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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 50




Julieta se miró al espejo, examinando por última vez ese vestido dorado tan ridículo y corto, muy corto. Había pasado la última hora pintándose y arreglándose para su forzosa y precipitada despedida de soltera. Mathilde y Alice estaban tan ilusionadas que era imposible que se hubiera negado.

Por suerte para ella, y gracias a su estado, la fiesta era en su apartamento. No tenía ni idea de que le habían preparado, ni del número de invitados. El secretismo de sus amigas llegaba hasta esa tarde, cuando se presentaron en su habitación, la sacaron con premura de la cama y la metieron en un sinfín de cuidados que culminaban en ella y su reflejo desconocido en el espejo.

                -¿Estás lista?-Preguntó Alice después de llamar un par de veces a la puerta. Entró despacio a la habitación-¿Jul?

                -Parezco una…

                -¡Estás bien!

                -¿Acabará pronto? Es que no sé si sabéis que tengo que cuidar a un bebé.

                -Se lo llevó Emma hace horas-La informó Alice. Bufó e intentó encontrar alguna otra excusa que resultara igual de inservible que las anteriores.

                -¿Hay mucha gente?

Alice se mordió el labio y ladeó la cabeza.

                -No… No hagas ese gesto. Por favor...-Se quejó Julieta.

                -Mañana habrá acabado y podrás casarte con mi hermano.

                -Ah, ya entiendo. Es tu condición.

                -Lo has entendido. Genial-Dijo divertida.

Le tendió el brazo, igual que un caballero de la edad media y ella lo agarró.

                -Que sea rápido…-Murmuró.

Escuchó el sonido del bullicio nada más salir de la habitación. Se detuvo antes de bajar las escaleras y respiró hondo. Tenía que pasar ese rato lo mejor posible. Era otro paso que nunca se habría planteado llevar a cabo en otras circunstancias. Ese se añadía a tener novio, ser madre y casarse.

Al verla aparecer, el murmullo se transformó en un estruendoso grito generalizado entre las escandalosas invitadas. Ver a tantas caras conocidas le hizo marearse y querer matar a la hermana de Elliot. Sus compañeras del bufete, todas y cada una de ellas estaban allí. Mathilde, Helen… Y Jane, tumbada en la mesa, en una actitud insinuante. Todas y cada una dirigiendo sus miradas a ella. Sonrió y comenzó a saludar a todas con cierta desorientación, mientras oía palabras de ánimo y felicitaciones que no era capaz de ubicar.

                -Dejarla respirar chicas-Gritó Mathilde, obligándola a sentarse en el sofá, lo que agradeció, dada la bochornosa situación-Bueno, empecemos.

Fue una digna despedida, en la que los comentarios eran picantes, las invitadas insinuantes y en la que las mejillas de la futura novia alcanzaban a menudo temperaturas muy altas. Hubo mucha comida y postres que corrían a la cuenta de Helen. Después hubo juegos y alcohol, mucho alcohol.

Acabó cuando las horas se volvieron solitarias en el reloj. Para Julieta fue todo un alivio que hubiera pasado al fin.

                -Vamos a la cama-Murmuró Mathilde, algo ebria, rodeando sus hombros con el brazo de Julieta.

                -Estoy muerta… Quédate a dormir conmigo. Mi cama es muy grande-Le sugirió Julieta.

                -No voy a discutírtelo. No se lo cuentes a Elliot-Sentenció ella, con una carcajada producto del vodka. 

Julieta se unió a ella en esa risa contagiosa. Ver a Mathilde en ese estado, intentando andar era más gracioso que cualquier otra cosa, incluso hasta tropezar y caer en las escaleras resultaba tronchante para las dos.

                -¿Cómo puedo estar peor que tú?-Le preguntó Julieta.

                -Tienes un tumor, amiga.

Se quedaron en silencio unos segundos, pero se rompió con nuevas carcajadas, está vez más ruidosas.

                -Es graciosa-Murmuró Jane en su oído.

                -Jane opina que eres graciosa-Le dijo a Mathilde, intentando levantarla del suelo.

                -Dile a Jane que le jodan-Contestó de mala manera. Jul se dio la vuelta para ver a Jane desnuda, haciéndole burlas a las dos.

                -Esto es cada vez más absurdo-Susurró para sí.

