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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

jueves, 23 de octubre de 2014

Capítulo 15




No tenía más detalle que el de que ella se encontraba mal, que Charlie parecía nervioso por teléfono y que tenía que darse prisa en llegar lo antes posible. Ella. Julieta. Ya no le dolía pensar en su nombre... o al menos no como antes. Esos meses cuando sólo era un hombre que comía gracias a la pizza congelada y a la comida envasada que Helen le llevaba cuando no respondía a sus llamadas. Porque los días eran un suplicio sin esos detalles que sólo tenía ella: Su extraña postura a su lado en la cama, el modo (entre adorable y absurdo) en que hablaba con el bebé, sus "supuestos" ronquidos, el ultimo beso del día, antes de que se le cerraran los ojos. El primero, justo al abrirlos y después de bostezar. Era imposible olvidarlos, como las semanas agotadoras les siguieron, justo después de la operación, de decidir que lo mejor para ella era internarla en un centro de rehabilitación, de aceptar que el estrés que le había ocasionado casi acababa con ella, él o el cáncer. Aquél cúmulo de circunstancias que los presionaba hasta que terminaba cediendo, haciendo que fuera imposible algo tan sencillo como mirarse a los ojos más de tres segundos, y hablar... aunque fuera sobre banalidades sin importancia.

No pasaba un día en que no se sintiera mal al recordar el daño que le habían provocado a Julieta esas decisiones. Incluso en aquel momento, en que finalmente, podían convivir juntos, hablar... por ellos, por esa personita de pelo rubio y ojos azules que permanecía dormida en la silleta del coche. Elliot lo observó por el espejo retrovisor y se preocupó por no haberlo abrigado lo suficiente, porque aunque era verano, esa noche llovía y Julieta podía enfadarse por no tener mucho ojo con el bebé, por no tener "cabeza"... Luego reflexionó en que ella podía no estar en condiciones para pensar en esa tontería y aquello le provocó un escalofrío que le recorrió la espalda. El miedo a no saber que estaba pasando. Y aceleró, y agradeció que no hubiese mucho tráfico esa noche.

Aparcó de mala manera justo enfrente del edificio dónde vivían Alice y Charlie, se bajó del coche y sacó sin demasiado cuidado a Isaac que empezó a berrear en su hombro, enfadado con él por haber interrumpido su sueño. Y tras cerrar el coche, recordó que había olvidado su maletín y volvió sobre sus pasos. Intentó respirar hondo y tranquilizarse antes de entrar. Pero resultaba imposible si se trataba de ella, y del hecho de que hubiese un llanto desquiciamiento en su oído.

-Shhh vamos a ver a mamá, ¿Vale?- susurró, acariciando sus revueltos rizos. El niño rodeó su cuello con fuerza y se apaciguó un poco.

Llamó al timbre varias veces, hasta que abrió Andrew, o una versión demacrada de él. Verle allí consiguió ponerle celoso, tuvo que repetirse dónde estaba y lo que había cambiado en todo ese tiempo. 

-Lleva un rato encerrada en el baño. No nos deja entrar... - dijo en tono cansado.

En su mente se repitieron una y otra vez las palabras de Andrew  <<Un rato>> . Y algo se movió en su interior. Miedo, de una forma que ya había sufrido meses atrás.

-Quédate con él- ordenó, dándole a Isaac.

Avanzó por el pasillo hasta la puerta del baño, dónde estaba Charlie de brazos cruzados, apoyado contra la madera.

-Al menos responde cuando voy a abrir la puerta... Dice que quiere estar sola-hizo una mueca y puso los ojos en blanco, antes de hablar en voz muy baja-no querrá que entres.

-Lo voy a hacer de todas formas, ¿Qué ha pasado?- preguntó.

Charlie suspiró y se frotó la frente, cansado.

