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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Capítulo 46



Volvieron a casa. A la monotonía que ansiaban como alguien sediento ansia el agua. Dejaron los días atrás, los momentos agónicos que desentonaban en esa nueva etapa: La de olvidar.

Y al volver, se dieron cuenta de que sus vidas no habían cambiado mucho. Sobre todo para Julieta, que aunque le atemorizaba volver a encontrarse con ella y aún tenía pesadillas provocadas por su “imaginario intento de asesinato”, salir del hospital le resultaba… reconfortante.

Porque era así. En su sangre no había nada, ninguna sustancia que hubiera provocado que su corazón se parara… Lo hizo solo, quizá por el estrés o porque simplemente, estaba débil y sufrió una sobrecarga.
Había pasado una semana desde aquella noche. Su salud mejoraba a pequeños pasos y eso había conseguido que tuviera el alta antes de la fecha, y también que Elliot no hubiera suspendido la boda. Aunque él precisamente, era uno de los factores que la atormentaban día y noche… Estaba distante, agonizando en la culpabilidad que le provocaba ser la razón por la que Julieta estaba en peligro.


Así que se limitaba a desaparecer en su despacho, enfrascado en el estudio, entre informes y nuevos casos de su ensayo con Mathilde, decidido a perfeccionar sus conocimientos para salvarla. Incansable y constante.


Aquella mañana, Samuel tenía que recoger a Julieta para llevarla a revisión. Era temprano y Elliot ya llevaba horas ausente en el despacho, cuando subió a la habitación. Julieta estaba vistiendo a Isaac mientras reía y le hacía carantoñas al bebé.

                -Buenos días-Murmuró él admirando la escena.

Julieta levantó la mirada del niño y se dirigió a Elliot.

                -Buenos días-Repitió y bajo la mirada de nuevo-Llegamos tarde y no podemos hacer esperar al abuelo ¡Claro que no, cariño!

                -¿Te encuentras bien? ¿Has desayunado?-Preguntó Elliot. Julieta no le miró. Siguió poniéndole un abrigo minúsculo a Isaac.

                -Zumo, tarta, tostada y leche-Respondió y formó una gran mueca de felicidad-Ya está… Que bebé tan guapo.

                -Bien… Pero…

                -Estoy bien, le dije a la enfermera que se fuera-Dijo y cogió a Isaac en brazos.

                -Si quieres puedo quedarme yo con él.

                -No, Elliot… Tú tienes mucho trabajo. Nos vemos luego.

Cogió su bolso y la bolsa del bebé he hizo un gesto de dolor al incorporarse por las punzadas de dolor en su cicatriz.
                -Trae, te ayudo a llevarle abajo.

                -Vale-Murmuró Julieta y suspiró, dándose por vencida.

Elliot bajó con ellos hasta el parking donde, su padre esperaba apoyado en el coche. Julieta llegó a su lado y lo saludó con un beso en la mejilla.

                -Buenos días, Jul ¡Te veo bien!-Exclamó Samuel, sonriente-¡Hijo! ¿Vienes con nosotros?

Elliot fue a abrir la boca, pero las palabras de Julieta llegaron antes que las suyas.

                -No, tiene cosas que hacer.

Él asintió un par de veces a su padre y se limitó a meter a Isaac en el coche, sin hacer ningún comentario más.

                -Ya estás listo-Besó en la frente a Isaac y cerró la puerta del coche. Le echó un vistazo a Julieta, separada de él por el coche-Nos vemos luego.

Ella cogió una bocanada de aire y se metió en el coche murmurando un débil <<Adiós>>. Samuel arrancó, despidiéndose de Elliot con la mano y pronto salieron a la concurrida calle de Nueva York.

                -¿Pasa algo?-Preguntó el padre de Elliot a los pocos segundos. Julieta permaneció callada-Sé que no es de mi incumbencia, lo siento. Es que no parecéis dos jóvenes a punto de casarse.

Ya estaba lo suficientemente destrozada como para guardárselo para ella sola, así que decidió hablar y deshacerse un poco de la angustia que le provocaba esa situación.

                -Su hijo no se acerca a mí porque cree que es el culpable de todas mis desgracias. Llevamos así desde el incidente de aquella noche.

                -Tranquila, ya se le pasará… Debes entender que es difícil para él. Está sometido a mucha presión y luego está esa trastocada mujer, retorcida y manipuladora.

                -Lo sé-Murmuró ella con tristeza-Pero ella no intentó matarme. Y Elliot…

                -Elliot no está tan confundido. Ella sabía perfectamente el alcanza de sus actos, sabía tu estado y que si te sometías a tanta presión al hacerte creer que te había inyectado algo… Fue un juego, un juego psicológico.

Nunca lo había visto de ese modo, ni siquiera se había parado a meditar porque Jessica no había inyectado nada, incluso se contentaba con la versión de que se había arrepentido… Ahora tenía la solución. Macabra y desgarradora, solo le provocaba más miedo.