Con ciertas dificultades llegaron al dormitorio. Mathilde se tiró en la cama aún con los zapatos y empezó a cantar una canción en francés.

                -A veces se me olvida que eres francesa, con ese perfecto acento inglés que tienes-Reconoció, quitándole los zapatos.

                -Cariño, soy buena con los idiomas.

Entonces, ahogando por completo la felicidad del momento, su brazo empezó a convulsionar. Llevaba tiempo haciéndolo, pero esa noche, era especialmente violento.

                -Mathilde-Pronunció, intentando pararlo con su otra mano.

                -¿Qué?-Preguntó desde la cama, pero al escuchar los sollozos se incorporó y la agarró por los hombros-¿Y las pastillas?

                -En el baño.

Saltó de la cama y trajo con rapidez el bote, tropezando un par de veces con los muebles.

                -Metete dos debajo de la lengua.

Le hizo caso y se tumbó apoyando la cabeza en sus piernas. Poco a poco la medicación fue haciendo efecto, igual que otros aspectos de la noche.

                -Me gustaría tener otro bebé, pero no tengo valor-Confesó Mathilde con los ojos vidriosos. Julieta la miró un segundo, compadeciéndose de ella y se imaginó un mundo dónde no fuera madre por un capricho del destino.

                -Puedes hacerlo. Tienes que dejar de tener miedo.

                -Quizás eso no sea lo importante. Es el valor-Reconoció ella.

                -¿Eres tú la misma que ha viajado miles de kilómetros solo para intentar darme una oportunidad? Es imposible que no tengas valor-Susurró Julieta, observándola desde abajo.

                -Puede que para esto no, aunque tal vez un día me levante y lo haga.

                -Quizá podrías conocer a alguien antes, cerca de nosotros. Te hemos cogido mucho cariño. Así que más te vale no volverte a Europa.

Julieta le sonrió y ella hizo lo mismo. En realidad, reflexionaba en que ella era el único futuro posible para Elliot si ella faltaba, si se fuera a ir de su vida. Le resultó inconcebible pensar en ellos dos solos, con kilómetros de por medio, con una oportunidad de unirse que no se otorgarían.

                -Estoy bien aquí y aunque me encanta Francia, aquí tengo muchas ventanas abiertas.

Suspiró y se recostó en los almohadones, dejando escapar un bostezo.

                -Me alegra escuchar eso. Ahora, deberíamos dormir-Dijo Jul.

                -Debemos-Susurró Mathilde, tapándose con el nórdico. -Buenas noches.

                -Buenas noches.

Mathilde se durmió en seguida y ella la observó en silencio, pensando en lo que le esperaba el día siguiente. Su propia boda.

Era extraño que faltase un día, unas horas para algo que había visto como inalcanzable, algo que no iba a ser posible.

Así que cuando despertó, todo empezó a correr.

Llamadas de invitados.

La última prueba del vestido.

Visitas.

Supervisiones.

Y eso lo volvió real.

                -Dios mío. He adelgazado mucho… Es, es una mala idea-decía Jul mientras que otras manos le colocaban el enorme vestido.

                -Has adelgazado, pero el vestido es pequeño, no te preocupes-La convenció Emma.

                -Creo que por muy pequeño que sea…

Se miró al espejo por primera vez, con su alucinante vestido de Vera Wang. Le quedaba perfecto, ceñido al cuerpo e incluso, le resultaba cómodo. Como una niña vestida de princesa, movió su cintura para escuchar el sonido de las capas de tul de la parte de abajo. Recordó a su padre, James, y que un día le regaló un vestido que sonaba exactamente igual. Notó como nacía el nudo en su garganta y se la aclaró para permanecer entera. Aunque Emma, a su lado, ya estaba llorando a todo volumen.

                -Mamá… No llores-La consoló con unas palmaditas en el hombro-Mañana, mañana podrás llorar.

                -Estás muy guapa-Admitió Mathilde con la boca abierta.

                -Espero que Elliot piense lo mismo-Bromeó la voz de Charlie a sus espaldas.

Todas se dieron la vuelta, sorprendidas, al verle en el marco de la puerta con el smoking puesto, impecable.

                -Charlie... Pareces…-Balbuceó Julieta, que no encontraba las palabras adecuadas para referirse a su hermano.

                -Lo sé, causo ese efecto en las mujeres.

Emma siguió, está vez mezclado con una especie de risa espasmódica.

