Jess la miraba ansiosa y ella sabía que no tenía tiempo para
recapacitar su próximo movimiento, porque entre tanto, Elliot podía depender de
unos insignificantes segundos.
-Siento
mucho haberte traído por la fuerza, me molestaban demasiado tus gritos… Aunque
no el hecho de que estuvieras pidiendo ayuda desesperadamente. Supongo que es
algo que cualquier huerfanita sabe hacer…
Lo que ocurrió a continuación fue rápido y demasiado
temerario para pararse a tantear las posibles consecuencias. Julieta estaba en
el suelo, agachada, apoyando manos y rodillas en el suelo de madera. Entonces,
visualizó su propio zapato de tacón, a solo unos centímetros.
Se acercó a él, mientras Jess se acercaba a ella… Es escaso
espacio, valió para tener al alcance de sus ojos a Elliot, tendido en el suelo,
con la mano puesta en su abdomen que seguía sangrando. Estaba pálido y
respiraba con dificultad. Apartó la vista de él, intentando que esa visión no
la hiciera debilitarse y siguió acercándose…
-¿Quieres
acercarte a él, puta?-Le preguntó Jess, justo encima de ella-Lo que le he hecho
es por tu culpa… Yo… yo no quería hacerle daño… ¡No! ¡Yo no le haría daño! ¡HAS
SIDO TÚ!
Julieta la observó sabiendo que lo que veía después, iba a
dolerle. Jess tenía los ojos clavados en ella, con una expresión de asco y
rabia.
-Esto
es por nosotros- Dijo Jess. A continuación le propinó una fuerte patada en las
costillas.
Jul gritó y cayó de bruces en el suelo, tosiendo entre
jadeos, notando un dolor intenso que le hacía imposible algo tan sencillo como
llenar sus pulmones de aire. Después recibió otro golpe en la cara. En sus ojos
aparecieron pequeñas luces de colores y, momentáneamente, se quedó inmóvil en
el suelo.
-Jess
para… Por favor-Dijo la voz de Elliot a lo lejos-Vas a hacerle daño…
-¡No lo
entiendes, Elliot! Ella es la responsable de toda esta mierda. Debo matarla
ahora para que nos deje en paz.
-Suelta…
la pistola-Murmuró él, jadeante-No es necesario que la mates.
-¿Por
qué? Así no volverá nunca. Nunca.
Se arrodillo junto al cuerpo de Julieta. Ella observó a
través de los mechones de pelo sus rodillas llenas de sangre, los nudillos
enrojecidos de su mano y sintió como el acero frio de la pistola se hundía en
su sien.
-No… No
lo hagas. Si la matas irás a la cárcel y no podremos estar juntos-Intentó
convencerla Elliot. Julieta abrió los ojos y vio su rostro lleno de dolor,
mirándola enfrente de ella, desesperado.
Y en ese justo instante, en que Julieta sintió que la
pistola flaqueaba mientras la apuntaba, agarró el zapato y, presintiendo que
todo podía salir mal, que todo podía acabar en un momento, lo lanzó con
violencia sobre la frente de Jess.
Julieta se quedó sentada en el suelo, observando como de su
frente manaban finos hilos de sangre que se abrían paso por sus cejas y nariz. Sus ojos oscuros se entornaban cada vez más, hasta que los cerró y cayó inconsciente en el suelo. El lugar se quedó en completo silencio, tan solo interrumpido por su sonora respiración y la de Elliot. Se acercó a Jess y le quitó la pistola de la mano. Apunto a su pecho unos segundos ,cerciorándose que su cuerpo no se movía.
No lo hacía, en cambió ella, temblaba, notando una especie de frenesí que provocaba que su corazón fuera a mil por hora.
No lo hacía, en cambió ella, temblaba, notando una especie de frenesí que provocaba que su corazón fuera a mil por hora.
Nada cuadraba y cada pensamiento se agolpaba en su
mente en una maraña difícil de desenredar.
<<Nos hemos casado>>
<<Jess ha intentado matarme>>
<<Creo que yo la he matado>>
<<Elliot está herido>>
<<Elliot…>>
Se lanzó a su lado y le cogió la mano. Pero él estaba
inconsciente y frío.
-¿Elliot?
Por favor, cariño. No me hagas esto-Sollozó encima de él, intentando que sus
manos fueran suficientes para contener la hemorragia de su herida-Por favor, no
me dejes aquí sola ¡Elliot! ¡Idiota! ¡Despierta! ¡No me hagas esto!
-Nena…
Siempre… siempre logras sorprenderme-Susurró con una media sonrisa sobre sus
labios. Julieta se lanzó a su cuello y lo besó con fuerza, mientras por sus
mejillas caían lágrimas silenciosas.
