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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 51




Jess la miraba ansiosa y ella sabía que no tenía tiempo para recapacitar su próximo movimiento, porque entre tanto, Elliot podía depender de unos insignificantes segundos.

                -Siento mucho haberte traído por la fuerza, me molestaban demasiado tus gritos… Aunque no el hecho de que estuvieras pidiendo ayuda desesperadamente. Supongo que es algo que cualquier huerfanita sabe hacer…

Lo que ocurrió a continuación fue rápido y demasiado temerario para pararse a tantear las posibles consecuencias. Julieta estaba en el suelo, agachada, apoyando manos y rodillas en el suelo de madera. Entonces, visualizó su propio zapato de tacón, a solo unos centímetros.


Se acercó a él, mientras Jess se acercaba a ella… Es escaso espacio, valió para tener al alcance de sus ojos a Elliot, tendido en el suelo, con la mano puesta en su abdomen que seguía sangrando. Estaba pálido y respiraba con dificultad. Apartó la vista de él, intentando que esa visión no la hiciera debilitarse y siguió acercándose…

                -¿Quieres acercarte a él, puta?-Le preguntó Jess, justo encima de ella-Lo que le he hecho es por tu culpa… Yo… yo no quería hacerle daño… ¡No! ¡Yo no le haría daño! ¡HAS SIDO TÚ!

Julieta la observó sabiendo que lo que veía después, iba a dolerle. Jess tenía los ojos clavados en ella, con una expresión de asco y rabia.

                -Esto es por nosotros- Dijo Jess. A continuación le propinó una fuerte patada en las costillas.

Jul gritó y cayó de bruces en el suelo, tosiendo entre jadeos, notando un dolor intenso que le hacía imposible algo tan sencillo como llenar sus pulmones de aire. Después recibió otro golpe en la cara. En sus ojos aparecieron pequeñas luces de colores y, momentáneamente, se quedó inmóvil en el suelo.

                -Jess para… Por favor-Dijo la voz de Elliot a lo lejos-Vas a hacerle daño…

                -¡No lo entiendes, Elliot! Ella es la responsable de toda esta mierda. Debo matarla ahora para que nos deje en paz.

                -Suelta… la pistola-Murmuró él, jadeante-No es necesario que la mates.

                -¿Por qué? Así no volverá nunca. Nunca.

Se arrodillo junto al cuerpo de Julieta. Ella observó a través de los mechones de pelo sus rodillas llenas de sangre, los nudillos enrojecidos de su mano y sintió como el acero frio de la pistola se hundía en su sien.

                -No… No lo hagas. Si la matas irás a la cárcel y no podremos estar juntos-Intentó convencerla Elliot. Julieta abrió los ojos y vio su rostro lleno de dolor, mirándola enfrente de ella, desesperado.

Y en ese justo instante, en que Julieta sintió que la pistola flaqueaba mientras la apuntaba, agarró el zapato y, presintiendo que todo podía salir mal, que todo podía acabar en un momento, lo lanzó con violencia sobre la frente de Jess.

Julieta se quedó sentada en el suelo, observando como de su frente manaban finos hilos de sangre que se abrían paso por sus cejas y nariz. Sus ojos oscuros se entornaban cada vez más, hasta que los cerró y cayó inconsciente en el suelo. El lugar se quedó en completo silencio, tan solo interrumpido por su sonora respiración y la de Elliot. Se acercó a Jess y le quitó la pistola de la mano. Apunto a su pecho unos segundos ,cerciorándose que su cuerpo no se movía.

No lo hacía, en cambió ella, temblaba, notando una especie de frenesí que provocaba que su corazón fuera a mil por hora.

Nada cuadraba y cada pensamiento se agolpaba en su mente en una maraña difícil de desenredar.

<<Nos hemos casado>>

<<Jess ha intentado matarme>>

<<Creo que yo la he matado>>

<<Elliot está herido>>

<<Elliot…>>

Se lanzó a su lado y le cogió la mano. Pero él estaba inconsciente y frío.

                -¿Elliot? Por favor, cariño. No me hagas esto-Sollozó encima de él, intentando que sus manos fueran suficientes para contener la hemorragia de su herida-Por favor, no me dejes aquí sola ¡Elliot! ¡Idiota! ¡Despierta! ¡No me hagas esto!

                -Nena… Siempre… siempre logras sorprenderme-Susurró con una media sonrisa sobre sus labios. Julieta se lanzó a su cuello y lo besó con fuerza, mientras por sus mejillas caían lágrimas silenciosas.