                -Venga, mamá ¡No queremos que inundes la iglesia!-Bromeó Charlie, dándole una caja de clínex.

                -Es de felicidad.

                -Lo sabemos, aun así contente-Murmuró Julieta, logrando apagar por fin las lágrimas de su  madre.

               

***


Allí, al final de las filas de bancos adornados con flores, estaba Elliot. Perfecto con su traje negro y su pajarita de terciopelo. Nervioso y embobado con la visión que tenía delante. Los nervios de Julieta se amenizaron un poco, centrándose en él y sólo en él. Dejó de pensar en los invitados, en su pelo y en marearse. Así que suspiró y avanzó, pegada a Samuel, el padre de Elliot y la persona que lograba que mantuviera el equilibrio. Al otro lado, con un precioso vestido azul marino estaba Jane, sonriente y emocionada. Por primera vez se alegró de verla.

Llegó hasta Elliot y le dio la mano, negando para sí, aún sorprendida de lo que estaban a punto de hacer.

                -Estás preciosa, Julieta Pope-Le susurró Elliot mientras se sentaban.

                -Estamos en una iglesia, vamos a casarnos-Murmuró ella, nuevamente nerviosa.

                -Por favor, no vayas a fugarte.

El sacerdote comenzó a hablar, pero ninguno de los dos pudo prestarle atención hasta la parte de los votos, dónde Elliot tuvo que guiñarle un ojo a Julieta para que empezara. Mientras salía de su embobamiento, escuchó las risas de los invitados y por un instante, sonrojada y avergonzada, pensó que era una mala idea.

                -Elliot Evans, sé que no ha sido fácil conseguirme. Recuerdo que lo primero que te dije fue que no me quisieras, que no era buena para ti. Hoy me alegro mucho de que no me hicieras caso y que fueras la persona más cabezota del mundo. Hoy quiero decirte que no empecé a vivir hasta que te conocí, que me has regalado lo mejor de mi vida y que lo que me quede por vivir lo haré feliz si es contigo. Te quiero.

Se sorprendió por haber podido ser capaz de decirlo sin que su llanto lo interrumpiera, aunque no hubo tanta suerte escuchando lo que Elliot había preparado.

                -Empecé haciéndote una promesa al poco tiempo de conocerte. Sigo manteniendo esa promesa, al igual que esta otra: Prometo soportar a la mujer que no esperó a que yo le pidiera matrimonio, sino que lo hizo ella. Prometo ser mejor persona y luchar siempre que tú lo necesites. Ser padre, marido y médico. Todo en su justa medida. Eres el regalo que me da la vida y voy a cuidarlo.


***

<<A cuidarte siempre>>

<<Cuando abrió los ojos, estaba oscuro y olía a salitre. Estaba mareada, confundida y le dolía la cabeza. Y entonces, volvió a cerrar los ojos y a sumergirse en los recuerdos de hace unas horas. >>

***



El enorme jardín de la casa de los padres de Elliot estaba precioso, dispuesto para la ocasión con una enorme carpa donde se situaban las mesas. Todo en tonos blancos que contrastaban con los tonos pastel de las flores. El día también acompañaba en la decoración. Hacía un sol radiante y la temperatura era muy agradable. El banquete estaba repleto de deliciosos platos que culminaban en la alucinante tarta de diez pisos que había preparado Helen.

Julieta observó con detenimiento a todos los presentes, hasta detenerse en Charlie y Alice, situados en una mesa cercana a la suya. Los dos estaban muy acaramelados y sonrientes. Eso la llevó a pensar en lo mal que se había portado con Charlie en el pasado, lo injusta que había sido… Y el giro que habían dado sus vidas hasta llegar a dónde estaban ahora.

Allí, siendo felices, intentando serlo.

Mathilde interrumpió sus pensamientos llegando hasta ella, empujando el carrito de Isaac. Lo aparcó al lado de la mesa y se sentó a su lado.

                -Por fin se ha dormido-Murmuró en un suspiro.

                -Pensaba que Isaac estaba con Elliot-Contestó ella, confundida.

Mathilde negó con la cabeza y se bebió de un trago su copa de vino.

                -Llevo una hora con tu bebé, cariño. Espero que si tenéis alguno más, sea menos ruidoso que este.