-Discutimos... Se puso nerviosa... -hizo una pausa y miró a Elliot- Puede que esté mal... Otra vez y no puede ni decírmelo. No entiendo a qué coño juega con esto... 

Elliot asintió, embobado en un punto fijo en la pared. Su cabeza iba a miles de kilómetros por hora, repasando los días anteriores en los que había estado con ella, instantes en los que no había notado nada raro. Quizá insomnio, irritabilidad... Entonces, como un fogonazo, recordó el día en que llegó a casa hecha un cromo, su manera de mentir para que creyera que sólo fue una caída. Apretó los puños con fuerza y respiró hondo, notando la rabia en cada rincón de su cuerpo. Estaba enfadado con ella, de una manera desquiciante que hacía que incluso la quisiera más aún. Incluso con ese defecto que odiaba, su manera de hacerse la fuerte... 

-Mierda- bramó y golpeó un par de veces la puerta.

-¿Elliot, eres tú?-preguntó la voz ronca de Julieta- pasa.

Estaba sentada en el suelo, apoyada en la pared, a medio desvestir, pálida y ojerosa. Sonrió levemente y se tapó el sujetador con la camisa negra con urgencia, como si acabara de darse cuenta de que se encontraba en ese estado. Daba la impresión de llevar varios días frenéticos, sin ni siquiera tiempo para dormir. Elliot cerró la puerta y suspiró, agachándose junto a ella.

-Hola- dijo él, esforzándose porque su voz siguiera firme.

-Antes de nada tienes que prometerme que no me llevarás al hospital- siguió Jul, cogiendo su mano.

-No puedo prometer eso- contestó Elliot en tono dulce, como si hablara con Henry, mientras rebuscaba en su maletín. Después rodeó su cuello con ambas manos, estaba sudoroso y caliente-Estás ardiendo.

Julieta compuso una mueca de desagrado y a los segundos cerró los ojos, frunciendo el ceño.

-Me duele la cabeza...

-Voy a tomarte la tensión, ¿Has tenido temblores?

-Esta mañana. Brazo derecho. Duraron... unos... diez minutos- explicó lentamente, haciendo un esfuerzo por hablar. Su piel tenía un aspecto grisáceo. 

-Necesito que te quites la camisa- ella se incorporó y Elliot le rodeó la espalda- Yo... Yo te ayudo ¿Alucinaciones? -inquirió, temeroso de que sus averiguaciones le llevaran a una predecible conclusión. 

-No... Tengo frío-se quejó, mientras él colocaba el tensiómetro en su brazo. Se miraron unos segundos a los ojos, hasta que ella bajó la mirada- por favor, Elliot... necesito que me prometas que no me llevarás a un hospital. Al menos cerca de Nueva York.

-¿Cómo que cerca de Nueva York? -preguntó, extrañado, observándola con detenimiento. Julieta se limitó a permanecer callada. Y él paró en seco, porque no iba a poder seguir sin una explicación ante ese extraño comportamiento- Julieta...

Ella clavó los ojos en Elliot y cogió aire, como si lo que viniera a continuación le produjera un dolor inimaginable.

-No puedo confiar en ti-le soltó, apretando la mandíbula-y querría pero no puedo. Así que, por las razones que sean, me atenderás aquí. Y me da igual estar en contra de tu moral de... neurocirujano con éxito. No vas a llevarme al hospital, porque hacerlo seria encontrarme con miles de problemas e implicaría que lo haces en contra de mi voluntad - hablaba sería y hostil. Entonces pareció darse cuenta de su tono y reculó- No puedo decirte nada más. Siempre hay periodistas acampados en los hospitales. Prensa amarilla, esperando algo de carne para saciarse.

Elliot no supo que decir, como formar una frase con sentido en su garganta después de escuchar su discurso en ese estado febril en el que se encontraba. Ni siquiera estaba seguro de si ella tendría fuerzas para seguir la discusión. La incertidumbre de no saber que estaba pasando le creaba un agujero en el estómago que se hacía más profundo con cada segundo con ella.