Se fijó con más detenimiento en el lugar. Era la pequeña
bodega de un barco, lleno de cajas y material náutico. Conectaba con la cubierta
a través de unas escaleras metálicas muy empinadas. Julieta respiró hondo y se
guardó la pistola en el vestido.
-Vamos
a salir de aquí-Le dijo a Elliot- Necesito que rodees mis hombros y que me
ayudes para que entre los dos podamos ponerte en pie-Le rogó, volviéndole a
besar.
-No sé
si puedo…
-Bien-Dijo, haciendo una pausa-Probaremos así.
Se colocó detrás de él y situó sus brazos en torno al pecho
de Elliot para tirar de su cuerpo. Así, aunque despacio, conseguía que se
moviera.
La parte de las escaleras fue eterna y angustiosa. Julieta
no tenía la suficiente fuera para sacarle, por lo que Elliot trataba de hacerlo
el mismo, produciendo verdaderos sonidos de dolor a cada empujón que daban.
Finalmente, llegaron a la cubierta del pequeño velero. Ya
estaba anocheciendo y el cielo estaba teñido de pequeñas pinceladas en tonos rosados
y anaranjados. Julieta se puso en pie, agotada, después de dejar a Elliot
apoyado en la pared del camarote. Sonrío al ver que aún estaban en Nueva York,
en el pequeño puerto de atraque del río Hudson. Una zona tranquila y nada
transitada. Observó a lo lejos el coche de Jess y se giró para ver a Elliot.
-Vale,
ya queda menos. Vamos a ir al Hospital…
La frase se quedó en el aire. Jess estaba frente a ella, de
nuevo consciente y aún más desquiciada que de costumbre. Julieta sintió un
escalofrío al ver su rostro envuelto en su propia sangre. Sus ojos
resaltaban, enrojecidos y llenos de rabia.
Rabia dirigida hacia ella.
Rabia dirigida hacia ella.
-Voy a
matarte, Julieta Pope. Y lo haré con mis propias manos.
Se lanzó contra ella, impidiendo que pudiera defenderse y hundió sus manos en su cuello.
Lo hizo con tanta fuerza, que Julieta se golpeó en la espalda con la barandilla, haciendo que las dos se precipitaran al río.
Todas sus terminaciones nerviosas se quejaron ante el violento contacto con el agua helada. Aún tenía las manos de Jess presionando su cuello, zarandeando su cuerpo, mientras su cerebro suplicaba, buscando ansioso, una
brizna de oxígeno que aspirar.
Sabía que no podía ganarle, pero el instinto consiguió que reaccionara y peleara.
Sabía que no podía ganarle, pero el instinto consiguió que reaccionara y peleara.
Cerró el puño y lo hundió en el pómulo de Jess, que apartó las
manos de su agarre. En ese segundo de liberación, intentó ascender a
la superficie, desesperada por salir del agua. Pero de nuevo, Jess rodeó su cintura y
golpeó su vientre. En ese instante, Julieta dejó de aguantar la respiración y empezó a tragar una gran cantidad de agua.
La cabeza iba a explotarle y los pulmones le ardían. Estaba a punto de morir, de rendirse... Y en todo ese infierno, hasta le pareció lo mejor. Perdía la conciencia, se convencía de que no había nada que pudiera hacer con alguien tan sano físicamente, con ella, que tenía tantas ganas de acabar con Julieta Pope.
La cabeza iba a explotarle y los pulmones le ardían. Estaba a punto de morir, de rendirse... Y en todo ese infierno, hasta le pareció lo mejor. Perdía la conciencia, se convencía de que no había nada que pudiera hacer con alguien tan sano físicamente, con ella, que tenía tantas ganas de acabar con Julieta Pope.
Que nunca volvería a ver a Isaac, ni a salvar a Elliot.
Pero la pizca de lucidez que le quedaba antes de rendirse,
recordó la pistola guardada en el corsé de su vestido de novia.
La sacó y apuntó a Jess. Apenas veía nada entre el mareo y
la turbidez del agua… Pero disparó y, automáticamente, Jess dejó de intentar
ahogarla. Su agarre se aflojó y su cuerpo flotó lentamente hasta la superficie, sin vida.
Julieta ascendió con dificultad, desesperada por respirar, hasta arrastrarse por la madera del pequeño puerto.
Ese encontronazo ansioso con la vida, le resultó dolorosamente angustioso. Allí tirada, bocabajo, intentaba escupir toda el agua que llenaba sus pulmones, tosiendo, hambrienta por respirar.
Cuando recuperó el aliento, subió tambaleante al barco.
Elliot volvía a estar inconsciente y Jess seguía flotando bocabajo, inerte en el
agua.
