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"Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Como piensan los personajes, como suceden los hechos... Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos" Jane Austen.

domingo, 6 de abril de 2014

Capítulo 5




Aquel día, Andrew se esmeró para cumplir su cometido y no de cualquier manera. Durante toda su vida se había esforzado en destacar para ser el mejor en cada cosa que se le ponía delante y sabía que tenía que dar todo de él. Preparó una de las pocas recetas que su madre se había esforzado en que aprendiera. Sopa de verduras y brochetas de salmón. Después del magnífico desayuno, había corrido a la tienda, dispuesto a hacer aquello que tanto ansiaba. Sorprenderla y quizá con suerte, conquistarla con una buena cena casera en su apartamento. Al medio día, cogió su móvil y le envió un correo, mientras sonreía, orgulloso de sí mismo.

“Es un poco tarde para conseguir una reserva decente”

A los quince minutos, el teléfono volvió a sonar.

“¿Te estás rindiendo?”

Sus dedos esperaron ansiosos encima del teclado táctil, antes de que se formara en sus ojos la respuesta.

“No conozco esa palabra, señorita Pope”



Tal y como habían planeado, fue a recogerla a su apartamento. Aparcó frente a la entrada del edificio. Llevaba puesto un traje muy elegante, con una pajarita negra, que más bien presagiaba una glamurosa noche de gala. Justo la impresión que quería dar para despistarla. Julieta apareció a los pocos minutos, saliendo del edificio animada. Llevaba un traje corto, negro y entallado y un collar de cristales verdes. Sonrió al verle montado en el coche, pero conforme se acercaba, su expresión cambió. Frunció el ceño  y negó confundida, dando la vuelta al vehículo.

                -¿Qué…? ¿Por qué se supone que vas así vestido?-Preguntó con urgencia, sentándose en el asiento del copiloto-¿Quieres llevarme a una gala o algo parecido? No… no voy vestida para una gala. Tenías que haberme avisado.

                -Estás alucinante-Contestó, mirándola un segundo fijamente, para luego volver la vista a la calle.

                -Y ridícula para lo que sea que vas vestido… ¿Una pajarita? ¿A dónde…?

                -Uh…. No pensaba que fueras tan insegura ¿De verdad crees que alguien va a pensar en tu ropa? Mírate.

Julieta se quedó muda. Sonrió para sí y se dejó caer en el asiento. Estaba dispuesta a arriesgarse. Fuera lo que fuese.

                -Así que… ¿Es un baile? ¿Un concierto? ¿Una gala para multimillonarios aburridos? ¡Ya lo sé! Pretendes venderme delante de los más ricos de Nueva York y donar mi fortuna… Pero te advierto de que ya tengo una fundación y…

                -¿No vas a callarte hasta que lleguemos?-Preguntó él, divertido.

                -Claro que no-Respondió Julieta, cruzándose de brazos. Empezaba a pensar que lo había subestimado desde el principio.

                -Muy bien, entonces, déjame que ponga algo de música. Dice que amansa a las fieras-Dijo, presionando el botón del reproductor.

En el coche empezó a sonar Wake Up de Arcade Fire. Andrew subió el volumen, intentando contener el gesto triunfante de su rostro.

                -¿Realmente estás disfrutando, verdad?-Bromeó Julieta, dejando escapar un suspiro. Dejó de mirarle y dirigió la vista a la calle, hechizada por el momento y la música.

La casa en la que vivía Andrew estaba en Brooklyn, en una zona de alta gama, sólo para los mejores bolsillos. Tenía tres pisos y estaba ubicada en una hilera de viviendas emblemáticas de los años cuarenta. Julieta se quedó pasmada e igualmente confundida cuando aparcaron frente a la puerta.

                -¿Dónde estamos?-Preguntó Jul.

Andrew no respondió. Se bajó del coche y abrió la puerta del copiloto. Le tendió la mano a Julieta y ella la agarró, sin apartar la mirada de la edificación.

                -Estamos en mi casa. Sólo me apetecía jugar un poco contigo-Confesó él.

Ella lo fulminó con la mirada y le dio un manotazo en el pecho.

                -¿En serio? ¿Querías engañarme?

                -No, de hecho, te he engañado-Contestó él, para después darle la espalda, guiándola hasta la puerta.