Decidió no contradecirla, hacer lo que le pedía, aunque tuviera claro que conllevara una mala decisión. 

-Creo recordar que Alice tenia una bolsa de suero intravenoso de cuando...-la frase quedó en el aire al recordar ese tiempo en el que la dejó sola. Entonces, no era tan diferente a aquella noche, salvo por la sensación de haberla perdido para siempre-pero antes necesitas un baño.

-Un baño suena muy bien-aceptó ella, con ojos vidriosos. 

Se levantó y se sentó en el borde de la bañera, y mientras se llenaba, observó a Julieta y el chorro de agua intermitentemente. Tenía los ojos cerrados, tranquila, ajena a los miles de contradicciones que se paseaban por la mente de Elliot. Intentó reprimirlos, parecer calmado, frío y calculador... Justo lo que no consiguió la vez anterior, la razón por la cual estaban en aquella posición peligrosa. O más bien pasiva, en aquel tablero que llevaba mucho estando en tiempo muerto.

-Vamos-dijo y la ayudó a quitarse la ropa -No la he puesto muy caliente. 

Llevaba meses sin verla desnuda, aun así la tristeza no venía exclusivamente con tintes nostálgicos por lo que podían haber sido, sino con toneladas de preocupación. Era imposible que ahora pensara en ella de esa forma, en lo que más deseaba en el mundo. Estaba más delgada que a su vuelta de África y tenía la piel de gallina, todo el cuerpo. No pudo evitar fijarse en la cicatriz de su pecho, resquicios de una historia delirante.

Julieta gimió al meterse en el agua y le sonrió.

-Gracias por venir ¿Y Isaac?- susurró mientras Elliot le mojaba el pelo.

-Está aquí, con Andrew.

-¿Lo has traído? Seguro que está enfadado a estas horas de la noche. 

Elliot fingió una sonrisa, aunque por dentro se esforzara por aplacar la preocupación de lo que reafirmaba que ella estaba realmente mal. Y es que Isaac llevaba varios minutos llorando en el salón y aunque lejanos, los berridos llegaban hasta el baño... Pero no hasta ella.

-No, duerme como un tronco- mintió.

Julieta ladeó la cabeza, con una sonrisa juguetona. 

-Eres mejor padre que yo... Te echábamos de menos. Sobre todo echaba de menos dormir.

-Supongo que tendrás que acostumbrarte cuando tenga que trabajar por la noche.

-Espero que no lo hagas, te quiero en el turno de noche.

-No sé, Jul, ya sabes que soy alguien muy solicitado, importante... Un médico de prestigio en las altas esferas de la medicina-bromeó Elliot.

Ella puso los ojos en blanco y soltó una débil carcajada.

-Oh, claro, no lo recordaba... su eminencia ¿Es así como debo llamarte? No estoy muy segura-continuó Jul, con el ceño fruncido.

-Sí, claro... me vale así-repuso él, encogiéndose de hombros-Bueno, ¿Te encuentras mejor? voy a preparar la cama de la habitación de invitados y...

-No, no Elliot-le cortó, alarmada- por favor. Aquí no. Alice llegará por la mañana... no quiero que lo sepa. Ella..., bueno, ahora no es un buen momento para preocupar a nadie. Y más si no tenemos seguro nada ahora mismo.

-Jul, con tus antecedentes...-empezó a decir Elliot, con prudencia. Ella se incorporó de repente y puso los ojos como platos, como si acabara de recordar algo importante.

-Vaya, lo había olvidado... tengo un CD que contiene unas resonancias que me hice. No sé porque no te lo he dicho-se disculpó, frotándose la frente-El caso es que...

-¿Has estado en el hospital?-preguntó Elliot, sorprendido. Jul agachó la mirada, mirando fijamente la espuma blanca.

-No me hagas preguntas que no puedo responder.

