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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Capítulo 41




-Déjame que lo haga yo-Dijo Elliot, con voz vacía, acercándose a ellos.

-Está… Bien-Respondió Samuel y separó las manos del pecho de Julieta para que las de Elliot, ocuparan su lugar.

Llevaban más de cinco minutos así. En la habitación solo se oía el jadeo de la respiración fatigada del padre de Elliot y ahora, las de él mismo, que se había negado a seguir mirando. Era demasiado cobarde que no fueran sus manos las que intentaban que volviese. Así que se sobrepuso, salió del estado de shock y continuó. Porque era insoportable no intentarlo.

Cuando llegó a las veinte compresiones, agarró su barbilla y la inclinó hacia atrás para insuflar aire en sus pulmones. Sus labios estaban fríos y no había calidez en su aliento. No era ella.

Las lágrimas caían incesantes por sus mejillas, incapaces de negar la evidencia de lo que estaba pasando.

                -Vuelve a mí- Susurró, y ese susurro se repitió decenas de veces más.

Ya nada era coherente… El tiempo dejó de entender de minutos, de segundos y de números.

Dejó de escuchar sonidos a su alrededor. Nada. Se había convertido en un autómata cuya meta era únicamente que un corazón no parara de latir.

Y así fue, hasta que alguien le empujó hacia atrás y cayó al suelo.

En ese instante, se dio cuenta de que en la habitación no sólo estaban ellos. Un equipo de emergencias rodeó el cuerpo de Julieta. Él observaba la escena desde lejos, muy lejos, incluso le pareció irreal ver todo desde fuera. Uno de los sanitarios cortó su ropa. Su vestido verde color militar quedó hecho girones y ella, en ropa interior en el suelo.

Puede que en este tipo de situaciones, las personas sean incapaces de pensar con claridad cuando se trata de un ser querido, por eso él se fijó en su encaje negro… El que tanto le gustaba y que ahora era testigo del brutal trasiego de audiencia.

                <<No me dejes, por favor-Repitió, en su mente incansable>>

                -Intubarla… ¿Cuánto lleva así?

                -Diez minutos-Contestó Samuel.

                -¡Epinefrina!-Gritó otro, que inyectó en un segundo la jeringuilla en su brazo.

                -Sigue con las compresiones-Prosiguió.

                <<Responde, amor… Responde>>

                -Resucitación. Carga a trescientos... Fuera.

El cuerpo de Julieta dio un espasmo con la fuerza de la descarga, pero continuó en el suelo, inmóvil.

                -Otra vez.

De nuevo, la descarga impactó su pecho.

                -Otra vez. Carga de nuevo.

Y otra vez…

                <<Vamos, nena, no me dejes>>

Entonces, el monitor cambió. La línea continua volvió a tener actividad y sus ojos se abrieron. Elliot suspiró y se llevó las manos a la cabeza. Su cuerpo experimentó el mayor alivio que había sentido nunca y noto como empezaba a temblar. Sus manos… Sus piernas. No dejaba de preguntarse; ¿Cuánto durarían los latidos?

                -Hay pulso. Nos la llevamos.

                -Julieta ¿Puede oírme?-Preguntó una sanitaria, acercándose a su rostro.

Julieta la oía, pero era un sonido tan lejano que lo ignoró. Volvió a cerrar los ojos y a dejar que la oscuridad la llevase fuera a donde fuese. Lo que importaba, dejó de importar y lo que no, simplemente había desaparecido.


*


                -Estuvimos aquí esta mañana, quería hacerle algunas pruebas. Estaba cansada y tenía mala cara… pero entonces me dijo que debía irse. Creo que se puso nerviosa-Dijo Samuel, acongojado-Si la hubiera convencido un poco más, quizá…

Elliot puso la mano en la espalda de su padre y suspiró. Sabía que martirizarse no servía de nada o eso es lo que había aprendido estando tres meses separados de ella, culpándose de su desgracia.

                -No te preocupes.

Se oyeron pasos, tacones que se aproximaban por el pasillo. Eran los de Emma, acompañada de su hijo y de Alice. La madre de Julieta, parecía compungida y se aferraba con fuerza al brazo de Charlie, como si solo eso fuera lo que le impedía desmoronarse.

                -¿Hay noticias?-Preguntó Alice.

                -No… nada-Murmuró Elliot, desesperado.

Ella se sentó junto a su hermano y le acaricio la pierna.

                -Mamá ¿Quieres un café?-Dijo Charlie a Emma. Está asintió y elevó un poco los labios hacia arriba.

A todos pareció sorprenderle que la llamara así, que la enemistad hubiera pasado… pero luego la realidad volvió a aparecer y se dieron cuenta de dónde estaban, lo que pasaba allí, en esos pasillos llenos de sillas.
Entonces, Elliot reparó en lo que se le olvidaba, en que entre todo ese jaleo quedaba algo que recordar.

