señorita ¿Se encuentra bien?-Preguntó una señora que se subió en la quinta planta.

                -Claro…-Jadeó y cerró los ojos, intentando que el movimiento cesara.

                -No tiene usted buena cara… ¿Quiere que llame a alguien?-Volvió a insistir, agarrando su antebrazo.

                -No… Por favor…-Susurró Julieta.

                -Julieta-Dijo la voz de Jane-Julieta. No lo hagas. No estás bien.

                -Estoy… Tengo… Tengo que hacerlo-Contestó ella y abrió los ojos para mirarla.

Jane llevaba puesto un vestido largo de tirantes, blanco, tan reluciente que dolía mirarlo. Tenía una mirada cargada de tensión y su pelo estaba húmedo.

                -Señorita… ¿Seguro que no…?

En ese instante, el ascensor llegó a la planta baja y las puertas se abrieron. Salió a trompicones, ignorando a la mujer y a Jane. Chocó con una silla de ruedas y calló al suelo. Por suerte, nadie excepto la mujer del ascensor la vio y la ayudó a levantarse. Ya nada era lo suficientemente real, sino que parecía igual a verse atrapada en una pesadilla. Se deshizo de la señora que insistía en avisar a un médico, y anduvo deslizándose por la pared hasta que se encontró con el frío de la calle. Y lo agradeció, una bocanada de realidad entre tanta desesperación. Llovía mucho y la temperatura en su cuerpo era glaciar.

                << ¿Dónde estás?>> 

Cerró los ojos y esperó a que las gotas la ayudaran a perder esa sensación de caer al vacío. Sabía que no iba a ser capaz de salir allí, no antes de perder la consciencia. Y el peso de no saber de qué era capaz Jess si no cumplía con su parte hacía que se mareara más. Los ojos se le cerraban y llegó un punto en que aunque los abriera, seguía estando oscuro. El cuerpo comenzó a pesarle, la gravedad cedió y sus piernas flaquearon cayendo de rodillas.

Después notó un golpe en la cabeza y el caos dejó de serlo.

Al abrir los ojos, vislumbró el cielo oscuro y las gotas plateadas que caían sobre su rostro. Su cuerpo estaba extendido en el suelo y apenas tenía consciencia de él. Ni siquiera estaba segura de sí podía llegar a moverse. Abrió la boca para llamar a alguien, pero el susurro que produjo de poco le sirvió… Hasta que una figura se acercó a ella.

Una mujer, de cabello oscuro y corto que se inclinó sobre ella y la miró con unos familiares y tenebrosos ojos oscuros.

Y quiso gritar, correr y salir de allí. Porque allí, medio inconsciente, no dejaba de pensar que había sido un error.

                -Shhh, pobrecita. Pronto vendrán a por ti. Esta vez no voy a ser yo… Esta vez has ganado, pero no cantes victoria- Susurró con una sonrisa enjuagada por la lluvia y una mirada frenética. Después le acarició la frente con suavidad y suspiró- Supongo que estás peor de lo que yo pensaba y quizá no tenga que mover ni un dedo para perderte de vista.

Julieta intentó levantarse, pero ella le pinchó algo en el brazo.

                -¿Qué… es eso?-Balbuceó.

                -No hables, reserva tus fuerzas, Pope-Murmuró y se puso en pie-¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Se ha desmayado!-Gritó desesperada.

En unos segundos estaba rodeada de gente y Jess había desaparecido.

                -¿Está bien? ¿Está usted bien? ¿Puede oírme?- Preguntó un hombre con bata blanca mientras le daba palmaditas en el hombro.

Asintió y su cabeza retumbó al hacerlo.

                -¿Puede decirme su nombre?

                -Es paciente del hospital-Dijo alguien quien Julieta no pudo divisar.

                -Soy… Julieta… Julieta Pope-Jadeó ella.

                -La conozco. Es la novia de Evans-Murmuró una enfermera que le resultaba familiar-Tranquila, Jul. Estás bien.

Entre dos médicos la subieron a una camilla y la llevaron dentro. Allí volvió en sí en poco tiempo, a una realidad que cada vez era más nítida. Tenía frio y era imposible para de tiritar, incluso aunque el médico que le curaba la herida de la frente insistiera en que estuviera quieta.

Elliot no tardó en irrumpir en la estancia, con el rostro crispado y un gesto nada amigable.

                -¿Qué ha pasado? ¿Qué hacías…?-Se paró en seco y le echó un vistazo rápido a Julieta, para después dirigirse a unos de los sanitarios que la atendían-¿Tiene bien la tensión?

Julieta se quitó la mascarilla de oxígeno para hablar con él y que se relajara, pero Elliot volvió a ponérsela.

                -No pasa nada…-Murmuró Julieta y le dio la mano.

                -La tensión está baja, doctor Evans.

                -¿Qué coño hacías?-Le preguntó a Julieta bruscamente.

                -Elliot yo solo iba a…-Y pensó en confesárselo todo, pero aquel no era el lugar-Te buscaba y me sentí mal.

                -Me buscabas- Repitió él dolorosamente-¿Y su temperatura?

                -Baja-Repuso una enfermera-Estaba empapada.

                -Elliot, por favor, tranquilízate-Le rogó Julieta y volvió a quitarse la mascarilla.

El médico calvo de aspecto serio se acercó a Elliot y le estrechó el hombro.