                -Dios mío… Esto es digno de una película-Se asombró Julieta-¡Un thriller horripilante! O quizá un drama sobre la huérfana millonaria y su trágico destino. Quizá recaudaría millones y todos nos haríamos famosos.

Samuel arrancó una carcajada y Julieta se unió a él.

                -Chiquilla, tu humor siempre me asombra.

                -Si no me lo tomo con humor, Samuel… Puede que mañana esté tan loca como ella. Hicisteis lo correcto en no contarles a Helen y mi madre lo último de “mi acosadora particular”.

                -No era necesario-Dijo Sam, mirando intermitentemente a la carretera y al espejo retrovisor-Por cierto, ayer hablé con Charlie.

Julieta frunció el ceño ¿Por qué iba a hablar su hermano con Samuel? Ni siquiera sabía que se llevaban bien, aunque también pensó que eso podía deberse a su inexistente vida social y familiar.

                -¿Con Charlie? ¿Sobre qué? –Preguntó curiosa.

                -Cree que debemos echarle una mano a Elliot. Está un poco preocupado por él.

Escuchar su nombre, le hizo sentir la peor persona del mundo.

                -Sería una buena idea. Yo solo puedo alejarme, eso la ayudará.

                -¿Alejarte?-Repitió Samuel, alarmado.

                -Lo he sobrecargado hasta el extremo. Le quiero tanto que duele… Pero creo que es mejor que descansemos el uno del otro. Él necesita espacio. Lo veo rebanarse los sesos en ese despacho. A veces no cena, no duerme, y todo por mí. No es justo. Voy a pedirle a Mathilde que hable con él.

                -Lo del trabajo me parece bien… ¿Pero separaros?

                -Samuel… no puede ni tocarme. Está tan herido que creo que el cáncer es mejor que lo que soporta él. Es pedir demasiado.

                -Julieta, eso va a destrozarle más… es mi hijo y…-Empezó a decir Sam, alarmado.

                -Créeme, estará de acuerdo conmigo. Le conozco. Prefiero mil veces pasarlo mal estando un tiempo alejada de él, a que vuelva a marcharse-Susurró, incapaz de que las palabras fueran más consistentes en sus labios-Necesito que respire otra vez. Que se tome unas vacaciones.

                -Dale tiempo, solo hace dos semanas de lo que pasó… Puede que…

                -¡Ni siquiera me da un beso por la mañana!-Soltó con rabia, notando que sus ojos comenzaban a escocer. Sam se quedó callado y suspiró- Lo hacía cada mañana ¿Sabes? Ahora no puede. Me falta una sesión de quimio y después veremos qué pasa. Hasta entonces, nos quedan tres semanas, tres semanas en las que debemos curarnos de nosotros mismos.
                -¿Y la boda?

                -Puede que después, si funciona ¿Quién sabe? Ahora solo quiero que esté bien. Luego, casarme con el amor de mi vida.

                -¿Y tú cómo estás?

                -Débil por fuera, fuerte por dentro-Admitió sonriendo.

Cuando llegaron al hospital, fueron a la consulta del pediatra, dónde revisaron el peso del bebé y sus análisis. Todo iba perfectamente y eso fue lo primero que la hizo sentir feliz en ese día.

                Bueno Sam, nosotros nos vamos-Se despidió Julieta.

                -¿Coges un taxi?-Cuestionó Samuel.

                -Voy a intentar dar un paseo con el carrito hasta casa, o hasta que me canse. Prometo ser responsable y llamar un taxi si lo hago.

                -Tómatelo con calma-Le rogó el padre de Elliot.

Asintió con energía y tapó a Isaac con una manta dentro del carricoche. Sam se despidió después de dedicarle un par de caricias a su nieto. Fuera hacia una temperatura primaveral. Hacia sol y era agradable pasear mientras te calentaba los huesos. Aun así, la gente todavía iba ataviada con ropa invernal y se podían ver resquicios de gorros de lana y guantes de piel.

El camino a casa se hizo más corto de lo normal para Julieta, que iba enfrascada en un montón de pensamientos que se agolpaban en su cabeza. Cuando quiso darse cuenta, estaba en el edificio y la única peculiaridad que había tenido el paseo, era que Jane la había acompañado durante cinco manzanas, hablándole sobre el chocolate suizo.

Él ático estaba en completo silencio. Julieta dejó a Isaac en la hamaca de bebé que le había regalado Mathilde y que siempre estaba de un lado a otro de la casa. Se mecía sola con suavidad y lograba calmarlo al instante. Por esa razón era un utensilio con un uso habitual.

                -¡Elliot! Estamos aquí ¿Mathilde?- Los llamó Julieta en voz alta.