-¡Julieta! ¿A qué estamos jugando?

Continuó sin mirarle, se puso en pie y rodeó su cuerpo con la toalla.

-El CD está en mi bolso-le indicó con expresión inmutable.

-Vale, si no quieres hablar ahora, tendrás que hacerlo luego, o mañana. No puedes estar así y simplemente pedirme cosas, como si no me importaras una mierda, como si no fuera nadie-explotó él.

-Te estás equivocando, no quiero hacerte daño. Pero me da miedo equivocarme.

Elliot se acercó a ella y le cogió los hombros, obligando a mirarle directamente a los ojos. Saltaron chispas, retales de sentimientos que luchaban por seguir ardiendo, aunque ellos se esforzaran por sofocarlos.

-¿Qué está pasando? Jul, cuéntamelo. Soy yo, y aunque hayan pasado tantas cosas, seguimos siendo nosotros, enfrentándonos a lo demás.

Pudo ver un resquicio de debilidad en los ojos de Julieta, una señal de que las cosas no habían cambiado tanto entre ellos. Quiso besarla, rodearla entre sus brazos y derrumbarse junto con todas esas dudas.

Y luego la nada.

-Ahora no, déjame pensarlo... sólo un poco de tiempo. Lo necesito-rogó ella e intentó apartar el tema mientras se ponía la ropa que torpemente había elegido Charlie. Una camiseta demasiado grande de Londres y un pantalón de deporte con un agujero en la rodilla-Vale. Necesito sentarme...

Pensó que no tenía sentido seguir esforzándose, al menos no aquella noche. Así que suspiró y se apartó de ella porque era mejor hacerlo, esa había sido su decisión.

-Está bien, vamos a casa. Pero si empeoras o en esos resultados aparece...

-Entonces ya pensaré que quiero hacer-sentenció Julieta, dándole la espalda.

-No puedes apartarme de eso también-bramó Elliot, agarrando su brazo. Julieta se giró deprisa.

-¡Elliot, para!-exclamó, temblorosa- No... no creo que lo entiendas. Ni siquiera sé si quiero confiar en ti después de todo lo que pasamos. Aún pienso en aquello y no me siento capaz de...-cerró los ojos y se apoyó en la fría pared de azulejos.

Fue eléctrico, a lo que algunos llaman química, una inequívoca atracción entre dos personas. Elliot cogió su mano y atrajo su cuerpo hacia él, fundiéndose en un abrazo ruidoso en el que no había lugar para las palabras. Duró poco más de un minuto, en el que sólo se escuchaban sus respiraciones acompasadas en un intento de ahogar la sed del otro.

-Lo siento-susurró él en su oído.

Julieta le sonrió y negó varias veces, incapaz de responder.

-Estoy cansada.

-Vamos, te llevaré a casa.




2 comentarios:

  1. Puffffffffffff no sé ni por donde empezar. Ah si, no me fío de Jess, para mi que sigue estando igual de pirada y tiene un estrategia retorcida en su mente en plan "sorpresa sigo siendo una asquerosa zorra". Y después de ese momento abrazo Andrew puede irse de vacaciones, emigrar o buscarse otra novia, está tardando de hecho. Elliot y Julieta van a acabar juntos porque lo digo yo, bueno juntos o muertos visto lo visto. ¿Qué más puedo decir? Pues aparte de que está perfecto no sé, pero eso ya lo digo cada vez que no se me olvida comentar y esas cosas de la vida. Pues eso que está perfecto igual que el anterior y todos los escritos y que la costumbre de dejar intriga no se te quita y hace que te quiera estrangular a ratos para que me digas las respuestas a tanta cosa, pero entonces iría a la cárcel y me da que no compensa jajajaja
    Bueno, creo que ya se me fue la pinza bastante.
    Besos;)

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  2. Llevo 3 días leyendo sin poder parar, y ahora no hay más ??? Moriré ... Escribe rápido por favor

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