                -Doctor Evans, está bien. Podemos llevarla a su habitación, ha sido solo un desvanecimiento, algo normal en un paciente como ella. Aunque recomiendo que esta noche tome algo caliente, para entrar en calor-Le dijo con gesto simpático y ella agradeció la ayuda.

                -Bien, la llevaré yo-Sentenció y cogió una silla de ruedas. Se acercó a la cama y agarró su antebrazo-Vamos-Ordenó, cogiéndola en volandas.

Julieta se rindió y prefirió no hablar hasta llegar a la habitación. Aunque incluso en la intimidad de ese lugar le resultó difícil intentarlo. Elliot estaba aún frenético y enfadado y supo que disculparse no iba a ser suficiente.

                -¿Y Isaac?-Preguntó Julieta al ver el carrito.

                -Durmiendo dentro-Contestó de mala manera.

                -Cariño… Lo siento. Déjame que te explique-Empezó a disculparse con voz apagada.

                -Deberías guardar tus fuerzas, Julieta. Por si decides hacer otra locura-Contestó y permaneció en silencio antes de seguir-Quizá no sepas lo que significa tener cáncer… Lo que significa tener a la persona a la que quieres muerta en tus brazos. Deja de hacer estupideces.

Sus palabras fueron demasiado hirientes para que las soportara, así que el llanto explotó inevitablemente en pocos segundos. Elliot suspiró y se acercó a ella, pero ya era tarde y ella estaba hiperventilando, desahogando el miedo y la frustración que había sentido con Jess.

                -Vamos, nena, respira. No quería decir eso.

                -A… Abrázame, por favor-Le rogó. Realmente lo necesitaba. Hacía unos minutos que había pensado que no iba a verle nunca más.

                -Nena, no quería decirlo-Volvió a disculparse Elliot.

                -No es por eso, es por lo que ha pasado.

Y fue clara, tan clara como le permitían los recuerdos de ese angustioso momento. Empezó por la segunda llamada y terminó por el momento en que Jess la auxilió. Lo contó con pelos y señales, intentando que la dureza de la expresión de Elliot, no le hicieran arrepentirse de contárselo. Cuando acabó su relato, creyó que sus palabras lo habían sumido en un trance. No se movía y miraba un punto fijo en la ventana.

                -Ella no estaba en la cafetería-Dijo finalmente-Lo sé.

                -Sí, si estaba-Julieta recordó entonces, que Jess no era “La misma de siempre”-Ahora tiene el pelo corto y oscuro.

                -Nena, te diste un golpe-Le acarició la mejilla y negó un par de veces- tienes alucinaciones ¿Y sí…?

Lo miró horrorizada y apartó su mano.

                -¿Crees que me lo invento? ¿Crees que no sé diferenciar la realidad de… de mi tumor de mierda? ¡No! ¡Sé perfectamente qué es cierto! Detrás de ti está Jane y sé que no es cierto, pero está ahí… Pero Jess, Jess pidió auxilio después de dedicarme unas bonitas palabras y… y-Pensó en el pinchazo, en que hasta entonces no lo había recordado y el frenesí hizo que se incorporara en la cama de un salto-¡Me pinchó algo en el brazo!

Le enseñó su brazo para que Elliot lo examinara y él lo hizo con detenimiento, hasta que paró en un punto.

                -¿Te encuentras bien?-Le preguntó.

                -Sí… Creo que sí.

Sacó una pequeña linterna de su bolsillo y agarró su barbilla para iluminar sus ojos con ella.

                -Mira hacia arriba-Le indicó-Voy a llamar a alguien ¡No te muevas de aquí!

                -¿Qué pasa? ¡Elliot!-Exclamó como atontada, aún con la luz en la retina.

                -No te muevas, Julieta.

Estaba sola y aterrada, sabía que lo que quisiera que le hubiera puesto no podía ser nada bueno.

                -Jul, tranquila. Estoy contigo-Susurró Jane en su oído y le dio la mano-Cariño… Vas a entrar en Shock.

Miró a Jane con los ojos muy abiertos, ladeó la cabeza y río con nerviosismo.

                -¿Cómo sabes eso?-Le preguntó-No eres real… No sabes…

Pero no le hizo falta respuesta. Notó una fuerte presión en el pecho y la máquina que medía sus pulsaciones, cambió su pitido por uno más constante.

Eso fue lo último que recordaba.


Despertó al día siguiente, con un tubo en la garganta. Jess había conseguido que su frágil cuerpo dejara de hacer su trabajo; mantenerla con vida.



4 comentarios:

  1. Pero..Pero...¿QUE? Que le ha hecho la p*** de Jess, como le pase algo a Julietta me da algo. Las ultimas dos frases me han dejado en shock. Muy, muy en shock. Espero que cuelgues el siguiente capítulo muy pronto.
    Un besito

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  2. maldita jess!!!!!!!!....que le habra inyectado para que se pusiera tan mal y tan rapido!!!!!....que rabia porque julieta tiebr que sufrir tanto!!! :(

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  3. Aggggggg! que rabia me da, que le habrá inyectado Jess........Espero que no le pase nada mas a la pobre Julieta, yo creo que con lo que tiene ya es mas que suficiente, pobre
    Deseando que pronto cuelgues otro capi
    Besos

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  4. PERO CUANTAS COSAS ME HE PERDIDO
    Vamos a ver, y este diseño? cuantísimo has mejorado desde que empezaste, es increíble lo bien que te ha quedado el blog, me encanta :)

    Un besito Maria !

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