Nadie respondió. Tan solo se escuchó el sonido de la puerta del despacho al abrirse y los pasos de Elliot.

                -¿Cómo ha ido todo?-Preguntó con seriedad al llegar a ellos.

Julieta estaba de rodillas al lado de la hamaca y se giró para observarle. Cerró los ojos y ladeó la cabeza al ver lo cansado que parecía.

                -Bien, esté bebé tan guapo está perfecto… Y ahora tiene que dormirse ¿Verdad que vas a dormirte? ¡Por favor!-Bromeó, intentando en vano arrancar alguna sonrisa más, a aparte de la suya.

                -Ya se dormirá-Añadió Elliot con sequedad y se sentó en el sofá.

Ella bufó y se puso en pie.

                -Es lo que hacen los bebés cuando…-Se sentó con rapidez porque todo empezó a oscurecerse. Se llevó la mano a la frente y respiró hondo.

                -¿Qué pasa?-Pregunto Elliot y se acercó a ella. Le cogió la mano y, ese minúsculo gesto consiguió que se le pasara un poco.

                -Me he levantado deprisa-Murmuró-No pasa nada.

                -Tienes las manos heladas-Susurró Elliot para sí mismo.

                -En la calle hace un poco de frio. No te preocupes. Ya se me ha pasado.

                -¿En la calle? ¿Has venido andando?-Inquirió con gesto severo. El silencio de Julieta fue suficiente para responder su pregunta-Has venido sola y andando… De verdad quieres matarme.

Julieta puso los ojos en blanco y volvió a mirar a Isaac.

                -No exageres, quería dar un paseo.

                -Claro… Querías dar un paseo. Y yo pensando que podía confiar en que no hicieras locuras. Ya veo que no.

                -Sí… Puede que esté loca, pero bueno, yo también soporto cosas que no debería.
Elliot resopló echándose hacia atrás en el sofá y se mantuvo callado. Tenía un tic nervioso en la pierna, que cada vez iba a peor.

                -¿Desde cuándo no duermes?-Le preguntó Julieta.

                -¿Qué mierda importa eso?-Repuso él, de mala manera.

                -Mucho-Susurró y se tapó la boca con ambas manos, rendida. Sabía que era el momento de hablar, de arrancar la tirita. Mejor hacerlo de una vez, sin pensar- Elliot, tenemos que hablar. No podemos seguir así… Bueno, mejor dicho, no debes seguir así.


3 comentarios:

  1. pucha julieta eres.una luchadora...tu sabes que significa pelear y sobrevivir!!!!! julieta ahora es cuando, lucha por tu familia, por tu hijo...lucha por elliot!!!! lucha para que exista el final feliz para ti y elliot!!!! solo lucha no lo dejes...cuando viste todo perdido la vida te lo puso en el camino...te dio el amor incondicional de un maravilloso hombre y la oportunidad de formar una familia ...la vida te dio a isaac....no te des por vencida!!!!

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  2. FDHGEHFREHWGFREW GFHRJ GEWTRGYEUWGFRYEWGYRWK

    Buenos dias, Jane. Lo primero de todo es decirte que... perdona mi falta de tildes en este comentario.. Ya sabes que estos teclados americanos carecen de tildes, asi que en fin... JAJAJA. Me hallo en clase ahora mismo, leyendo tus capitulos y muriendo porque NECESITO LEER EL SIGUIENTE. Y que sepas que he seguido tus capitulos dia a dia, a esta hora, todos los dias actualizo tu blog para saber si has subido... dsehfdrgfehghjdgrej y siempre muero porque son igual de perfectos, incluso mucho mas... Me encantan. Adoro la fuerza de Julieta, y espero de verdad que todo vaya bien... Aunque es tu novela, tu decides lo que pasa y lo que no, y hagas lo que hagas, sera perfecto, en serio, porque alguien que escribe asi de bien... Tengo muchisimas ganas del siguiente capitulo, de saber que pasa, como termina esta historia (aunque para ser sinceros, no quiero que termine, no quiero entar en depresion porque se acaba, ya sabes...). DGREDFTRFEDHTFGRHEGCXDEYG ES QUE SON TAN PERFECTOS TUS CAPITULOS.

    Sobre mi blog... cuando tengo tiempo escribo y probablemente suba capitulo pronto :)
    (Soy April, por si acaso estoy escribiendo esto en anonimo... porque no tengo ni idea de que estoy haciendo, no es mi ordenador personal JAJAJAJAJA)

    Un besazo, Jane, y que sepas que espero con ansias el siguiente capitulo *______*

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  3. Me desespera, pero por que se quiere dar por vencida, debería de luchar por Elliot y por su hijo, ella es fuerte y tiene que haber una solución para esta pareja
    Y lo que me tiene muy cabreada es la tal Jess, es una perturbada que no los deja en paz
    Bueno esperando el próximo capi
    Un abrazo

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