Eso no pudo más que hacerlo más irresistible. Ese jueguecito había logrado impresionarla, hasta el punto de ansiar más de esa noche. De repente, las dudas que tenía antes de montarse en el coche, se disiparon. En su lugar, la recorrió un murmullo silencioso de ilusión. De afrontar lo desconocido.

El interior era aún más imponente. Un decorado moderno, mezclado con resquicios de otras generaciones, haciendo que ambas partes convivieran en una armonía perfecta y acogedora. La sala de estar no era muy grande, compuesta por colores claros, en conjunción con tonos crudos y azules. Un pequeño espacio con chimenea y pocos muebles de madera oscura. La habitación tenía un sofá enorme en forma de L, con cojines de estampados de flores.

Un lugar para quedarse con la boca abierta, como Julieta.

Se giró hacia Andrew y cerró la boca para aclararse la garganta antes de poder formular la pregunta.

                -¿Eres gay?-Susurró, observándole con los ojos muy abiertos.

Andrew soltó una carcajada, mientras se divertía admirando su gesto.

                -Me resultas muy irresistible, Julieta. Más si me haces esas preguntas… Quizá pueda demostrarte esta noche cual es mi… orientación-Respondió, acercándose a ella con actitud insinuante.

Eso respondía a cualquier duda que pudiera tener. Se apartó un poco de él, convencida de que no iba a ser lo suficientemente fuerte como para soportar esa tensión mucho tiempo. Y no quería parecer desesperada.

                -Tengo tanta hambre-Admitió, demasiado animada, lo que provocó que la situación fuera más incómoda todavía. Cerró los ojos y se llevó las manos a la cara, avergonzada-Quiero decir… que no he comido mucho, Isaac estaba muy…

                -Menos mal que he preparado la cena.


Todo estaba listo. En la cocina había una pequeña mesa comedor, decorada con un centro de flores y velas. Andrew le ofreció asiento y sirvió la sopa antes de sentarse enfrente de ella. Ambos empezaron a comer en silencio, cruzando miradas de vez en cuando, alguna sonrisa incómoda y atracción. Pura y arrolladora, en todos los ángulos de la habitación.

                -¿Te gusta? Era una receta de mi madre-Inquirió Andrew.

                -Está deliciosa ¿Sabes cocinar? Yo soy un desastre… Normalmente compro todo lo que como, ya preparado. Iba a contratar a una asistenta, pero aún espero que vuelva la antigua. Meter a un desconocido en casa… No sé si…-Admitió, mientras le miraba. Él estaba absorto en sus palabras, asintiendo de vez en cuando. Se quedó callada, sus mejillas se encendieron y negó varias veces-No quiero aburrirte.

                -Es imposible que esta noche me aburras… Quizá en nuestra siguiente cita.

                -¿Estás convencido en que volveremos a vernos? Quiero decir… fuera del horario laboral.

                -Lo sé, simplemente-Dijo, torciendo los labios sensualmente hacia arriba.

                -Ah… lo sabes-Repitió Julieta, en tono de burla-¿Quieres que me sienta incómoda? Pues no lo vas a conseguir. Y aún creo que eres gay. Esta casa está perfectamente decorada y tu sueldo no puede pagar un diseñador de interiores con tan buen gusto… Así que…

                -Julieta Pope, no soy gay. Esta casa y su decoración fueron en lo que invertí... o bueno, en lo que gasté la herencia que me dejó mi madre-Suspiró, iluminando su mirada al posarse en la ventana-En su totalidad. Ella quería que cuando faltara, no me preocupara por tener un techo dónde traer a mis conquistas-Bromeó, poniendo los ojos en blanco y conteniendo la risa-Es broma, es broma... Los dos buscamos durante semanas, hasta que encontramos esta maravilla. La compré y se quedó vacía durante dos años... Después me diste trabajo y pagué un diseñador de interiores. Conocía a uno al que defendí en un juicio y me lo dejó a buen precio. Tenía talento y no era gay.

                -Oh, así que después de todo, yo soy responsable-Dijo Jul con entusiasmo.

                -Algo así…

Lejos de las bromas, Julieta no pudo evitar sentirse mal por el comentario de su madre. Hacía poco que él le había ofrecido ayuda, confesando que su madre había pasado por lo mismo, pero no había imaginado que ella ya no estuviera. No sabía si sacar el tema o dejarlo estar, aunque ese silencio incómodo era peor opción que las otras dos.