                <<Isaac>>

                -¿Isaac está…?

                -Con mamá y Henry-Contestó Alice.

                -¿Tardarán mucho?-Preguntó Emma, frotándose las manos sobre el pantalón.

                -Depende-Dijo Samuel-Ni siquiera sabemos que está pasando. Nunca me había sentado en estás sillas, normalmente soy el que está dentro. Es peor este lado, mucho peor.

Y así pasaron horas, interminables y largas… El tiempo era más pesado de lo normal entre esas paredes.
Cada vez que salía un médico, todos contenían el aliento, esperando que las noticias fueran para ellos, rogando que lo que les dijeran no fuera peor que la incertidumbre. Pasada la media noche, salió un médico de mediana edad, alto y robusto, con barba grisacea, que entre algunas atónitas miradas, se acercó a ellos. 

                -Soy el doctor Quebert, Julieta está estabilizada. Le hemos hecho un escáner que ha revelado metástasis cardiaca. Por suerte, podemos extirparla. Está en coma inducido…Ya hemos reservado quirófano, antes de que su corazón se debilite aún más.

Emma se llevó la mano a la boca y comenzó a llorar en el pecho de Charlie, que contenía sus sollozos mientras la abrazaba. Al tiempo que Elliot y Alice intercambiaban miradas cómplices, asimilando esa información que tan bien conocían.

                -Lo siento-Prosiguió el médico-Estará en las mejores manos. Les iremos informando.

                -¿Puedo verla?-Inquirió Elliot.

                -Claro, doctor Evans.

Siguió al doctor Quebert hasta la sala de recuperación. Allí, inconsciente, con un tubo en la garganta, conectada a varias máquinas, estaba Julieta. Elliot le agarró la mano, tembloroso y dejó que la angustia que había aguantado tanto tiempo, explotara. Ella no iba a verle y no tenía que aparentar ser fuerte por nadie… Porque no podía serlo. Así que, paso a ser solo un novio preocupado que se agarraba con uñas y dientes a su mano. Se acercó un poco más, se limpio la cara y le besó en la frente.

                -Va a acabar pronto-Susurró en su oído-Lo sé.


*


Doce horas después, la desesperación había pasado a ser una parte más, igual que una amiga. Los sillones de la sala de espera pasaron a ser rocas durante la noche. Cualquier postura era incómoda pasados unos minutos y las luces fluorescentes no hacían más que dar dolor de cabeza. El transito del hospital junto con la incertidumbre, hacía imposible el sueño para los familiares que aguardaban ansiosos. Se podría decir que ese sitio era una especie de purgatorio antes de caminar al cielo… O al infierno.

Y para Elliot, la pendiente se hacía demasiado empinada. Casi se había gravado en la retina las manecillas de su reloj de muñeca y las puertas que daban al quirófano. Mientras contenía los nervios, pensaba en ella, en la conversación que tenían segundos antes de que se desmayara. Como había pasado de ser la conversación más especial con ella, a una pesadilla.

Ya eran las once de la mañana. Alice llegó de la cafetería y le dio una manzana y un café.

                -Una manzana no te va a hacer daño-Le dijo.

                -No me entra nada…

                -Es manzana ¡Cómetela! Es una orden-Repuso su hermana.

Sabía que era inútil pelear con ella, así que le dio un bocado.

                -Están tardando, Alice.

                -¿Se te olvida lo que es una operación? No te preocupes, si fuera mal, ya habría terminado.

                -Antes de que esto pasara, me pidió que me casara con ella-No pudo evitar sonreír contándolo. Alice lo miró pasmada.

                -¿Qué? ¿Enserio? –Soltó una risita que hizo que todos los presentes la miraran- Dios mío… Nunca ha sido una mujer normal, de las que esperan a que les pidan matrimonio.

                -¿Me he perdido algo?-Preguntó Charlie, sentándose junto a ellos.

                -Todo sigue igual-Contestó Alice y lo abrazó.

                -He llamado a tu madre, Henry está bien, preguntando por nosotros y ayudándola con Isaac-Le informó Charlie.

                -¿Qué haría yo sin ti?

Alice le besó con dulzura, ante los ojos indiscretos de Elliot, que no pudo más que echar de menos a Julieta.


Cuando la operación llegó a su fin, el cirujano les informó de que todo había salido bien. No había tumor y todo iba lo mejor que podía ir. Pero ahora, debían enfrentarse a otro tratamiento, otra prueba más para intentar debilitar ese incansable cáncer.

Julieta despertó a las horas, desorientada y asustada. El no saber qué había pasado, ni qué hacía allí junto con otras tantas cuestiones borrosas, hicieron que el pánico se apoderara de ella, incapaz de ver con claridad lo que la enfermera intentaba explicarle... hasta que entró a Elliot y eso la tranquilizó, como solo él era capaz de hacerlo. Después, le contó todo lo sucedido, sin omitir información, intentando ser lo más cuidadoso posible.