Se fijó con más detenimiento en el lugar. Era la pequeña bodega de un barco, lleno de cajas y material náutico. Conectaba con la cubierta a través de unas escaleras metálicas muy empinadas. Julieta respiró hondo y se guardó la pistola en el vestido.

                -Vamos a salir de aquí-Le dijo a Elliot- Necesito que rodees mis hombros y que me ayudes para que entre los dos podamos ponerte en pie-Le rogó, volviéndole a besar.

                -No sé si puedo…

                -Bien-Dijo, haciendo una pausa-Probaremos así.

Se colocó detrás de él y situó sus brazos en torno al pecho de Elliot para tirar de su cuerpo. Así, aunque despacio, conseguía que se moviera.

La parte de las escaleras fue eterna y angustiosa. Julieta no tenía la suficiente fuera para sacarle, por lo que Elliot trataba de hacerlo el mismo, produciendo verdaderos sonidos de dolor a cada empujón que daban.

Finalmente, llegaron a la cubierta del pequeño velero. Ya estaba anocheciendo y el cielo estaba teñido de pequeñas pinceladas en tonos rosados y anaranjados. Julieta se puso en pie, agotada, después de dejar a Elliot apoyado en la pared del camarote. Sonrío al ver que aún estaban en Nueva York, en el pequeño puerto de atraque del río Hudson. Una zona tranquila y nada transitada. Observó a lo lejos el coche de Jess y se giró para ver a Elliot.

                -Vale, ya queda menos. Vamos a ir al Hospital…

La frase se quedó en el aire. Jess estaba frente a ella, de nuevo consciente y aún más desquiciada que de costumbre. Julieta sintió un escalofrío al ver su rostro envuelto en su propia sangre. Sus ojos resaltaban, enrojecidos y llenos de rabia.

Rabia dirigida hacia ella.

                -Voy a matarte, Julieta Pope. Y lo haré con mis propias manos.

Se lanzó contra ella, impidiendo que pudiera defenderse y hundió sus manos en su cuello. Lo hizo con tanta fuerza, que Julieta se golpeó en la espalda con la barandilla, haciendo que las dos se precipitaran al río.  

Todas sus terminaciones nerviosas se quejaron ante el violento contacto con el agua helada. Aún tenía las manos de Jess presionando su cuello, zarandeando su cuerpo, mientras su cerebro suplicaba, buscando ansioso, una brizna de oxígeno que aspirar. 

Sabía que no podía ganarle, pero el instinto consiguió que reaccionara y peleara. 

Cerró el puño y lo hundió en el pómulo de Jess, que apartó las manos de su agarre. En ese segundo de liberación, intentó ascender a la superficie, desesperada por salir del agua. Pero de nuevo, Jess rodeó su cintura y golpeó su vientre. En ese instante, Julieta dejó de aguantar la respiración y empezó a tragar una gran cantidad de agua.

La cabeza iba a explotarle y los pulmones le ardían. Estaba a punto de morir, de rendirse... Y en todo ese infierno, hasta le pareció lo mejor. Perdía la conciencia, se convencía de que no había nada que pudiera hacer con alguien tan sano físicamente, con ella, que tenía tantas ganas de acabar con Julieta Pope.

Que nunca volvería a ver a Isaac, ni a salvar a Elliot.

Pero la pizca de lucidez que le quedaba antes de rendirse, recordó la pistola guardada en el corsé de su vestido de novia.

La sacó y apuntó a Jess. Apenas veía nada entre el mareo y la turbidez del agua… Pero disparó y, automáticamente, Jess dejó de intentar ahogarla. Su agarre se aflojó y su cuerpo flotó lentamente hasta la superficie, sin vida. Julieta ascendió con dificultad, desesperada por respirar, hasta arrastrarse por la madera del pequeño puerto.

Ese encontronazo ansioso con la vida, le resultó dolorosamente angustioso. Allí tirada, bocabajo, intentaba escupir toda el agua que llenaba sus pulmones, tosiendo, hambrienta por respirar.

Cuando recuperó el aliento, subió tambaleante al barco. Elliot volvía a estar inconsciente y Jess seguía flotando bocabajo, inerte en el agua.

<<La he matado. Está muerta>>

                -Dios mío, está muerta. Iba a matarnos… Ahora está muerta-Balbuceó para sí, aterrada, en estado de shock-Elliot…

Como pudo, entre sollozos y un frío atroz, arrastró a Elliot hasta el coche, 
        
     -Elliot, despierta… Por favor. Cariño, despierta.