                -Siento mucho lo de tu madre, Andrew… No sabía que…

                -No pasa nada. Al menos, dejó de sufrir.

Se le encogieron las tripas y agachó la cabeza hacia el plato, intentando que no se notara que el comentario había hecho que recordara que la herida seguía ahí, caliente y aún sin cicatrizar. Cuando se recompuso, volvió a mirarlo.

                -¿Cáncer?

                -Sí, de mama-Respondió él, con un suspiro-Duro mucho más de lo que esperábamos… Lo siento, te estoy incomodando.

                -No… no… es sólo que es raro hablar de eso sin que seas tú.

                -¿Cómo estás ahora?-Se interesó, Andrew.

                -Por ahora bien. No hay tumores.

Su rostro formó una gran sonrisa. Agarró la mano de Julieta encima de la mesa y la estrechó con fuerza.

                -Eso es fantástico.

                -Gracias, es genial saber que tengo tiempo-Admitió Jul.

                -¿Fue duro? Nunca he querido preguntar en el bufete, aunque la gente habla… Eso es innegable-Confesó él-No tienes que hablar de esto si no quieres.

                -Desde que acabó nunca nadie me ha preguntado eso. Nadie quiere sacar el tema, como si pudiera romperme si hablo de ello, o activar mis células de mierda…-Confesó, observando sus ojos azules-Es ridículo.

                -Espero que no te rompas, sería una cita malísima.

Ese comentario le sacó una sonrisa. Tragó saliva y cogió una bocanada de aire antes de hablar.

                -Fue duro. Preparé mi testamento, me despedí… Y no sólo una vez. Fueron unos meses, pero… fueron intensos y agonizantes. Además, me quedé embarazada y me volví loca-Paró de repente, incapaz de poder decir nada más y recordar una sola escena en la que apareciese Elliot.

                -Mi madre estuvo diez años enferma. Prácticamente pasé la adolescencia en el hospital… Hasta hice amigos allí.

                -¿Y tu padre?

                -Mi madre era madre soltera. Trabajaba de editora y era de las buenas. Tenía su propio negocio y vivimos muy bien, incluso con la enfermedad.

                -Tuvo que ser horrible-Admitió Jul, pensando en un niño de pelo rubio y ojos azules merodeando por el hospital.

                -No, la verdad es que no lo recuerdo como algo horrible. Quizá algunos meses malos, pero en general no-Contestó él.

                -Es, es una suerte que lo veas así… Yo aún no sé cómo empezar después de aquello.

                -Creo que no es culpa del cáncer, sino por la ruptura ¿Qué es el cáncer comparado con eso?-Bromeó Andrew, logrando que se le escapara una carcajada.

                -Tienes toda la razón….-Se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro, hasta que Julieta se puso en pie-Deberíamos recoger esto.

Andrew se levantó también, quitándole el plato de las manos.

                -No te preocupes, ya lo hago yo.

                -Andrew… Estamos en la cocina. No pasa nada. La cena estaba riquísima, deja que me sienta útil, estoy avergonzada. Se supone que soy madre y debería saber hacer estas cosas-Le dijo, encogiéndose de hombros.

                -He preparado un mousse de chocolate de postre ¿Quieres probarlo?

                -Mousse… mataría por menos.

Julieta se sentó en la encimera, mientras él sacaba un pequeño tarro de barro del frigorífico. Cuando se dio la vuelta y la vio sentada allí encima, se quedó un momento parado, para después dedicarle una sonrisa maliciosa. Cogió una cucharilla y fue hasta ella, acercándose hasta quedar apoyado en sus piernas. Cogió una cuchara y la llevo hasta los labios de Julieta.

                -Será el mejor que has probado en tu vida…

Julieta cerró los ojos y abrió la boca. La mousse se deshacía con el contacto del paladar. Era una explosión de delicioso chocolate y no sólo provocada por aquel postre. Andrew empezaba a acariciar su muslo con lentitud… subiendo por su vestido.

De pronto, no podía contenerse. No estaba dispuesta a seguir con el juego. Abrió los ojos y lo miró un segundo, antes de abalanzarse sobre él. Las ganas, el sabor a chocolate, el momento… Mejoraban todo lo anterior. Y el beso fue mucho más que perfecto. Andrew la cogió en volandas, ella enrosco sus piernas en torno a él y siguieron con ese beso hasta llegar a la habitación principal, tropezándose con los muebles, chocando con las paredes, aumentando el frenesí cada vez más.