                -Lo siento…-Susurró ella.

                -No, no, cariño. Todo está bien. Ahora tienes que ponerte bien... porque vamos a casarnos, muy pronto.

                -Enhorabuena Julieta-Murmuró Jane, sentada a los pies de la cama-Julieta Evans suena bien.

Julieta cerró los ojos para no verla y estrechó las manos de Elliot, consiguiendo que el dolor y el cansancio pasaran a un segundo plano.

                -¿Cuándo? Quiero que sea pronto, lo más pronto posible-Gruñó, sonriendo y se secó las lágrimas de los ojos.

                -Estás loca ¿Verdad?-Bromeó Elliot-¿Un mes?

                -No, la semana que viene-Sentenció Julieta.

Elliot puso los ojos en blanco y se río, negando varias veces.

                -Dos semanas, te prometo que dos semanas, menos no. Es mi última oferta.

                -Acepto, pero bésame, Jane acaba de irse y quiero que lo hagas estando solos-Le dijo.

                -No vuelvas a hacerme algo así. Pensé que no iba a verte más-Susurró Elliot con voz rota y la besó despacio.

                -¿Cuándo voy a poder ver a Isaac?

                -Mañana. Hoy tienes que descansar, y mucho. Nada de levantarse y nada de esfuerzos ¿Quieres que le diga a Emma que pase?

                -Más tarde… Quiero… Dormir un poco-Los párpados le pesaban mucho, aún por el efecto de la anestesia.

                -De acuerdo, duérmete, estoy aquí contigo.

                -Vale, pero vete a casa. Come, dúchate y duerme un poco. Estoy bien y tú pareces un indigente.

                -¡Eh! No te pases. La barba me queda bien.

                -Lo sé… pero… Hazme caso.

Esperó a que Elliot se fuera y suspiró, cerrando los ojos. Pensó en las dos semanas que quedaban para ser la señora Evans, intentando apartarse de la idea de tener que someterse a los desagradables placeres de la quimio. Iba a casarse y lo demás podía ser todo lo terrible que fuese, que no iba a dejar que lo eclipsara.

Así dejó que su somnolienta persona se rindiera, porque era dulce soñar con que mañana sería mejor que hoy… Y sabía que iba a serlo.


9 comentarios:

  1. Ufff Suerte que Julieta está bien y no le ha pasado nada. ¡Se van a casar, se van a casar!
    Aish, espero que cuelgues el siguiente capitulo muy pronto.
    Un besazo

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  2. Ufff Suerte que Julieta está bien y no le ha pasado nada. ¡Se van a casar, se van a casar!
    Aish, espero que cuelgues el siguiente capitulo muy pronto.
    Un besazo

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  3. Excelente capítulo por un momento me preocupe que no reaccionará pero que bueno que Julieta esta bien y que se van a casar uffff lo mejor;una pregunta la mamá no se llamaba Emma o me confundí???? jajajaja
    espero el próximo capítulo y esperando que sea pronto

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    1. SIIIIIIII JAJAJAJAJAJAJA ME HE EQUIVOCADO... MADRE MÍA, ¿En qué estaría pensando...? Gracias primor!!! Un besito! <3

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  4. Menos mal que no la mataste menos mal... por tu bien más que nada bueni es broma yo soy muy pacífica jaja
    Realmente pensaba que Julieta no la iba a contar y que no iba a haber boda ni nada pero como eres mala todavía le puede pasar algo y no porque quiero un bodorrio así que nada de cosas malas jajaja
    Por cierto ahora lo de Grace tiene mucho sentido porque cuando lo leí me quedé pensado quien sería pero como tampoco me acordaba del nombre de la madre pues a saber.
    Siempre digo lo mismo pero es la verdad, el capítulo esta genial y aunque hubiera muertes iba a seguir estandolo y no tendría nada von lo que enfadarme.
    Besos ;)

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  5. Wooww!! estoy super enganchada con la historia, de verdad que me emociona, me angustia y todo al mismo tiempo, de verdad es una historia genial!! Espero la boda y lo que viene con ansias. un fuerte abrazo de Mexico! saludos!!!!

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  6. Ayyyyyyyyyy! que suspiro mas grande acabo de dar, menos mal que no te cargaste a Juliete y que mas o menos se repondrá uffffff!......Y ahora nos vamos de boda siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, que bueno estoy yo mas impaciente que la novia JAJAJAJAJA
    Deseando que pronto subas el siguiente
    Besos

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  7. Y todo volvió a salir bien *.* Ayyy qué tensión :S Esto no es sano para ningún corazón ¬¬ Casi creía que el mío se pararía como el de Juliet. Pero salió bien y eso es lo importante ^^ Y ahora lo que mayor ilusión me hace es ver esa alocada boda :D Seguro que no tendrá desperdicio ^^
    Muchos besos Jane

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