<<La he matado. Está muerta>>
-Dios
mío, está muerta. Iba a matarnos… Ahora está muerta-Balbuceó para sí, aterrada, en estado de shock-Elliot…
Como pudo, entre sollozos y un frío atroz, arrastró a Elliot
hasta el coche,
-Elliot, despierta… Por favor.
Cariño, despierta.
-Estoy
aquí-Contestó finalmente, aún con los ojos cerrados.
-Voy a
conducir y no es muy recomendable teniendo un maldito tumor, así que necesito
que estés despierto-Dijo con una risa nerviosa, arrancando el coche.
-No me
hagas reír-Susurró sonriente, entre una mueca de dolor- Vale, nena… No… No nos
estrelles con algo.
-Lo
intentaré pero no te duermas, cariño. Presiónate la herida ¿Vale?
-¿Desde
cuándo…? ¿Eres el médico?
-No te
atrevas a bromear con eso, Elliot Evans.
-Quizás
pueda hacerlo… con el hecho de que… la primera cita que tuvimos… me dijiste… me
dijiste que te encantaba conducir.
-Eso es
cierto-Admitió Julieta y le echó un vistazo rápido. Elliot tenía la frente apoyada en el cristal
de la ventanilla y se esforzaba por seguir con ella.
-Nena,
si algo… me pasa…Tú no debes-Empezó a decir.
-No
vuelvas a decir eso. Eres médico y sabes que no estás tan mal. Es sólo una
herida… fea…
Elliot cerró los ojos y sonrió.
-Julieta
Evans…
-Por
favor, aguanta, ya estamos llegando. Tú deberías estar cuidando de mí. Soy la
del cáncer y… y no así. Así no. No vas a morirte antes que yo ¿Me oyes? Nos
acabamos de casar, Elliot Evans ¡Es injusto! ¡Elliot, por favor…!
<<Debería ser yo>>
<<Yo y no él>>
No tardaron en llegar al hospital. Julieta corrió al
interior, gritando y pidiendo ayuda, hasta que unos cuantos sanitarios sacaron
a Elliot, blanco y sin consciencia, del coche. Lo subieron a una camilla y
empezaron a gritarse cosas los unos a los otros.
Palabras a las que Julieta no encontraba sentido.
Los siguió, pero pronto una enfermera la sacó a empujones de la sala
dónde lo atendían. Estaba demasiado cansada para oponer resistencia, así que se
quedó quieta, muy quieta, junto a la puerta.
Estaba empapada y dolorida, con su vestido de novia
ensangrentado, saboreando ese sentimiento tan atroz de no saber lo que
va a pasar con la persona que quieres.
Genial, pero a ver si nos vas a malacostumbrar subiendo los capítulos tan rápido ;), haber si el proximo capitulo, no tiene este final que te dejo con tantas ganas de mas xD
ResponderEliminarEsperaremos con ansia el próximo, besos.
¿Te dije que ya estaba al día con el anterior? jaja Bueno ahora sí que sí :P
ResponderEliminarEs raro alegrarse por la muerte de alguien, aunque sea de un personaje. ¿Soy una mala persona por eso? La verdad es que Jess solo hacía daño y seguro que Elliot y Jul estarán mejor sin ella ¬¬ Eso si Elliot sale de esta :S Por favor por favor por favor Jane, que salga todo bien T_T Nos privaste de un final de boda de cuento, danos al menos esto :(
En cualquier caso, muchas gracias por regalarnos un capi más, el último de 2013, ¿no? ;) Nos vas a dejar con la intriga hasta el año que viene ¿te das cuenta? ¬¬ Aunque bueno mejor no hablo de cuándo publicar capítulos, tengo las de perder :S
Así que nada, un beso enorme, mil gracias por darnos tantos momentos a través de tus historias y feliz año nuevo ^^
Para empezar bien el primero día de 2014 te he dejado una sorpresa en mi blog ;) Pásate cuando puedas ^^
Eliminarhttp://sieltiempollegatarde.blogspot.com.es/2013/12/premios-retrasados-p.html
Un beso :)
Me presento, soy Claudia una lectora anónima hasta ahora. Tengo que decirte que cada día ¡me sorprendes más! ¿Pero qué va a pasar ahora? ¡Quieres matarme de pena! (Bueno, no solo a mi. Supongo que a todas tus lectoras nos pasará lo mismo). Ni la boda si quiera termino tranquilamente, eres como una caja de bombas. En fin, que aunque te diga que eres muy cruel y eso me encanta como escribes, tus historias son increíbles (me las leo todas eh) y tus personajes tienen unas grandes personalidades muy logradas. Te felicito. No me enrollo más. Espero el próximo capítulo y a partir de ahora intentaré comentar en los siguientes. Besos, Claudia :))
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