Julieta obvió el comentario y frunció el ceño. Llevaba demasiado tiempo sin ver a Elliot y empezaba a resultar raro, dado que acababa de casarse y que prácticamente había desaparecido sin que se diera cuenta.

                -Debería ir a buscarle.

                -Seguro que ha querido tomar un poco el aire. Esto es una locura.

                -No, voy a ir a ver…-Julieta se levantó, pero Mathilde la detuvo, agarrándole el brazo.

                -No, deberías quedarte. Ayer te pasaste todo el día con pequeñas convulsiones y no apetece atenderte borracha. No te ofendas. Además, luego tienes que bailar-Intentó convencerla Mathilde.

                -No voy a tardar, solo quiero echar un vistazo rápido-Dijo, pero Mathilde siguió agarrándola-Me llevaré el móvil ¿Vale? Te avisare si me encuentro mal.

                -Está bien… con cualquier cosa tú…

                -Lo sé.


Salió de la carpa con rapidez, intentando apartarse de todas esas miradas indiscretas y de los fotógrafos. Caminó por el jardín lentamente, recorriendo cada palmo sin éxito. No había rastro de Elliot. Avanzó por el camino que daba la vuelta a la casa y conectaba con la parte de atrás, dónde se encontraba la piscina climatizada y el pequeño invernadero de Helen. Allí tampoco se escuchaba a nadie.

Pero algo llamó su atención.

La puerta metálica que separaba el exterior de la zona climatizada de la piscina, estaba entreabierta. Suspiró aliviada y agarró su vestido para llegar con algo más de ligereza... pero cuando llegó, se detuvo en la puerta y vaciló antes de agarrar el pomo.

Tenía un mal presentimiento, la sensación de que algo podía ir mal. Intentó desechar esa idea y escuchó el chirrido de la puerta, abriéndose a su paso.

Estaba desierto. El agua de la piscina brillaba inmóvil, lass cristaleras reflejaban el agua, dando la sensación de que estabas en el interior de un diamante, con múltiples rayos disparados en todas direcciones.

                -¿Elliot? ¿Estás aquí?-Preguntó en voz baja, aunque el sitio lograba que su voz se escuchara muy alta, como si hablara en un altavoz.

                -Bonito vestido, zorra-Dijo una voz familiar que salía de detrás de una columna.

Su corazón se detuvo momentáneamente, en un intento desesperado de asimilar lo que estaba pasando. La sangre desapareció de su rostro, mirando fijamente a la mujer de cabellera pelirroja vestida de camarera con las manos ensangrentadas, separada de ella por la enorme piscina. Pero lo que consiguió que todo su cuerpo fuera víctima de un escalofriante miedo irracional, fue la pistola que sostenía.

                -Reconozco que ha sido de óscar mi actuación con las pelucas. Ni siquiera te lo has olido-Dijo con voz grave, seguida de una carcajada que retumbó tenebrosamente en la instancia.

                -¿Dónde está Elliot?-Preguntó decidida.

                -¿Por qué no te acercas a escuchar la respuesta?-Sugirió sonriente, sosteniendo la pistola en su dirección.

<< ¡CORRE! ¡CORRE! ¡CORRE!- Murmuraba su subconsciente al que, sin meditarlo un minuto, se esforzó en ignorar>>

Intentó dejar de lado al miedo, centrándose en el único sentimiento que podía ayudarle, la rabia. Cogió una bocanada de aire y avanzó hacia ella. Unos pasos lentos y agónicos en el camino hacia un futuro demasiado incierto.

***


<<De nuevo allí, entre la consciencia y la inconsciencia, entre dos horizontes que no acababan de trazarse. Se movió un poco entre la oscuridad y notó el dolor punzante de su brazo, seguido del quemazón que producía en sus fosas nasales ese olor a salitre. Se palpó con la otra mano, incapacitada por esa inmensa oscuridad. Algún punto en su antebrazo estaba caliente y húmedo. Cubierto de sangre.

Bufó, intentando que sus ojos no volvieran a cerrarse ayudados por el dolor de cabeza. Así que empezó a forcejear, a gritar con las fuerzas que le quedaban, golpeando el interior de algún sitio, hasta que estuvo demasiado cansada para continuar.

Mientras jadeaba y volvía a arrimarse a la dulce y agónica inconsciencia, intentó recordar la pieza que le faltaba en ese puzle. >>

***

“Elliot estaba en una superficie de baldosas blancas, en un charco de sangre. Jess estaba sonriente junto a él.