                -Estoy aquí-Contestó finalmente, aún con los ojos cerrados.

                -Voy a conducir y no es muy recomendable teniendo un maldito tumor, así que necesito que estés despierto-Dijo con una risa nerviosa, arrancando el coche.

                -No me hagas reír-Susurró sonriente, entre una mueca de dolor- Vale, nena… No… No nos estrelles con algo.

                -Lo intentaré pero no te duermas, cariño. Presiónate la herida ¿Vale?

                -¿Desde cuándo…? ¿Eres el médico?

                -No te atrevas a bromear con eso, Elliot Evans.

                -Quizás pueda hacerlo… con el hecho de que… la primera cita que tuvimos… me dijiste… me dijiste que te encantaba conducir.

                -Eso es cierto-Admitió Julieta y le echó un vistazo rápido.  Elliot tenía la frente apoyada en el cristal de la ventanilla y se esforzaba por seguir con ella.

                -Nena, si algo… me pasa…Tú no debes-Empezó a decir.

                -No vuelvas a decir eso. Eres médico y sabes que no estás tan mal. Es sólo una herida… fea…
Elliot cerró los ojos y sonrió.

                -Julieta Evans…

                -Por favor, aguanta, ya estamos llegando. Tú deberías estar cuidando de mí. Soy la del cáncer y… y no así. Así no. No vas a morirte antes que yo ¿Me oyes? Nos acabamos de casar, Elliot Evans ¡Es injusto! ¡Elliot, por favor…!

<<Debería ser yo>>

<<Yo y no él>>

No tardaron en llegar al hospital. Julieta corrió al interior, gritando y pidiendo ayuda, hasta que unos cuantos sanitarios sacaron a Elliot, blanco y sin consciencia, del coche. Lo subieron a una camilla y empezaron a gritarse cosas los unos a los otros.

Palabras a las que Julieta no encontraba sentido.

Los siguió, pero pronto una enfermera la sacó a empujones de la sala dónde lo atendían. Estaba demasiado cansada para oponer resistencia, así que se quedó quieta, muy quieta, junto a la puerta.

Estaba empapada y dolorida, con su vestido de novia ensangrentado, saboreando ese sentimiento tan atroz de no saber lo que va a pasar con la persona que quieres.






4 comentarios:

  1. Genial, pero a ver si nos vas a malacostumbrar subiendo los capítulos tan rápido ;), haber si el proximo capitulo, no tiene este final que te dejo con tantas ganas de mas xD

    Esperaremos con ansia el próximo, besos.

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  2. ¿Te dije que ya estaba al día con el anterior? jaja Bueno ahora sí que sí :P
    Es raro alegrarse por la muerte de alguien, aunque sea de un personaje. ¿Soy una mala persona por eso? La verdad es que Jess solo hacía daño y seguro que Elliot y Jul estarán mejor sin ella ¬¬ Eso si Elliot sale de esta :S Por favor por favor por favor Jane, que salga todo bien T_T Nos privaste de un final de boda de cuento, danos al menos esto :(
    En cualquier caso, muchas gracias por regalarnos un capi más, el último de 2013, ¿no? ;) Nos vas a dejar con la intriga hasta el año que viene ¿te das cuenta? ¬¬ Aunque bueno mejor no hablo de cuándo publicar capítulos, tengo las de perder :S
    Así que nada, un beso enorme, mil gracias por darnos tantos momentos a través de tus historias y feliz año nuevo ^^

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    1. Para empezar bien el primero día de 2014 te he dejado una sorpresa en mi blog ;) Pásate cuando puedas ^^
      http://sieltiempollegatarde.blogspot.com.es/2013/12/premios-retrasados-p.html
      Un beso :)

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  3. Me presento, soy Claudia una lectora anónima hasta ahora. Tengo que decirte que cada día ¡me sorprendes más! ¿Pero qué va a pasar ahora? ¡Quieres matarme de pena! (Bueno, no solo a mi. Supongo que a todas tus lectoras nos pasará lo mismo). Ni la boda si quiera termino tranquilamente, eres como una caja de bombas. En fin, que aunque te diga que eres muy cruel y eso me encanta como escribes, tus historias son increíbles (me las leo todas eh) y tus personajes tienen unas grandes personalidades muy logradas. Te felicito. No me enrollo más. Espero el próximo capítulo y a partir de ahora intentaré comentar en los siguientes. Besos, Claudia :))

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