Julieta se separó de sus labios cuando llegaron al marco de la puerta. Vislumbró el perfecto dormitorio y la inmensa cama… Y entre aquello, la tenue luz de una vela en la mesita.

                -¿Lo tenías planeado?-Preguntó, rodeando su cuello con los brazos.

                -Que va-Mintió Andrew-Me relajan las velas.

                -Imbécil-Susurró Julieta, antes de besarle otra vez.

Andrew la lanzó hacia el colchón y fue como caer en una espiral. Él empezó a quitarle el vestido, ella a desabrochar su camisa, entre besos y jadeos ansiosos, que siguieron hasta dar pasó a algo más que simples caricias.

Y fue perfecto.


Esa mañana no fue tan incómoda como la anterior, ya no había expectativas que superar, porque era más simple que eso. La presión dejaba de tener cabida en ese domingo de sábanas blancas.

Julieta se despertó antes y se dedicó a observarle dormir, mientras reflexionaba sobre lo que estaba pasando, lo que acababa de pasar en aquella habitación, ahora iluminada por el sol de mediodía. Una parte de ella, no dejaba de tener la imagen de Elliot en la cabeza, imborrable y duradera, igual que su última conversación. Pero aparte de ese inconveniente, se sentía feliz, como con todos los comienzos que te hacen cosquillas en el estómago. No tenía ni idea de que podía pasar mañana, pero intuía que no iba a ser tan vacío como ayer.

Andrew abrió los ojos, y tras moverse un poco, la miro con una sonrisa triunfante.

                -Buenos días.

                -Buenos días-Susurró Julieta, incapaz de contener la mueca de felicidad de sus labios.

Él se acercó y la besó cálidamente. Después, empezó a acariciar su brazo, deslizándose hasta sus hombros desnudos.

                -¿Estás… bien?-Pregunto, con prudencia.          

                -Sí, lo he pasado muy bien. Ha estado… genial.

                -Pero…

                -Pero soy tu jefa… y esto no debe saberse en el bufete.

                -Trato hecho.

                -Guardaremos las apariencias

                -Claro… Las apariencias….-Repitió, frunciendo el ceño, en actitud insinuante.

Sus dedos se deslizaron hasta su pecho, rozando con suavidad su cicatriz. Todas las terminaciones nerviosas de Julieta se pusieron alerta ante ese contacto. Respiró hondo y contuvo la respiración unos segundos, hasta que el recuerdo y la presión pudieron más que eso y apartó su mano, tapándose con la sábana.

                -No tienes que avergonzarte conmigo. No pasa nada…

                -Es sólo… que me esfuerzo por superarlo, pero aún…

                -Aún quedan cicatrices.

                -Algunas más profundas que otras-Reconoció, acomodándose en su pecho-Pero irán cerrando, tarde o temprano.

               





7 comentarios:

  1. Es importante para mi que me deis vuestra opinión en esta segunda parte, os lo agradezco :)
    Un besito!!

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  2. la historia es muy linda esperando el siguiente capitulo

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  3. Hola!! Me gusta tu historia! Pero estoy pérdida no se q paso con eliot!! Se ve q pude enamórese de Andrew rápido pero y eliot!!?!?!

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  4. Wowwwwwwww!
    Jane... es genial enserio. Lo he leído entero, y de hecho no quería que se acabase.
    La historia entretiene y mucho, me ha parecido interesante y me gusta como tratas el tema del cáncer, las cicatrices, esta nueva historia...
    Le has dado un giro a la historia que ha quedado genial, y eso es complicado
    Te felicito!
    Un abrazo

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  5. La historia me tiene enganchada. Por eso preferiría q los capítulos fuesen más largos, debido a q no podemos continuar leyendo.

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  6. Insisto escribes estupendo, pero que paso que fue tan grave para romper un amor que en las malas lo dio todo y ahora no esten juntos.'
    Me encanda Andrew, pero eliot peleo por ella, sufrio por ella y ahora no esta por que

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    1. JAJA K INSISTENTE
      :P no te creas
      muy bien yo iba a decir eso..!

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