                -Esto es culpa tuya…-Dijo sollozando, sin dejar de trazar esa risa tenebrosa en sus labios, apuntándole al cráneo con la pistola. “



Esa imagen la ayudó a salir por completo de la oscuridad que la envolvía. Volvió al dolor y al salitre.

                -¡Elliot! ¡Elliot!-Gritó desesperada, incapaz de creer que él hubiera dejado de existir.

                -Nena, estoy aquí-Susurró su voz, muy débil, cerca de ella. 

Una mezcla de alivio le hizo sonreír, para que después la realidad le golpeara más fuerte. 

<<¿Qué está pasando?>>

               
                -Elliot ¡¿Qué te ha hecho?! ¡Háblame! ¡Háblame!-La impotencia de no saber, le hizo levantarse deprisa y golpearse con algo en el hombro. Una especie de caja.

                -Estoy… bien… no te preocupes… Tienes que… tienes que…-Intentaba decir, con un sonido cada vez más agónico.

Entonces, el lugar se vio iluminado por una gran bocanada de luz procedente de arriba. Julieta distinguió que estaban en una especie de bodega, pero no logró ver a Elliot, sólo visualizó los destellos rojizos de alguien que bajaba por la escalera.

                -Me alegra verte despierta.

               








6 comentarios:

  1. ¡¿PERO QUÉ?! Pero pero pero pero ¿Y este final? ¿Pretendes matarme? No si al final Jess acabará matando a alguno de los dos. Siempre aparece cuando no lo espero, con lo bien que estaba el bodorrio feliz y ya tuvo que aparecer la guarra esa.
    Viendo las otras veces que dejaste capítulos con finales que me causaban instintos asesinos no sé porque pensé que ibas a hacer una boda normal. Toca boda con final trágico, seguiré esperando que un día tanto intentar matar acabe ella muerta. Ves ya desvarío, hace tanto que no te comento en un capítulo que ya ni me acordaba (pero los leía, que conste que es por falta de tiempo)
    Como se me olvidó lo que iba a poner mejor me voy antes de que me de por divagar de más, eso si, PUBLICA YA EL SIGUIENTE, bueeeno sin presiones y sin que parezca obsesivo jaja
    Muchos besos ;)

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  2. ¿¡QUERES MATARME!? Esta es la primera vez que comento uno de tus blogs pero siempre estoy al pendiente de tus actualizaciones. Amo como escribis soy tu fan :). Increíble capítulo nunca decepcionas!

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  3. Pero como puedes dejarnos así, tanta ansia por que publiques el siguiente capítulo, me esta matando, y creo que no soy la única.
    Por favor, date prisa en escribir el siguiente.
    Besos.

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  4. Ahhhhh! por favor que es lo que está pasando aquí, la loca de Jess ha tenido que hacer algo terrible, no si al final va acabar con alguno de ellos.... Y a la muy loca de Jess no le da por tirarse por un balcón? agrgrgrrg
    Deseosa de ver lo que pasa en el siguiente
    Besos y Feliz año

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  5. Ahhhhh! por favor que es lo que está pasando aquí, la loca de Jess ha tenido que hacer algo terrible, no si al final va acabar con alguno de ellos.... Y a la muy loca de Jess no le da por tirarse por un balcón? agrgrgrrg
    Deseosa de ver lo que pasa en el siguiente
    Besos y Feliz año

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  6. Hola Jane!! ^^ Te echaba de menos :) Pero ahora estoy al día y tan dispuesta como siempre a matar a Jess ^^ ¡Me ofrezco voluntaria! :D jjaaja Bromas aparte, me han encantado los capis ;) Veo que Elliot y Jul han pasado de todo, pero que se siguen queriendo afrontando las cosas juntos :) Es increíble lo fuerte que es su amor <3 Aunque he de decir que quien más me gusta es Isaac *.* Y echo de menos saber un poco más de Trece :P Seguro que es monísimo ^^
    En cuanto a este capi estoy como en trance... ¡¿Qué acaba de pasar?! Estábamos de boda, llorando, riendo, felicidad everywhere y, claro, tuvo que aparecer Jess ¬¬ ¿Pero qué ha pasado? :O Están vivos, ¿no? Pero seguirán estándolo, ¿verdad? No entiendo nada... Tengo miedito :S
    Un beso enorme!!

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